El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, comunicó el pasado 25 de mayo, en rueda de prensa, que, de acuerdo a los resultados de un estudio observacional publicados el pasado viernes en The Lancet ('Hydroxychloroquine or chloroquine with or without a macrolide for treatment of COVID-19: a multinational registry analysis'), se ha decidido "paralizar temporalmente" el brazo del ensayo Solidarity correspondiente a hidroxicloroquina, hasta que el Data Safety Monitoring Board revise los datos datos de seguridad.
Los autores del estudio que citaba Tedros se mostraron "incapaces" de confirmar los beneficios de hidroxicloroquina o cloroquina, tanto cuando se usa en solitario como con un macrólido en pacientes hospitalizados por Covid-19. De hecho, apuntan que estos dos regímenes estuvieron "asociados a un descenso en la supervivencia y un incremento de la frecuencia de las arritmias cuando se usaron para tratar a pacientes hospitalizados". Concretamente, según los resultados ofrecidos, la mortalidad para los grupos de hidroxicloroquina y cloroquina se mantuvo entre el 18 y el 24%, mientras que en el grupo control se situó en torno al 9%.
Los datos habrían sido extraídos de un registro al que estarían aportando datos un total de 671 hospitales de los seis continentes. Concretamente, se han centrado en pacientes que ingresaron en estos centros entre el 20 de diciembre y el 14 de abril, con positivo en SARS-CoV-2 confirmado por una prueba de laboratorio. Los que recibieron uno de los citados tratamientos en las 48 horas posteriores al diagnóstico conformaron el grupo experimental, y los que no lo recibieron, el grupo de control. Aquellos a los se les aplicó alguno de estos fármacos, pero una vez pasada la franja temporal de las 48 horas, así como los que recibieron también ventilación mecánica o tratamiento farmacológico concomitante con remdesivir, fueron excluidos.
El director general de la OMS confirmó que la revisión de los datos tendrá en cuenta los datos generados a través de Solidarity, así como en el marco de otros datos procedentes de estudios aleatorizados, para "evaluar adecuadamente el beneficio potencial de este fármaco", el cual, ha remarcado, sigue siendo eficaz para tratar enfermedades autoinmunes, como el lupus o la malaria.
Además, ha recordado que el resto de brazos de Solidarity, en los que se estudian los beneficios de tratamientos como lopinavir/ritonavir, o remdesivir, continúa en marcha, y ha afirmado que se ofrecerán datos tanto pronto como sea posible.