Los Programas de Optimización de Antimicrobianos (PROA) han significado una revolución en el ámbito asistencial, concretamente, en la manera de abordar el uso racional de estos fármacos. Este ha sido el tema central del ciclo formativo “Las mañanas PROA”, organizado recientemente por Colegio de Farmacéuticos de Barcelona y la Sociedad Catalana de Farmacia Clínica, con el objetivo de dar más herramientas a los farmacéuticos/as del ámbito hospitalario para familiarizarse con los programas PROA, conocer las diferentes estrategias para mejorar la administración de los antimicrobianos, hacer un uso correcto de estos en situaciones especiales y conocer el manejo de las interacciones farmacológicas con otros medicamentos concomitantes.
La formación, que ha contado con el patrocinio de Menarini, estuvo coordinada por el vocal de Hospitales del COFB, David Conde Estévez, y la presidenta de la SCFC, Edurne Fernández de Gamarra. Este ciclo sobre PROA ya es el segundo año consecutivo que se realiza, consolidándose como encuentro anual alrededor de esta temática. De hecho, dado el éxito de las dos ediciones y la buena aceptación que tiene por parte de los participantes, las diferentes entidades implicadas en la organización seguirán trabajando para dar continuidad al proyecto. Estrategias para optimizar el uso de antimicrobianos
A lo largo de cuatro sesiones virtuales, los ponentes debatieron diferentes estrategias para optimizar el uso de antimicrobianos, todo ello acompañado de un turno de debate-preguntas para promover la reflexión conjunta entre docentes y participantes.
La primera sesión, titulada “Administraciones especiales, Tratamiento Antibiótico Domiciliario Endovenoso (TADE)”, estuvo impartida por Sara Ortonobes Roig, farmacéutica adjunta del Servicio de Farmacia del Consorcio Corporación Sanitaria Parc Taulí de Sabadell y moderada por la presidenta de la Sociedad Catalana de Farmacia Clínica, Edurne Fernández de Gamarra. Durante la sesión, y centrándose en el TADE, Ortonobes destacó la importancia del papel del Servicio de Farmacia en el circuito establecido en su hospital y remarcó la integración de los farmacéuticos clínicos en el equipo multidisciplinar para optimizar la eficacia y la seguridad del TADE. En su intervención, también describió aspectos relacionados con el asesoramiento farmacéutico sobre el tratamiento antimicrobiano, así como conceptos farmacotécnicos relevantes en la preparación y administración del TADE.
En la segunda sesión, impartida por Sònia Luque, farmacéutica adjunta del Servicio de Farmacia del Parc de Salut Mar, y moderada por Aurora Fernández, farmacéutica adjunta del Servicio de Farmacia del Hospital Maternoinfantil Vall d’Hebron, se abordó la dosificación de antimicrobianos en situaciones especiales (geriatría, obesidad y pediatría) y se resumieron los principales cambios farmacocinéticos que pueden presentar estos grupos poblacionales, que requieren ajustar la posología de los diferentes fármacos para optimizar la eficacia y reducir el riesgo de aparición de efectos adversos.
Finalmente, se recalcó la necesidad de valorar cada paciente de manera individual, puesto que es habitual que un mismo paciente pueda presentar diferentes tipos de alteraciones fisiopatológicas a considerar a la hora de seleccionar el régimen posológico más adecuado.
La tercera sesión estuvo a cargo de Montse Tuset, farmacéutica adjunta del Servicio de Farmacia del Hospital Clínico de Barcelona, y contó con la moderación de Aurora Fernández, farmacéutica adjunta del Servicio de Farmacia del Hospital Maternoinfantil Vall d’Hebron. En ella se abordó que algunas de las interacciones de los fármacos antimicrobianos pueden tener consecuencias clínicas, tanto reducción de la eficacia como incremento de la toxicidad. Por lo tanto, hay que tenerlas en cuenta y seguir trabajando en este ámbito para garantizar la seguridad de los pacientes.
La cuarta y última sesión la impartió Sara Cobo, farmacéutica adjunta del Servicio de Farmacia del Hospital de Bellvitge y estuvo moderada por David Conde Estévez, vocal de Hospitales del COFB. Según se desprendió de la sesión, para establecer una duración óptima de los tratamientos antibióticos hace falta un enfoque individualizado según la evolución clínica. La evidencia disponible respalda el uso de duraciones cortas de tratamiento para determinadas indicaciones, y así lo recogen algunas de las últimas guías de práctica clínica. Asimismo, los farmacéuticos participan en equipos PROA que realizan intervenciones dirigidas a optimizar los tratamientos antibióticos y su duración desde una perspectiva multidisciplinar.