Daniel J. Drucker, Jeffrey M. Friedman, Joel F. Habener, Jens Juul Holst y Svetlana Mojsov, líderes mundiales en el campo de la endocrinología y descubridores de los GLP-1 (agonistas del péptido similar al glucagón-1), en el que se basan diversos medicamentos para el control de la diabetes y la pérdida de peso, como es el caso el popular Ozempic y también de otros ,como Wegovy, Rybelsus, son los premiados con el Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024.
Esta candidatura ha sido propuesta por Philip Felgner, Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2021.
El Premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica 2024 es el séptimo de los ocho galardones internacionales que convoca este año la Fundación Princesa de Asturias y que cumplen con esta su XLIV edición. A este premio optaban un total de 48 candidaturas de 17 nacionalidades.
Según reconoce la Fundación, la motivación del premio se basa en “sus avances en el tratamiento de la diabetes tipo 2, con la aparición de fármacos que utilizan como principio activo la semaglutida, un péptido semejante a una hormona, el glucagón-1 o GLP-1, que juega un papel de contrapeso de la insulina en el equilibrio del azúcar en sangre”.
Junto a ello, la semaglutida produce una notable reducción del apetito, lo que ha convertido en un éxito al Ozempic, uno de los fármacos producidos con este principio activo. La revista Science designó a estos fármacos contra la obesidad como el mayor avance científico de 2023.
Drucker, Habener, Holst y Mojsov comparten el reconocimiento de haber iniciado y desarrollado esta investigación desde los años setenta del pasado siglo. Desde sus diferentes laboratorios estudiaron las hormonas que intervienen en el proceso y regulan el metabolismo digestivo, como la somatostatina, que inhibe la producción de glucagón y de insulina, y variantes del glucagón, denominadas GLP-1 y GLP-2, y comprobaron que este sistema de homeostasis podía ser una diana terapéutica efectiva contra la diabetes de tipo 2. La semaglutida (como algunas otras moléculas semejantes) funciona como agonista del receptor del glucagón GLP-1, por lo que inhibe la producción de esta hormona, reduciendo los niveles de azúcar en sangre y mejorando el crecimiento de las células betapancreáticas, responsables de la producción y liberación de insulina.
Además, se ha comprobado que tiene efectos protectores de accidentes vasculares en adultos con obesidad, indicación autorizada recientemente por la Administración de Alimentos y Medicamentos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés). Por su parte, Friedman descubrió en 1994 otra hormona, la leptina, que se genera en las células grasas o adipocitos y actúa sobre la región cerebral que controla el apetito. Se trata de un sistema en equilibrio: cuanta más grasa hay más leptina se produce, lo que disminuye el apetito, reduciendo la grasa del organismo y por tanto la producción de leptina. En el caso de los obesos este mecanismo está desequilibrado. También ha estudiado la predisposición genética a la obesidad.
El desarrollo de las investigaciones premiadas en su conjunto comenzó en 1984, con Daniel Drucker, que codescubrió el péptido similar al glucagón-1, o GLP-1, una hormona intestinal que reduce el azúcar en sangre y suprime el apetito. Décadas después, un fármaco que imitaba al GLP-1 llamado semaglutida demostró ser eficaz para la pérdida de peso, que su trabajo se convirtió en el centro de atención en todo el mundo.
Por su parte, Jeffrey Friedman es uno de los mayores especialistas en obesidad del mundo. Es el descubridor de la leptina, la hormona que controla el apetito. Por su investigación recibió en 2013 el premio Fundación BBVA y es la base del desarrollo de Ozempic.
Junto a ello también está galardonado Joel F. Habener estudioso de los genes que les ordenan a las células fabricar glucagón, una de las hormonas que intervienen en la regulación del azúcar en la sangre. Su trabajo le llevo a descubir una hormona, GLP-1, que regula el azúcar en la sangre. Solo actúa en las células del páncreas que producen insulina y solo cuando se eleva demasiado el nivel de azúcar en la sangre.
Junto a Habener, Jens Juul Holst, de la Universidad de Copenhague, hizo el mismo descubrimiento de manera independiente. El problema era que cuando se inyectaba la GLP-1, se desvanecía antes de llegar al páncreas. Drucker, quien lideró las investigaciones sobre la GLP-1 en el equipo de Habener.
Finalmente Svetlana Mojsov, profesora asociada de investigación en la Universidad Rockefeller, ha investigado cómo los péptidos y pequeñas proteínas regulan los procesos del cuerpo. En la década de 1980, determinó cómo la hormona GLP-1 hace que el páncreas produzca insulina. Jugó un papel crucial hace décadas en el descubrimiento del GLP-1.
El jurado de este Premio –convocado por la Fundación Princesa de Asturias– estuvo presidido por Pedro Miguel Echenique Landiríbar e integrado por Jesús del Álamo, Alberto Aparici Benages, Juan Luis Arsuaga Ferreras, Juan Ignacio Cirac Sasturáin, Avelino Corma Canós, Elena García Armada, Bernardo Hernández González, Jerónimo López Martínez, Amador Menéndez Velázquez, Ginés Morata Pérez, Peregrina Quintela Estévez, Inés Rodríguez Hidalgo, María Teresa Telleria Jorge, María Paz Zorzano Mier y Cristina Garmendia Mendizábal (secretaria).