La Asociación de Empresarios de Farmacia de Madrid (Adefarma) se ha mostrado contraria al anteproyecto de Orden a través de la cual la Consejería de Sanidad de Madrid quiere regular ‘el procedimiento de acreditación para la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos por parte de las enfermeras y enfermeros’.
A través de ocho folios de alegaciones al proyecto de orden de la Consejería de Sanidad, la entidad incide en cuestiones fundamentalmente de carácter formativo y de capacitación oficial y asegurando “proteger la salud y la seguridad del paciente”,
En ese sentido la asociación se plantea si “¿el personal de enfermería está preparado para dispensar principios activos?”, o si bien “dispensarán a través de denominación comercial”. Igualmente Adefarma plantea en sus alegaciones si los enfermeros se “someterán al mismo régimen disciplinario y de responsabilidad que las farmacias.
La asociación se pregunta también entre otras cuestiones, si el personal de enfermería podrá respetar el principio de mayor eficiencia o incluso que formación en materia de medicamento tiene un enfermero superior a la de un técnico en farmacia que no puede dispensar ningún medicamento.
Igualmente, patronal farmacéutica de Madrid recuerda que el actual anteproyecto cuestiona la normativa sobre dispensación y prescripción de fármacos. En ese sentido aduce al artículo 79.1 de la Ley de garantías y uso racional de los medicamentos, que señala que “los enfermeros de forma autónoma, podrán indicar, usar y autorizar la dispensación de todos aquellos medicamentos no sujetos a prescripción médica y los productos sanitarios relacionados con su ejercicio profesional, mediante la correspondiente orden de dispensación”.
Adefarma recuerda además otras normas y fundamentos legales como el Real Decreto 954/2015, que regula la indicación, uso y autorización de dispensación de medicamentos y productos sanitarios de uso humano por parte de los enfermeros.
No obstante, fundamenta su postura en cuatro cuestiones concretas. En primer lugar considera que de prosperar este anteproyecto, “la farmacia se vería claramente perjudicada en lo económico, pues pasaría a un segundo plano en la dispensación de medicamentos, cediendo terreno gratuitamente a favor de enfermeras y enfermeros”. Igualmente estima que no se observan en el anteproyecto el mismo régimen disciplinar para enfermeros que el que tienen actualmente las oficinas, algo a lo que este último colectivo “debería someterse debe ser el mismo que las farmacias, con sanciones económicas y penales plenamente descritas como las que afronta el colectivo farmacéutico”.
Adefarma considera además que el anteproyecto “no se exige ningún tipo de adiestramiento o preparación especial o mínima para semejante tarea de responsabilidad, con el sólo hecho de poseer un título de graduado en enfermería o equivalente, es suficiente. Cuando al farmacéutico se le exige tener la licenciatura acabada, con amplios conocimientos en todos los medicamentos, composición, principios activos, reacciones, etc..”.
Por último, Adefarma justifica su postura contraria en que el anteproyecto en sus actuales términos es contrario al Real Decreto-legislativo 1/2015, antes referido, en lo referente a la dispensación de medicamentos y prestación farmacéutica.