Terapéutica

CAR-T: más cerca de los pacientes (y de primeras líneas)

Con motivo de la publicación de nuevos datos sobre el empleo de CAR-T a largo plazo en el último encuentro de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), la Dra. Ana Alfonso ofrece unas reflexiones sobre el empleo de estas terapias en España y su futuro.

Con datos a largo plazo publicados en el marco del último congreso de la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), la terapia CAR-T brexucabtagén autoleucel de Kite, la compañía de terapia celular de Gilead gana terreno en cuanto a solidez de resultados a largo plazo. Además, la hematóloga Ana Alfonso, de la Clínica Universidad de Navarra (Pamplona), valora que el anuncio de nuevos centros CAR-T en la geografía española facilitará el acceso a este tipo de terapias a muchos más pacientes, que van a poder recibir este tipo de tratamiento mucho más cerca de sus domicilios.

Además, la experta considera también que el futuro de la utilización terapéutica de las CAR-T pasa por ir incorporándolas en las primeras líneas de tratamiento.

Según ha explicado Alfonso, ASCO nos ha traído las actualizaciones de dos estudios muy importantes. Por un lado, en relación con el seguimiento a dos años del estudio Zuma-3, un estudio fase II que explora Tecartus en pacientes con LLA-B en recaída o refractaria, destaca que “en este estudio se observaron un 71% de CR/CRi y lo que quizás es más importante, una duración de la respuesta de más de 20 meses en aquellos pacientes que alcanzaban respuesta completa”.

Sobre la actualización con seguimiento de tres años del estudio Zuma-2, un estudio fase II con Tecartus en pacientes con linfoma del manto tras una a cinco líneas previas, indica que este trabajo “pone de manifiesto unas medianas de supervivencia libre de progresión de 24 meses y una mediana de supervivencia global de 47 meses, no alcanzada para aquellos pacientes que hicieron una respuesta completa”. 

En cuanto al estudio Zuma-7, un estudio fase III randomizado para pacientes con linfoma difuso de célula grande B que recaen en el primer año tras el inicio de primera línea y los randomizan a Yescarta o quimioterapia estándar seguida de trasplante autólogo de progenitores hematopoyéticos, apunta que, en la población global incluida en el estudio, la mediana de supervivencia libre de evento fue de ocho meses para los pacientes tratados con Yescarta frente a dos meses para los que recibieron tratamiento estándar. Esta experta también subraya como particularmente interesante el hallazgo de que “la población que realmente se benefició fueron aquellos mayores de 65 años donde la mediana de supervivencia libre de eventos fue de 22 meses para Yescarta frente a 2,5 meses para el tratamiento estándar”. 

Sobre todo, valora que “a día +100, los pacientes que habían recibido Yescarta, tenían una calidad de vida significativamente superior a los pacientes tratados con el tratamiento estándar”. 

“Tenemos que seguir caminando para que nuestros pacientes tengan la oportunidad de recibir este tipo de terapias, que como ya ha demostrado el estudio Zuma-7, además de conseguir unas respuestas de calidad, les proporcionan un beneficio en la calidad de vida”, concluye la especialista. 

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