Farmacogenómica, clave en la atención futura al paciente crónico polimedicado

Cuatro expertos en diferentes ámbitos asistenciales compartieron su visión en la estrategia de atención al paciente con esta herramienta, la farmacogenómica.

¿Cómo debe ser la colaboración con los niveles asistenciales? ¿Cómo el farmacéutico, en tanto que es el especialista en el medicamento, puede utilizar las herramientas para mejorar la seguridad y la eficacia de algunos de los medicamentos que dispensan? Con estas cuestiones inició Xavier Tejedor, vocal de Análisis Clínicos del Colegio de Farmacéuticos de Barcelona (COFB) y responsable del laboratorio de Atención Continuada del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona, el Aula Profesional “La farmacogenómica en la estrategia de atención al paciente crónico polimedicado”, en el marco de la celebración de Infarma Barcelona 2023.

Cuatro expertos en diferentes ámbitos asistenciales compartieron su visión en la estrategia de atención al paciente con esta herramienta, la farmacogenómica, que según introdujo Tejedor, se trata de “una disciplina relativamente nueva, centrada en optimizar el rendimiento de los tratamientos pautados”. “Disponemos, por primera vez, de una herramienta que nos permite objetivar lo que habíamos llamado idiosincrasia, es decir, aquellos pacientes que presentan alguna reacción adversa o bien no les había funcionado algún tratamiento y siempre se habían manejado de una forma intuitiva. Esta herramienta, que es la farmacogenómica, permite objetivar cómo determinadas variantes genéticas en un individuo van a condicionar en este paciente su respuesta a un determinado fármaco”.

Visión prospectiva del uso de la farmacogenómica

Tejedor comentó que nos encontramos ante un “nuevo paradigma en el que pasamos de un enfoque centrado en la enfermedad a un enfoque basado en la medicina personalizada”. A pesar de que la farmacogenómica es una disciplina que acaba de arrancar a nivel asistencial, Nerea Bastida, licenciada en farmacia, vocal de Análisis Clínicos del COF de Guipuzkua y especialista en análisis clínicos del Hospital Universitario de Donostia, ofreció una visión prospectiva del uso de farmacogenómica en la medicina del futuro. “La idea sería que todos nosotros tuviéramos secuenciado nuestro genoma y que esta información fuese interpretada por los profesionales en un laboratorio clínico para saber cómo es nuestro fenotipo. Mediante estos datos, que deberían en la historia clínica, todos los profesionales podrían acceder a ella y, con un carnet farmacogenómico, los pacientes podrían acudir al médico o farmacéutico formado en farmacogenómica para que les prescribieran el fármaco adecuado, en la dosis correcta para el paciente indicado”, detalló Bastida.

El doctor en biología molecular y facultativo especialista adjunto en el servicio de Análisis Clínicos y Bioquímica del Hospital Universitario Germans Trias i Pujol de Badalona, Fernando Marqués, recalcó que uno de los objetivos de la farmacogenómica es reducir los errores en la medicación y aumentar la seguridad del paciente. Marqués ejemplificó el potencial de la farmacogenómica en los tratamientos antidepresivos, en los que el uso de esta herramienta “tiene un impacto muy elevado”. En relación con esta nueva disciplina aplicada en el campo de la psiquiatría, Marqués hizo referencia a un artículo de 2022 en el que se demostraba que “la farmacogenómica es el futuro de la prescripción en psiquiatría”.

En este sentido, Josefina Pérez, psiquiatra y coordinadora de la unidad de trastornos afectivos en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, aseguró que a pesar de que “tenemos muchos fármacos nuevos, seguimos prescribiendo a modo de prueba y error”. Y añadió que la farmacogenómica va a ser útil para el médico prescriptor, a nivel psiquiátrico, en dos situaciones fundamentales: en la resistencia al tratamiento, o cuando hay una mala tolerancia, a pesar de tratar con dosis adecuadas en ambos casos.

Próximamente, el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau tiene previsto llevar a cabo un estudio con pacientes de centros de salud mental. Según relató Pau Riera, licenciado en Farmacia y Química, doctor en Biomedicina y farmacéutico adjunto del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, el estudio consistirá en que “los psiquiatras identificarán a aquellos pacientes que respondan mal a los tratamientos, les llevarán a las oficinas de farmacia que quieran participar, para que les expliquen el estudio y les hagan una extracción de la muestra de saliva. El siguiente paso será involucrar a los farmacéuticos comunitarios para que se formen en este campo, mediante una formación, genotiparemos la muestra de saliva en Sant Pau y, finalmente, haremos el informe genético que enviaremos, posteriormente, tanto al psiquiatra como al farmacéutico comunitario”.

Regulación y futuro de la farmacogenómica

En cuanto a la regulación de la farmacogenómica, según comentó Fernando Marqués, la Agencia Española Medicamento ya está emitiendo tanto notas de seguridad como informes de posicionamiento, en relación con algunos fármacos en los que es necesario hacer la farmacogenómica antes de prescribir un tratamiento”.

En este sentido, la farmacogenómica aún tiene mucho camino por recorrer y algunas limitaciones en las cuales se tendría que trabajar: “la equidad en el acceso a este tipo de tecnologías, el desarrollo de estructuras y modelos organizativos, formación y mejorar en la respuesta en tiempo y forma y la calidad en los métodos, informes y proficiency testing”.

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