Aunque los circuitos para la correcta gestión medioambiental de los residuos de fármacos de consumo social llevan más de dos décadas implantadas, los Puntos Sigre de las farmacias comunitarias siguen generando algunas dudas en los usuarios. Por ello, la entidad del sector que gestiona estos residuos ha optado por abordar algunos de los mitos más habituales sobre la gestión de medicamentos y desmontar su contenido.
Sigre centra la lucha contra las ‘leyendas urbanas’, “que se tornan en excusas para no separar adecuadamente los residuos que generamos”, en cinco mitos muy conocidos.
El primero de ellos es que las cajas vacías de medicamentos deben depositarse en el contenedor azul. Esto es radicalmente falso. Las cajas de cartón y envases de medicamentos de todo tipo, tengan aún restos del medicamento o estén vacíos, no deben tirarse al contenedor azul del papel, ni al amarillo de los envases, ni al contenedor verde de vidrio.
La razón de ello es que cualquier envase de medicamentos (incluidas las cajas y los prospectos) tiene que ser tratado de forma específica porque puede contener restos de los mismos, por lo que debe ser depositado en cualquiera de los Puntos Sigre ubicados en las más de 22.100 farmacias repartidas por toda la geografía española.
Otra ‘leyenda urbana’ es que los residuos de medicamentos se destinan a donaciones humanitarias. Desde Sigre aseguran que “en ningún caso los residuos de medicamentos depositados en el Punto Sigre se destinan a donaciones”. Actualmente, la legislación vigente no permite, y sin excepciones, su uso para fines humanitarios debido al riesgo sanitario que implica su reutilización.
Además, “cuando donamos medicamentos que no corresponden a las necesidades de las personas receptoras, estos pasan a acumularse en fronteras, aduanas o campos de refugiados. Ya ha habido casos de acumulación de toneladas de medicamentos que no se destruyen adecuadamente y acaban siendo un problema económico y para el medioambiente”.
También persiste la creencia de que los residuos de medicamentos pueden llevarse también a los Puntos Limpios o Ecoparques. Esta no es una buena práctica. Los residuos de medicamentos y sus envases que tenemos en nuestros hogares “no deben entregarse bajo ningún concepto a estas instalaciones, puesto que la normativa lo prohíbe”, aseguran desde Sigre.
En concreto, la disposición adicional primera del Real Decreto 1055/2022 de envases y residuos de envases exige que los residuos de medicamentos y sus envases de origen doméstico sean recogidos a través de los mismos canales de distribución y venta de los medicamentos, es decir, a través de las farmacias y distribuidores farmacéuticos que participan en el sistema Sigre.
De esta forma, a través de este sistema, se mantiene el control farmacéutico sobre los residuos de medicamentos y se garantiza su correcto tratamiento medioambiental.
Un mito también extendido es que las jeringas y agujas pueden depositarse en el Punto Sigre. Desde esta entidad aclaran que las jeringas, agujas u otros objetos cortantes no deben depositarse en el Punto Sigre al no tratarse de medicamentos y para evitar accidentes durante la extracción de los residuos del contenedor blanco y su posterior transporte y manipulación.
De manera excepcional, se pueden depositar en el Punto SIGRE las agujas que vayan unidas al envase del medicamento y no puedan separarse del mismo (por ejemplo, las jeringas precargadas o bolis de insulina), pero siempre y cuando dichas agujas estén tapadas o protegidas correctamente con su capuchón o dispositivo protector.
El último punto de los ‘bulos’ que quiere combatir Sigre pasa por la implicación social. A la frase “reciclar medicamentos no es asunto mío porque no me afecta”, Sigre responde asegurando que “todos, en algún momento, necesitamos hacer uso de un medicamento para prevenir o tratar una enfermedad o para mejorar nuestra calidad de vida”.
Por ello, “si no hacemos un uso adecuado del mismo, podría tener consecuencias negativas para nuestra salud y para el medio ambiente. Por ello es muy importante realizar un uso responsable de los medicamentos, que finaliza cuando se depositan sus residuos en el Punto Sigre”.
Esta sencilla práctica “reduce el peligro que puede suponer para nuestra salud el consumo de medicamentos sobrantes o caducados, además de evitar la contaminación de nuestros ríos y suelos, como ocurriría si los tiráramos a la basura o por el desagüe. Por otra parte, así se garantiza su correcto tratamiento medioambiental, reciclando los materiales de los envases y obteniendo energía de los restos de medicamentos y de aquellos materiales que no se pueden reciclar. Depositando los residuos de medicamentos y sus envases en el Punto Sigre contribuimos no solo a nuestro bienestar individual, sino también al cuidado del planeta, siguiendo el enfoque de One Health”, aseguran desde la entidad.