Entrevista a Luz Sanz con motivo de las elecciones a la presidencia del Colegio de Farmacéuticos de Madrid (COFM) del próximo 3 de abril.
Pregunta. ¿Qué es lo que le ha hecho presentarse a las elecciones?
Respuesta. Ha sido por un sentimiento de frustración e insatisfacción que hemos compartido muchos farmacéuticos en los últimos años, sobre todo durante la pandemia acerca del papel que estaba desempeñando el colegio. Era un sentimiento de insatisfacción acerca del papel que, como representante de los farmacéuticos, estaba realizando el colegio y en el que no nos hemos sentido representados. Además, nos hemos sentido olvidados, ninguneados y menospreciados por parte de la administración. Solamente nos han utilizado para explotarnos, para utilizarnos como mano de obra esclava. Incluso los esclavos reciben un salario en forma de manutención; pero en nuestro caso, hemos realizado trabajos como repartir mascarillas o test, sin contar previamente con nuestro acuerdo y a los titulares de farmacia nos ha costado dinero.
P. Entonces, ¿considera que el colegio no ha defendido los intereses de los farmacéuticos en los momentos críticos de la pandemia o también en otros momentos?
R. Para nada, no nos ha defendido. Ni en los momentos anteriores a la pandemia, ya que el proyecto de la nueva ley de ordenación farmacéutica es anterior. El primer borrador era espeluznante y se consiguió parar. Este es ligeramente mejor, pero con lo explicó la directora general, Elena Mantilla, en Infarma, nos deja todavía más perplejos ya que habla de que no se puede impedir la libertad de empresa y no se sabe qué es lo quiere, si liberalizar por completo el sector o a que se refiere.
P. ¿Cuál es la valoración que realiza sobre la actividad del COFM en los últimos años?
R. La valoración es mala, de hecho, así hemos manifestado en muchas ocasiones nuestro desacuerdo. Pensamos que criticar solamente no es una buena opción. Nuestra idea no es estar todo el tiempo oponiéndonos, sino ser muy proactivos y aportar todo lo que nosotros creemos que es necesario hacer.
P. ¿Ha habido alguna iniciativa, alguna acción, donde el COFM haya estado acertado durante estos cuatros años y ha servido en defensa de la profesión?
R. No recuerdo ahora mismo ninguna aportación. Uno de los grandes aciertos que ellos defienden, por ejemplo, ha sido la vacunación en el recinto del colegio a los farmacéuticos. Creo que esta acción se quedó corta porque ya que podíamos vacunar, no tendría que ser restringido sólo entre nosotros, podríamos haber vacunado a parte de la población y sumar nuestros esfuerzos al resto de los sanitarios de atención primaria, y ayudar a que la vacunación hubiera ido más rápida. Además, respecto a los farmacéuticos fue muy deficitaria y no estuvo bien organizada y dejó bastante que desear. A esto me refiero, que incluso los mejores éxitos que ellos defienden, a nosotros no nos parecen tales.
P. ¿Cuáles son las claves principales de su programa?
R. Las claves principales son la renovación, es evidente que nosotros queremos renovar, ya que no tenemos nada que ver con los anteriores. Por otro lado, la activación ya que nosotros pensamos que el sector está adormecido porque se ha visto siempre al colegio como algo inamovible, algo contra lo que se choca y no se puede quitar de en medio ni se puede avanzar con él. Nosotros queremos evitar esa sensación. Queremos que la gente tenga un colegio y que le sirva para activarse, para renovarse y para demostrar todo lo que es capaz de hacer el sector y reclamar más competencias ante los nuevos retos de salud que están apareciendo.
P.- Más allá de lo comentado anteriormente, ¿puede profundizar en su valoración de la LOAF?
R. Este anteproyecto de ley se ha articulado por el trámite de urgencia para recoger un articulado que no es en absoluto urgente. Es decir, ya es algo raro que se ve venir. A pesar de que Elena Mantilla asegura que ha contado con muchas partes del sector farmacéutico hay muchas otras que no han aparecido y desde luego no se nos ha consultado. En el colegio se nos dijo que cuando tuviéramos la sospecha que iba a salir este proyecto se convocaría una asamblea para debatirlo, cosa que no ha ocurrido ya que se ha realizado por el trámite de urgencia y no se ha convocado. Esta situación, pensamos que se ha hecho así, a propósito, para evitar el debate. Todo ello, genera confusión y malestar. Si realmente se necesita una nueva ley se debería haber hecho con más tranquilidad y con un mayor acuerdo de las partes del sector.
