La Consejería de Salud y Consumo ha presentado al Consejo de Gobierno el Plan Estratégico Andaluz para el Abordaje de las Hepatitis Víricas 2024-2030 (PEAHEP), un plan de acción operativo para mejorar la gestión de las hepatitis virales en la comunidad, donde el año pasado se registraron 621 nuevos casos de hepatitis vírica.
El plan es también una nueva iniciativa para impulsar la concienciación y estimular las políticas activas en la gestión de estas hepatitis y su tratamiento, con el objetivo último de eliminar las hepatitis virales en Andalucía. Según indican desde la Consejería, este es “un plan pionero en España, ya que será el primero y el único en el que se engloban todas las hepatitis víricas (VHA, VHB, VHC, VHD y VHE) en una misma estrategia, alineándose con los objetivos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para la eliminación de las hepatitis víricas en 2030.
Durante el año pasado en Andalucía se notificaron un total de 621 casos de hepatitis virales: 72 de hepatitis A; 79 de hepatitis B; 393 de hepatitis C y 77 de otras hepatitis víricas. Del total de contagios, 443 se dieron en hombres, lo que supone un 71,3% del total, y 178 en mujeres, que representa el 28,66%. Por edades, el mayor número de contagios se produce en el grupo etario de 45 a 65 años para todos los tipos de hepatitis virales entre los hombres, con 251 casos (56,65% del total de casos en hombres); mientras que en las mujeres varía según el tipo, así el contagio de hepatitis
A se registró en mayor medida entre los menores de 14 años (con 11 casos en total) y el resto se concentró también en el grupo de 45 a 65 años (6 de hepatitis B, 54 de C y 17 del resto).
De este modo, se calcula que la incidencia de la hepatitis A en Andalucía es de 8,4 por cada 100.000 habitantes; de la hepatitis B es de 9,2 por 100.000 habitantes; la tasa de la hepatitis C es de 45,8 por 100.000 habitantes y la del resto de hepatitis virales es de 9 por cada 100.000 habitantes.
El PEAHEP surge “como respuesta a la alta prevalencia y carga de enfermedad, aunque se estima que una parte significativa de la población de Andalucía desconoce su infección, lo que contribuye a la transmisión continua y a la progresión de la enfermedad hacia estadios más graves. Estas infecciones pueden llevar a complicaciones crónicas que aumentan la morbilidad y mortalidad en la región”.
Asimismo, la introducción de nuevos tratamientos y estrategias de prevención ha mejorado significativamente el manejo de las hepatitis virales. Los Antivirales de Acción Directa (AAD) para la hepatitis C, las vacunas para la hepatitis A y B, y las estrategias de prevención para la hepatitis E y D, han demostrado ser altamente efectivos. Estos tratamientos y medidas preventivas no sólo mejoran la salud individual, sino que también reducen significativamente el riesgo de transmisión, al eliminar la infección activa en los pacientes tratados y prevenir nuevas infecciones.
Sin embargo, existen grupos poblacionales con mayor riesgo de infección por hepatitis víricas, incluyendo personas usuarias de drogas, población reclusa, migrantes, y personas sin hogar, que requieren estrategias específicas y adaptadas para garantizar un acceso equitativo al diagnóstico y tratamiento.
Finalmente, las hepatitis víricas generan una carga considerable sobre el sistema de salud y la economía, debido a los costos asociados con el manejo de complicaciones crónicas. Por lo que la implementación de un plan eficaz no sólo mejora la salud de la población, sino que también optimiza los recursos sanitarios y reduce los costos a largo plazo.
Promoción, prevención y diagnóstico
El Plan Estratégico Andaluz para el abordaje de las hepatitis víricas 2024-2030 se estructura en cinco líneas estratégicas específicas y dos transversales. La primera se centra en la promoción de la salud con el objetivo de potenciar las capacidades de la población para mejorar su salud y adoptar hábitos saludables mediante la educación sanitaria. Con este objetivo, se van a difundir mensajes informativos a la población sobre la prevención de las hepatitis virales e información específica a ganaderos, cazadores, manipuladores de alimentos y profesionales culinarios sobre la hepatitis E para que eviten el contacto con fuentes de infección.
En paralelo, se va a realizar una implantación progresiva de la secuenciación genómica para la vigilancia de hepatitis VHA y VHE, en coordinación con Salud Ambiental y Salud Alimentaria.
La segunda línea estratégica, dedicada a la prevención y diagnóstico, se propone fortalecer la inmunidad de la población con mayor riesgo frente a la VHA, mejorar la educación preventiva en grupos de riesgo y población en situación de vulnerabilidad y promover el diagnóstico precoz de los casos y sus contactos para cortar las cadenas de transmisión, además de alcanzar la inmunización frente a la hepatitis B del 100% de la población nacida en 1994 y cohortes posteriores y población de riesgo entre 31 y 70 años en Andalucía.
Así, además de fortalecer la inmunidad de la población en riesgo frente a la hepatitis A (VHA), como objetivos específicos, esta línea incluye asegurar la vacunación de la población susceptible frente a VHA y definir estrategias de vacunación frente a VHB para grupos específicos y facilitar e incrementar el diagnóstico de infecciones por hepatitis víricas (VHB, VHD y VHC).
