Profesión

Las oficinas de farmacia y Primaria deben coordinarse para un abordaje integral de los pacientes crónicos

La coordinación y comunicación entre las oficinas de farmacia y la Atención Primaria para u abordaje integral y seguimiento de los pacientes crónicos ha sido uno de los asuntos debatidos en Infarma 2021.
Laura Gomà, vocal de la Junta de Gobierno del COF de Barcelona; Rafael Ruiz, director estratégico de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña; Guillermo Bagaría, vocal de Oficina de Farmacia del COF de Barcelona; Caridad Pontes, gerente del Medicamento del Catsalut; Sònia Martínez, médica adjunta a la dirección del Servicio de Atención Primaria Delta del Llobregat

La comunicación y la coordinación entre Atención Primaria y las oficinas de farmacia es esencial para el abordaje y seguimiento de los pacientes crónicos. Hay que tener en cuenta la importancia de aportar valor, desburocratizar, dialogar entre profesionales sanitarios y globalizar aquellas actuaciones locales exitosas, para poder pasar del debate de las ideas a los hechos. Estas fueron las conclusiones destacadas por Guillermo Bagaría, vocal de Oficina de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona (COFB), como moderador de la segunda mesa de Infarma Virtual 2021, donde se debatieron los distintos aspectos del impacto provocado por la pandemia en el abordaje y seguimiento del paciente crónico.

La mesa redonda contó con la participación de Laura Gomà, farmacéutica comunitaria y vocal de la Junta de Gobierno del COFB; Sònia Martínez, médica adjunta a la dirección del Servicio de Atención Primaria Delta del Llobregat; Caridad Pontes, gerente del Medicamento del Servicio Catalán de la Salud (Catsalut), y Rafael Ruiz, director estratégico de Atención Primaria del Departamento de Salud de la Generalitat de Cataluña.

Potencial asistencial del farmacéutico durante la pandemia

Rafael Ruiz señaló que “la pandemia ha sido un terremoto que lo ha sacudido todo, y ha provocado cambios en la manera de relacionarnos y trabajar. La atención primaria tuvo que centrarse en los enfermos agudos y posponer el seguimiento de patologías crónicas. Si antes de la pandemia el buen control de los diabéticos se situaba en torno al 75%, el porcentaje disminuyó al 40% a raíz de la covid-19. Por suerte, con la vacunación masiva las cifras van aumentando, todavía lejos de los objetivos”.

Por su parte, Sònia Martínez ha coincidido con Ruiz: “La pandemia ha provocado una afectación radical tanto a los pacientes como a los profesionales”. Y ha defendido un enfoque holístico de la salud, dando importancia a la orientación al paciente y al bienestar emocional y social de este. Además, ha destacado que la comunicación entre atención primaria y las oficinas de farmacia es crucial para dar respuesta a las enfermedades crónicas. “Hay que sumar recursos, trabajar con líneas y objetivos comunes, ver qué necesidades hay y conseguir, para que el paciente se sienta acompañado, que gane confianza”, matizó.

Laura Gomà expuso su experiencia profesional desde el comienzo de la pandemia, trabajando en una ciudad del área metropolitana de Barcelona “con elevada densidad de población, en un barrio económicamente desfavorecido y con mucha inmigración”. Al principio de la pandemia “tuvimos que hacer una labor de contención de estos pacientes, que acudían a la farmacia en busca de mascarillas, gel e información. Luego, en una segunda fase, nos centramos más en el paciente crónico, que tenía dificultades para acceder a su médico de cabecera, haciendo controles de glucemias, tensión, control de peso en pacientes diabéticos…”. Para Gomà, fueron muy importantes iniciativas como la red de voluntarios para acercar la medicación a personas vulnerables, dispensar los MHDA o poder alargar el tratamiento a pacientes crónicos que no podían contactar con el médico de cabecera.

Caridad Pontes ha explicado que desde el Catsalut “en muy poco tiempo nos encontramos con necesidades que requerían atención”. Por suerte, “el terreno estaba abonado, con iniciativas que ya se habían ido trabajando y nos permitieron empezar a dar respuesta a esta necesidad”. Además, “teníamos una red de farmacias muy bien conectada y dispuesta a ayudar. El consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña (CCFC)  tuvo una capacidad de reacción muy grande y pudieron trabajar de manera colaborativa”. Mirando al futuro ha señalado que “tenemos la oportunidad de catalizar y cristalizar todo lo que hemos ido haciendo. Podemos darle solidez y seguridad normativa en cuanto decaigan los sistemas excepcionales que tenemos en un momento de crisis sanitaria”.

El papel de la oficina de farmacia es esencial en la cronicidad

Laura Gomà ha afirmado que “los farmacéuticos tenemos muchos datos del paciente crónico que a la atención primaria le interesan muchísimo. Le podemos sacar más partido a la receta electrónica, pero la mensajería se tiene que mejorar porque le faltan funcionalidades y se queda muy corta”.

Por otro lado, Caridad Pontes ha apuntado que desde la Administración “podemos colaborar más con las oficinas de farmacia. Pero sobre todo tenemos que potenciar todo aquello que hacemos porque tiene sentido hacerlo en proximidad, aumentando las fortalezas y garantizando que cada cual hace aquello que más valor aporta”, ha afirmado.

Para Sònia Martínez, una mejor comunicación pasa por protocolizar y definir bien los objetivos de las distintas actuaciones que se lleven a cabo. “Determinar la eficiencia es clave. En este sentido, Martínez destacó que debemos preguntarnos: ¿Qué pueden ofrecer los farmacéuticos y qué les podemos ofrecer desde Atención Primaria? Tenemos que dialogar entre personas implicadas, aportando datos, vivencias, ideas.”

Por su parte, Rafael Ruiz ha defendido el papel de los farmacéuticos comunitarios “en la prevención de la enfermedad y promoción de la salud”. Por ello, según Ruiz, “es básica la coordinación con atención primaria. Seguro que le podemos sacar más partido a la red de farmacias, afirmó Ruiz. Si en la comunidad tenemos experiencias buenas y potentes debemos escalarlas. Es decir, actuar en local y pensar en global”. Y ha añadido: “Como médico, también veía claramente que no puede ser que cuando el paciente sale de la consulta dejemos de tener información. La información que recoge la oficina de farmacia es básica que podamos compartirla, discutir y, a partir de aquí, tomar decisiones sobre los pacientes”.

Hablando del futuro del seguimiento de los pacientes crónicos, Laura Gomà ha realizado la siguiente reflexión: “Incorporar más servicios y hacer cogestión del paciente crónico lo veo indispensable y tengo muchas ganas. Pero también debemos tener en cuenta que ir hacia una gestión más tecnológica y progresar requiere una retribución económica”.

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