Terapéutica

La farmacia reclama más apoyo para luchar contra las falsificaciones de recetas

El número de delitos relacionados con el tráfico ilegal de medicamentos supera los 6.000 en el primer trimestre del año, más que en todo el año pasado, según la Policía
Participantes en la mesa sobre falsificación de recetas de Infarma.

La falsificación de recetas es un problema  creciente en España, así lo han indicado los expertos que han participado en la mesa ‘Falsificación de recetas y uso fraudulento de medicamentos’, celebrada este jueves dentro de Infarma Madrid 2024 y en la que se ha puesto de relieve la necesidad de más medios y medidas que necesitan las farmacias para hacer frente a esta lacra.

Óscar López, vicepresidente del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid ha reivindicado el sentir de la profesión al reclamar “más apoyo y soporte para luchar contra las falsificaciones de recetas desde las oficinas de farmacia”, así como cobertura de la actuación profesional que ampara la ley para “no dispensar los medicamentos cuando observemos una falsificación o un fraude”.

Por su parte,  la directora general de Inspección y Ordenación Sanitaria de la Comunidad de Madrid, Pilar Jimeno, ha indicado que se trata de “un problema que afecta a la integridad del sistema de salud que pone en riesgo la salud de los ciudadanos y que socava los controles y la seguridad del sistema”. Jimeno instó a “buscar sinergias para trabajar en colaboración y con estrategias que nos permitan combatir este problema que va en aumento”.

Las recetas oficiales privadas en formato papel son las más susceptibles de fraude y, en menor proporción, las privadas en formato electrónico, las recetas oficiales públicas en formato papel y las órdenes de medicación de hospitales.

La directora general instó a cumplir con la regulación que obliga a consignar el DNI de la persona a quien se entrega la medicación psicotrópica y/o estupefaciente, “que no tiene por qué coincidir con la persona que lo tiene prescrito y que supone la protección del farmacéutico”, advirtió.

Luis Fernando Alguacil, director del Instituto de Estudios de las Adicciones IEA-CEU de la Universidad CEU San Pablo, identificó los ansiolíticos y sedantes, como las benzodiacepinas, y los fármacos con codeína como los medicamentos más frecuentes en recetas falsas.

Entre las causas de la falsificación de recetas y el uso fraudulento de medicamentos, apuntó la automedicación en el caso de enfermedades no controladas por la medicación prescrita o la abstinencia generada por fármacos que producen dependencia. Otro origen está en el consumo recreativo, especialmente de fármacos psicoactivos euforizantes, potenciadores o suplantadores, así como la introxicación de fármacos activos utilizados en la sumisión química y el comercio de fármacos psicoactivos, entre otros fármacos.

El elevado consumo de hipnosedantes, con o sin receta, entre la población española es una de las realidades más apremiantes, según expuso. El 20 % de las personas entre 55 y 64 años se encuentra bajo tratamiento de estos fármacos, siendo las mujeres el grupo de población que recurre más a estos medicamentos, con un 16 % del total entre 15 y 64 años, según datos de la Encuesta sobre Alcohol y Drogas en España.

Otra tendencia peligrosa extendida es la combinación de benzodiacepinas, que provocan tolerancia y dependencia física, y otros sedantes, como el Rivotril, junto al consumo de hachís, alcohol o pegamento. Conocida como karkubi, esta mezcla tiene efectos sinérgicos que pueden provocar alucinaciones, conductas agresivas, amnesia, euforia o conducir a adicciones graves e incluso el coma, entre otras alteraciones.

También se tiene constancia del ‘purple drank’, una droga elaborada a partir de un jarabe para la tos que contenga codeína como principio activo y que se consume con diferentes refrescos o bebidas energéticas de fácil acceso y muy populares entre la población más joven.

Preocupante es también la falsificación de opiáceos mayores, como el fentanilo, un derivado de la morfina responsable de la epidemia que ha provocado miles de muertes en Estados Unidos y que se ha identificado en España en la falsificación de recetas médicas.

Faltan indicadores objetivos que permitan predecir adecuadamente el riesgo individual de abuso de opioides”, señaló Luis Fernando Alguacil.

Receta privada, caballo de batalla

Manuel Caamaño, farmacéutico comunitario en el barrio de Usera, abordó cómo está afectando esta realidad a las oficinas de farmacia y las actuaciones que están siguiendo para prevenir estas situaciones. “Estamos hablando de seguridad; en España, el sistema SEVEM asegura la trazabilidad y seguridad de los medicamentos dispensados en el canal de farmacia, pero no está implantado en toda Europa”, señaló. En Austria, puso como ejemplo, se identificó Ozempic falsificado en los últimos meses.

El problema está en la receta privada en papel, es el caballo de batalla de la farmacia”, según aseguró. Defendió la vía abierta de colaboración de los farmacéuticos con las instituciones a través de los comités de coordinación local para transmitir los problemas e intercambiar información con las gerencias de Atención Primaria, así como con la herramienta de bloqueo cautelar de la receta electrónica.

Óscar López concluyó la sesión haciendo un llamamiento a intensificar la formación y la colaboración desde las oficinas de farmacias con la Policía, una labor que el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid está impulsando a través de la figura de los delegados farmacéuticos de zona y del uso de herramientas disponibles en el sistema de receta electrónica como el bloqueo cautelar de recetas. “Una solución a este problema es la receta electrónica; nos queda profundizar en la receta privada, porque es una de las causas para evitar estas situaciones”.

Tráfico ilegal

Aunque se trata de un problema que no afecta al canal legal del medicamento en España, Juan José Castro, inspector jefe de Policía Nacional, jefe de la Sección de Consumo de Medio Ambiente y Dopaje (UDEV Central), alertó que el número de delitos relacionados con el tráfico ilegal de medicamentos se incrementó el año pasado hasta los 5.063, según datos del Instituto de Seguridad Farmacéutica, en una línea ascendente que lleva a superar los 6.000 en el primer trimestre de 2024.

Puso a disposición de todos los farmacéuticos un teléfono con atención de 24 horas (34 628 711 298) para colaborar en este problema en casos que tengan un enfoque criminal penal. Estos delitos cubren medicamentos falsos fabricados por laboratorios clandestinos. Hasta 15 laboratorios se han identificado este año en España creados por organizaciones criminales que han entrado en este ámbito, porque la tipificación del delito es menor," según explicó. Una vía de acceso a estos productos es a través de la paquetería, “porque es imposible de controlar”.

También se detectan falsificados de propiedad industrial, fraudes y delitos asociados o falsificaciones de recetas a través de las farmacias. “Lo más normal es el vaciado de la tarjeta sanitaria, lo que ya se ha prescrito al paciente no se le dispensa al paciente, sino que se saca por otro lado”, alertó.

Otra forma de defraudar es mediante las recetas privadas, donde pueden falsificar sellos de distintos médicos. “Estamos muy atentos con el Fentanilo o el Rivotril, donde se han detectado laboratorios clandestinos en Europa. “Luchamos a través de la formación y la colaboración con las áreas de inspección, con los farmacéuticos, con presencia en todos los foros internacionales posibles, identificando modus operandi nuevos”, explicó el inspector jefe.

Medicamentos y uso lúdico, ‘chemsex’

Durante Infarma Madrid 2024 también se abordaron algunos de los riesgos del abuso de fármacos en la mesa de actualidad Medicamentos y uso lúdico, chemsex. El otro lado del prospecto. En la sesión moderada por Guillermo Bagaría de Casanova, vocal de Oficina de Farmacia del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Barcelona, Maria Perelló, farmacéutica del Consejo de Colegios Farmacéuticos de Cataluña, consideró que “el abuso y el mal uso de los medicamentos es un fenómeno social en evolución que abarca una multitud de prácticas y que constituye un problema de salud pública. Desarrollar sistemas de vigilancia como el Observatorio de Medicamentos de Abuso pueden ser estrategias útiles para implementar medidas de prevención y control”.

Por su parte, Mireia Ventura, coordinadora de Servicios de análisis de Energy Control y TEDI manager, explicó que las personas que usan drogas se ven atrapadas en un ciclo de criminalización, estigmatización y discriminación que obstaculiza su acceso a servicios esenciales. “Este desafío -advirtió- se vuelve especialmente agudo para ciertos grupos de personas, incluyendo mujeres, individuos LGBTQI+, migrantes o refugiados, jóvenes y personas pertenecientes a minorías étnicas, todos los cuales carecen de servicios diseñados específicamente para sus necesidades”.

Para esta experta “los servicios de análisis de sustancias son una poderosa herramienta para contactar con las personas que consumen drogas y para monitorear cómo evoluciona el mercado de las drogas, el cual es extremadamente dinámico”.

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