Gestión

El ECDC reclama una “inversión sostenida” y un “liderazgo sólido” para afrontar la próxima crisis de salud pública

El organismo renueva sus recomendaciones sobre planificación y preparación publicadas en 2024
Sede del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC)

El Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC) ha publicado un conjunto de recomendaciones para la planificación de la preparación ante amenazas para la salud pública, ofreciendo orientación personalizada para mejorar la preparación ante futuras emergencias sanitarias en los países de la Unión Europea/Espacio Económico Europeo (UE/EEE), tanto a nivel nacional como regional.

Basándose en las lecciones aprendidas de la pandemia de Covid-19 y el brote de coronavirus multinacional de 2022-2023, el informe ofrece recomendaciones prácticas y por fases para las autoridades sanitarias de la UE/EEE.

El trabajo complementa el marco más amplio de planificación de la preparación de la UE, publicado en 2024, y está diseñado para ayudar a los planificadores y responsables políticos de salud pública a alinearse con la legislación de la UE y las normas internacionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

El ECDC identificó varias lecciones temáticas de las crisis recientes, como la necesidad de una inversión sostenida en salud pública, una gobernanza y un liderazgo sólidos con un rol definido para el sector de la salud pública, la colaboración intersectorial, el acceso equitativo a la atención médica y una mejor comunicación de riesgos. Estas lecciones se traducen en recomendaciones específicas para cada fase del modelo del ECDC del ciclo de preparación:

El organismo europeo alienta a los países a realizar un mapeo de riesgos intersectorial, una planificación basada en escenarios y evaluaciones de capacidad. Herramientas como la Evaluación Externa Conjunta (ECE) y el Informe Anual de Autoevaluación de los Estados Partes (SPAR) pueden respaldar estos esfuerzos.

Igualmente recomienda establecer estructuras nacionales de coordinación, mantener centros de operaciones de emergencia de salud pública, implementar análisis en tiempo real y desarrollar protocolos claros de escalamiento, así como sistemas y plataformas de vigilancia digital como EpiPulse. 

La guía se centra especialmente en la comunicación de riesgos, la participación comunitaria y la gestión de infodemias (RCCE-IM). Se recomienda a los países que formen equipos multidisciplinarios de RCCE-IM e interactúen proactivamente con las comunidades, especialmente al implementar medidas sociales y de salud pública.

Las recomendaciones incluyen el desarrollo de estrategias de capacidad de respuesta ante emergencias, el apoyo al bienestar del personal sanitario y la inversión en la contratación, la formación y la retención, en particular del personal que trabaja en salud pública y en la gestión de brotes de enfermedades infecciosas.

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