La Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin) ha presentado una nueva edición de su ‘Perfil tecnológico hospitalario y propuestas para la renovación de tecnologías sanitarias’, una radiografía del grado de modernización/obsolescencia de los equipos con los que cuenta el Sistema Nacional de Salud (SNS), que refleja, señaló David García, presidente del Sector de Tecnología y Sistemas de Información de Fenin, la consolidación de “la tendencia negativa” que ya se ha venido denunciando en anteriores ocasiones que solo puede ser contrarrestada, según la patronal, con “un plan nacional y más recursos”, entre otras medidas.
Carlos Sisternas, coordinador del informe, ha explicado que en el estudio se han tenido en cuenta las realidades de España, sus comunidades autónomas y otros países de Europa. En total, se ha evaluado el nivel de obsolescencia de 13 tecnologías (tomografía axial computarizada, resonancia magnética, sala de hemodinámica, angiografía, acelerador lineal de partículas, tomografía por emisión de positrones, mamógrafo, equipos de emodiálisis, ecógrafos, radiología convencional, monitorización de pacientes críticos, soporte vital, terapias de calor, sistemas digitales de inyección de contraste y endoscopia flexible), a partir de bases de datos del sector y el seguimiento de procedimientos de contratación pública.
Según los datos de Fenin, los peores datos, en cuanto a proporción de equipos con más de 10 años, los presentan las terapias de calor (72%), los de soporte vital (67%), y la radiología convencional (61%), especialmente lejos de los estándares recomendados por la asociación europea de empresas de dispositivos de diagnóstico por imagen, radioterapia, e-salud y equipos electromédicos (Cocir), que considera que no deberían representar más del 10%. García opinó, a este respecto, que “las tecnologías críticas, por el impacto en los pacientes, serían las relacionadas con la monitorización de críticos, el soporte vital y los sistemas de inyección de contraste”.
Ángel Gallete, responsable del Grupo de Tecnología de la Federación de Asociaciones Científico Médicas (Facme), organización que ha firmado un convenio de colaboración con Fenin, aseguró que existe “un grave problema” derivado de la falta de actualización tecnológica, y consideró “imprescindible” abordar la situación que refleja este informe y revertir los datos. A su juicio, hay que conseguir “que se cumpla con la obligación política de dar asistencia moderna equitativa y eficiente, basada en criterios profesionales”.
Una inversión de 1.600 millones de euros en cuatro años
Para conseguir eso, Fenin propone varias medidas. La primera, según apuntó Margarita Alfonsel, secretaria general, sería el diseño de “un plan de choque, dotado con una inversión de 1.600 millones de euros en cuatro años, para modernizar el parque tecnológico”. Sobre la dotación actual, García la situó en el 1% del PIB, un dato que, según Sisternas, “estaría alineado proporcionalmente con lo que destinan otros países del entorno”. No obstante, el presidente de Tecnologías y Sistemas de Información de Fenin consideró que sería alcanzable si España elevara su gasto sanitario público hasta el 7,5%, como se recomienda desde distintos ámbitos.
En paralelo al incremento presupuestario, el informe incluye una serie de propuestas, que pasan por la aplicación de planes de renovación que tengan en cuenta el ciclo de vida de los productos. García subrayó, a este respecto, que “no se trata de comprar un equipo y mantenerlo hasta que se caiga, solo porque funciona, ya que la eficiencia de los equipos decae y el coste de mantenimiento va aumentando”. Además, para calcular el grado de obsolescencia plantean atender a estándares internacionales, como los de Cocir.
Otra propuesta de la patronal de empresas de tecnología sanitaria pasa por la exploración de las alternativas que ofrece la nueva Ley de Contratos del Sector Público. Concretamente, García defendió el diseño de concursos donde los lotes queden bien divididos, “para no perder competencia y permitir el concurso de las pymes”. Asimismo, llamó a tener en cuenta las posibilidades que abre la compra pública innovadora.
En relación con estos procedimientos, reconoció que no están exentos de complejidades, ya que, al incorporar financiación europea en algunos casos, “tienen que estar alineados con los criterios europeos”. Unido a esto, señaló que las gerencias de Salud admiten falta de recursos para llevar adelante este tipo de procedimientos, que también implican una complejidad añadida para las empresas, ya que, al demandar los servicios sanitarios soluciones integrales éstas se ven obligadas a unirse con otras para poder atender dichas necesidades.
El sector, "abierto a compartir riesgos"
También se habló de pago por resultados, concepto que implica una mayor dificultad cuando se trata de aplicarlo a los equipamientos. No obstante, dijo, “el sector está abierto a compartir riesgos”. García se mostró convencido, a este respecto, de que la industria de la tecnología sanitaria está en condiciones de demostrar que aporta valor.
Actualmente, una parte de las decisiones sobre ese valor recae en las agencias de evaluación de tecnologías sanitarias que conforman la Red Nacional. Concha Toribio, responsable del Área de Economía de Fenin señaló que la actividad de éstas es "fundamental para incorporarlas de forma eficiente y con los mejores resultados para los pacientes", pese a los recursos limitados con los que cuentan. Además, confirmó que "en breve saldrá un documento en el que se va a estandarizar la fórmula para incorporar las aportaciones de la industria".
Finalmente, en el informe se proponen las denominadas bandas tecnológicas, lo que implica diferenciar entre centros y establecer, para cada subtipo, un nivel óptimo de equipamientos. Sisternas afirmó, a este respecto, que no piden “que se compre todo para todos”, sino que esto dependerá “del tipo de hospital y sus necesidades”.
Alfonsel cerró la presentación del informe anunciando que, como han hecho en anteriores ocasiones, tienen la intención de ponerlo a disposición de las consejerías de Sanidad, el Ministerio de Sanidad y el de Hacienda. Con respecto a la posibilidad de que les hagan caso y se proceda a una modificación del parque tecnológico del SNS, dijo que quiere “ser optimista”. “El tema está sobre la mesa. La profesión médica se ha pronunciado al respecto y nosotros, con este informe, estamos haciendo una propuesta sobre el nivel de recursos y las fórmulas para poder paliar la situación”, concluyó.