De este modo, se fomentará la vacunación VHA de hijos de madres procedentes de países de alta y media endemicidad nacidos en Andalucía; se potenciará la vacunación VHB en pacientes que pertenecen a colectivos vulnerables y población de riesgo y se diseñarán circuitos de implementación que permitan el diagnóstico reflejo de las hepatitis virales, en todos los laboratorios de los Centros Pertenecientes al Sistema Sanitario Público Andaluz (SSPA).
Otras acciones previstas son identificar a las personas diagnosticadas de Virus Hepatitis C (VHC) por los Servicios de Microbiología, que no han recibido tratamiento y/o no han logrado la curación, con objeto de establecer estrategias de rescate; acercar las actividades de detección precoz del VHC por parte de profesionales del SSPA a los entornos y/o entidades que atienden a los colectivos más vulnerables; y facilitar las actividades de detección oculta (VHB, VHC, VHD) realizado por los profesionales del SSPA a los centros o entidades que atienden a colectivos altamente vulnerables (usuarios de drogas, personas sin hogar, personas que ejercen la prostitución).
Protección, tratamiento y vigilancia
La tercera línea se centra en la protección de los consumidores, en concreto, pretende reducir el impacto en la salud de los consumidores por alimentos contaminados con hepatitis A; reducir el riesgo de transmisión del virus de la hepatitis E por alimentos e implementar un sistema de información con un enfoque ‘One Health’ para mejorar la vigilancia de hepatitis A y E.
Con estos objetivos, las acciones previstas pasan por el desarrollo de un programa de actuación orientado al control de los productos puestos en el mercado directamente por el productor (en mercados de abastos o de venta específicos, o en otros establecimientos minoristas), en coordinación con la Consejería de Agricultura, Pesca, Agua y Desarrollo Rural y la administración local; y la incorporación, dentro de los programas de autocontrol y planes sanitarios, así como de la vigilancia sanitaria, actuaciones específicas de evaluación de la presencia del virus de la hepatitis A en aquellas zonas en situación de riesgo (sequía, detección de contaminación fecal, superación valores de colifagos) y, dentro de los controles sanitarios establecidos, actuaciones específicas de evaluación de la presencia del virus de la hepatitis A en aquellas zonas de baño marítimas y continentales en situación de riesgo (vertidos, contaminación fecal…);
La cuarta línea estratégica se basa en facilitar el acceso al tratamiento antiviral y el seguimiento a las personas diagnosticadas con VHC, VHB y, en su caso, VHD, tanto a la población general como a grupos vulnerables con escasa adherencia a la consulta especializada. Para lograrlo, se van a implementar de forma progresiva el diagnóstico en un solo paso para hepatitis C, con desarrollo en curso para hepatitis B y D, lo que facilitará y acelerará el proceso de diagnóstico y tratamiento de los pacientes.
También se simplifica el proceso de derivación a consulta especializada dirigido a población general con hepatitis C y grupos vulnerables; al tiempo que se va a implantar la Telemedicina/Teleasistencia para las consultas entre profesionales y para garantizar la asistencia de pacientes VHC, VHB y/o VHD con dificultades de accesibilidad.
La consejería de Salud y Consumo cuenta, asimismo, con el Servicio de Farmacia de la consejería, para implementar medidas y protocolos para la mejora de dispensación en acto único, seguimiento por Telefarmacia y descentralización de recogida de terapias, para pacientes con VHC, VHB y VHD.
En paralelo, el plan prevé impulsar la disponibilidad de la tecnología elastometría transicional ‘Fibroscan’ en la mayoría de los centros sanitarios del SSPA para la estimación no invasiva de fibrosis hepática, lo que mejorará el manejo y seguimiento de los pacientes afectados, entre otras acciones.
La quinta línea estratégica, centra en la vigilancia epidemiológica y respuesta en Salud Pública, se marca como objetivos generales conocer la situación epidemiológica de las hepatitis víricas en Andalucía; reforzar los mecanismos de vigilancia epidemiológica para mejorar la detección de casos de hepatitis víricas y adoptar medidas preventivas y de control.
Por último, las dos líneas transversales se refieren a la formación, con el objetivo de promover el conocimiento y la concienciación sobre el manejo de las hepatitis víricas entre los profesionales sanitarios y elaborar un plan de formación para que los profesionales adquieran las competencias necesarias en su gestión; y la investigación e innovación.
En este sentido, el PEAHEP impulsará la I+D+i en la evaluación de intervenciones y la búsqueda de innovaciones para abordar los problemas actuales de hepatitis víricas en Andalucía, a través de redes de investigación colaborativas y grupos de trabajo para la colaboración entre distintos ámbitos profesionales que permitirán un enfoque integral y coordinado; establecer convenios de colaboración con universidades, ayuntamientos, servicios sociales, ONG y administración sanitaria e impulsar proyectos de investigación que permitan obtener evidencias sólidas de los resultados en salud de las diferentes acciones de atención a las personas afectadas por hepatitis víricas, actualmente en curso en Andalucía y proyectadas para la ejecución tras la aprobación del plan.