P. ¿Cuáles son los aspectos más lesivos?
R. El tema de la atención farmacéutica domiciliaria ya que no aparece suficientemente claro. Aparece la mención a unos establecimientos farmacéuticos de dudosa personalización, no está claro a lo que se refiere. Mantilla dice que son farmacias, pero no está claro. Y, en su intervención en Infarma, en la última diapositiva que ha presentado, en la que se señala que no se puede vulnerar la libertad empresarial, nos ha dejado pensar que amenaza con liberalizar el sector. Cosa que ni siquiera hay precedentes en ningún país de Europa.
P. Entonces, ¿las palabras de Elena Mantilla, no les ha tranquilizado?
R. En absoluto, no nos ha tranquilizado, todo lo contrario.
P. Dentro de sus valoraciones de la ley, ¿sigue pensando que pone en riesgo la propiedad de la farmacia?
R. El primer proyecto si lo ponía en riesgo, ya que se establecía que las licencias caducaban a los 70 años, cuando la tendencia en el mundo laboral es que las personas se encuentren activas el máximo posible, y los farmacéuticos, autónomos, su actividad está por encima de los 70 años, por lo que esa cortapisa supondría un empobrecimiento de la vida laboral de nuestros profesionales, situación que no ocurre en ningún otro sector. No obstante, en el nuevo proyecto no parece. Pero, sí que aparecen los establecimientos farmacéuticos que no se sabe lo que son, la elaboración de los SPD, que no se sabe quién lo va a hacer, el porqué los hospitales pueden mandar medicamentos como quieran y nosotros tenemos que realizar un informe detallado y una dispensación informada. En fin, es una traba que supone que no competimos en igualdad de condiciones que los otros establecimientos públicos.
P. ¿No considera que son cuestiones que se podrían solventar en la tramitación del anteproyecto?
R. Pues si no lo ha solventado con las mil y pico alegaciones que se ha leído, no sé qué más espera. Por lo que ha comentado, no ha hecho caso a ninguna de ellas, las ha leído y tirado a la papelera.
P. Otra de las cuestiones es la oposición al delivery…
R. Nosotros estamos en contra del delivery por parte de agentes externos a la farmacia. Respecto a la atención domiciliaria, si estuviera bien regulada sería un tema interesante, obviamente. Ya que nosotros insistimos, al igual que otras instancias de representación de los farmacéuticos, que nuestra fortaleza es la cercanía, la proximidad y la personalización de cara a los pacientes.
P. ¿Pero no están en contra de explorar nuevas herramientas?
R. Por supuesto que no estamos en contra. Nosotros, lo que queremos es modernizar el sector. Creemos que se puede interaccionar mucho más con toda la población con la que nos relacionamos, no queremos anclarnos en viejas estructuras, todo lo contrario. Pero, queremos que esas estructuras respondan a una mejor atención farmacéutica para nuestros pacientes y que contemplen la regulación de nuestro sector.
P. Con respecto a la viabilidad de las farmacias, ¿qué propone para asegurarla y mejorarla?
R. Nosotros proponemos a nivel regional que la cuota de habitantes no baje, que se respete la distancia, es decir, que se conserve la actual y, sobre todo, que se nos dote de las competencias que podamos asumir y que serían más adecuadas para la sociedad en los tiempos que vivimos. Por ejemplo, acciones como certificar los test de covid, poder vacunar, realizar toma de muestras para otro tipo de análisis. En definitiva, lograr una mayor integración, y por supuesto, servicios remunerados.
P. La relación del COFM con el Consejo General no ha pasado por sus mejores momentos, ¿qué relación querría impulsar con el CGCOF?
R. Creo que con el CGCOF hay que colaborar, obviamente, ya que es el órgano más importante de representación de los colegiados a nivel estatal. A lo mejor habría que renovar cosas, pero no estaría dentro de nuestras competencias. En principio, la relación tendría que ser como con cualquier otro ámbito de colaboración.
P. A lo largo de los últimos años hay una relación rota con los dirigentes de enfermería, ¿qué haría y cómo afrontaría el problema?
R. Yo creo que, como en todas las cosas, hay que hablar con ellos. Enfermería no se da cuenta de que nosotros estamos insertos dentro de la atención primaria y podemos ayudar a sus reivindicaciones. Ellos necesitan mayor contratación de personal y nosotros pensamos que debería ser así, pero no tiene sentido que se desarrolle ahora mismo un cuerpo de farmacéuticos en ambulatorios en centros de salud, ya que la atención primaria la tenemos las farmacias comunitarias, hacemos un servicio que es el adecuado y que no tiene ninguna queja y es un sistema mixto que hace que nosotros podamos sobrevivir y hace que los gastos para la administración sean menores.
P. ¿Un último mensaje para los electores?
R. Por primera vez en muchísimo tiempo tienen la oportunidad de cambiar algo realmente en el Colegio. Y nosotros somos la única alternativa capaz de hacer eso.