La Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (Sefap) celebra los días 26 y 27 de octubre en Barcelona la edición 2023 de Aula FAP. Las jornadas formativas se llevan a cabo en esta ocasión bajo el lema ‘Entender al Paciente con Demencia: desde la fisiopatología de la enfermedad a los cuidados y manejo de la medicación’ y tienen el objetivo de actualizar el conocimiento de los farmacéuticos de atención primaria para entender, en todas sus esferas, al paciente con demencia.
“Es importante no sólo el conocimiento de la fisiopatología de la enfermedad y su tratamiento, sino también conocer el impacto que tiene en el entorno familiar y social, ya que en este tipo de pacientes los trastornos de conducta pueden llegar a ser muy disruptivos en el día a día del entorno familiar”, ha explicado Mireia Massot Mesquida, vicepresidenta de Sefap y coordinadora del curso, que considera que es necesario tener una visión completa del paciente con demencia para poder realizar un abordaje “desde una perspectiva biopsicosocial, ya que la medicación no es el único tratamiento posible para estos pacientes”.
En ese sentido, Massot Mesquida ha recordado que el grupo de población afectado por demencias es “especialmente vulnerable” a la medicación, tanto desde el punto de vista de la adherencia a la misma (“Es la primera y más importante preocupación: que se tomen correctamente la medicación y no cometan errores u olvidos, porque estos olvidos y errores pueden tener una repercusión en su salud”); como por el uso que se hace de los psicofármacos para el tratamiento de los trastornos de conducta asociados a la demencia: “Cuando se da más de un trastorno hay una tendencia a la utilización de más de un psicofármaco, lo que al final es un riesgo por todos los efectos adversos que pueden generar, como pueden ser las caídas, o una mayor desorientación y somnolencia”.
Según ha señalado la vicepresidenta de Sefap, los trastornos de la conducta, precisamente, acostumbran a ser los motivos principales de consulta en atención primaria, por lo que, en su opinión, el conocimiento del farmacéutico de atención primaria puede ser “de gran ayuda” en la gestión del uso racional del medicamento. “Desde la perspectiva del paciente, por un lado, podemos ayudar en la mejora de la adherencia a los tratamientos. Por otro, desde la perspectiva del profesional sanitario, los farmacéuticos de atención primaria podemos colaborar en la gestión del conocimiento, en el manejo de estos medicamentos y en una revisión de la medicación centrada en la persona, con el fin de adecuar la intensidad del tratamiento al estado actual del paciente, evitando de esta forma los fármacos que no aportan valor con el fin de simplificar la farmacoterapia a aquellos fármacos esenciales para cada paciente concreto”, ha argumentado.
En la actualidad, según ha señalado Mireia Massot, ya están en funcionamiento diferentes iniciativas que avalan el rol clínico del farmacéutico de atención primaria integrado en el equipo multidisciplinar de salud con el médico y la enfermera, especialmente en el ámbito residencial, donde la prevalencia de demencias puede rondar en algunos casos el 40% del total de la población institucionalizada. “En todas estas iniciativas queda clara la importancia de nuestro trabajo para realizar revisiones de la medicación centradas en la persona, también porque existe una tendencia a cronificar estos tratamientos cuando, en algunos casos, deberían quedar limitados a un periodo de tiempo”, ha concluido.