El congreso de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), que se celebra estos días en Ámsterdam, ha convocado a especialistas de todo el mundo y ha contado con una notable representación española (el octavo país por número de estudios presentados). En este marco, la sesión sobre modelos de atención innovadores en el área de las enfermedades cardiovasculares ha servido para presentar resultados positivos de diversos esquemas colaborativos en los que los farmacéuticos son elementos clave para mejorar los resultados en salud de los pacientes con este tipo de patologías.
En la rueda de prensa de apertura John V. McMurray, de la Universidad de Glasgow (Reino Unido), ha señalado la insuficiencia cardiaca como uno de los grandes temas de esta cita científica.
Su colega Ricky Turgeon, de la Universidad de Columbia Británica (Canadá), presentaba precisamente este domingo dentro de la sesión de esquemas de atención innovadores la evaluación de PHARM-HF, un fórmula de trabajo para la titulación de las terapias de la insuficiencia cardiaca liderada por profesionales de la farmacia.
Un planteamiento similar ha sido el de Meysam Pirbaglou (Toronto, Canadá), que ha hablado sobre la alianza entre (otros) profesionales sanitarios y médicos para reforzar la terapia de la insuficiencia cardiaca de acuerdo con las guías clínicas. Es una estrategia orientada a “ampliar nuestras oportunidades terapéuticas”, ha explicado.
El equipo de la británica Emily Turner ha presentado un trabajo sobre cómo mejorar la frecuencia y corrección de las pautas de anticoagulantes de acción directa (AAD) en un modelo coordinado por farmacéuticos.
Turgeon calificaba los resultados de este último estudio como “impresionantes” en términos de reducción de errores y de mejoría en la terapia anticoagulante de pacientes con fibrilación auricular. Los dos indicadores clave fueron las puntuaciones de los pacientes en la escala CHADS-VASc y la reducción de errores de medicación desde que los participantes se integraron en el programa.
Nicolas Gonzalez Casares: