Profesión

La industria asegura su compromiso con la transparencia que demanda la sociedad

Farmaindustria analiza los retos de su sistema de autorregulación para dar respuesta a las demandas en salud 

“La sociedad ha incrementado sus expectativas en materia de transparencia y buenas prácticas y está especialmente sensibilizada en todo lo relacionado con la salud. Por eso, en la industria farmacéutica hace más de dos décadas que nos alineamos con tales expectativas con un Sistema de Autorregulación que va más allá de lo que marca la legislación”, así lo asegura la presidente de Farmaindustria, Fina Lladós, en la jornada organizada por esta entidad en Madrid bajo el lema 'Cómo contribuye el Sistema de Autorregulación de la Industria Farmacéutica a la sociedad'.

La industria farmacéutica  cambió hace más de 20 años de manera sustancial su forma de interactuar con otros agentes sanitarios con el objetivo de que estas relaciones sean más provechosas para todos y garantizar así los dos pilares básicos de nuestro sistema de salud: la sostenibilidad y el acceso.

Con la puesta en marcha en el año 2001 de un pionero Sistema de Autorregulación, el sector farmacéutico se ha convertido hoy en un referente para otros, porque, a pesar de ser una de las industrias más reguladas e intervenidas, ha hecho una apuesta por la transparencia y las buenas prácticas.

Así se ha puesto de manifiesto este miércoles, durante la jornada Cómo contribuye el Sistema de Autorregulación de la Industria Farmacéutica a la sociedad, que se está celebrando en Madrid. En el evento, representantes de administraciones autonómicas, profesionales sanitarios, pacientes y compañías farmacéuticas han analizado el impacto de este sistema de autorregulación en la propia industria y en los agentes que se relacionan con ella, así como su evolución en estos cerca de 25 años.

El paso clave en este compromiso fue la creación en el año 2001 por parte de Farmaindustria del Sistema de Autorregulación de la Industria Farmacéutica, que contiene dos grandes principios: confianza e integridad y otros cuatro principios básicos: respeto, legalidad, prevención y transparencia.

“Les aseguro desde mi experiencia como directora general de una compañía farmacéutica miembro de este Sistema de Autorregulación que todos estos principios tienen un gran impacto en cómo gestionar la compañía y cómo lo tenemos presente en la toma de decisiones” ha añadido Lladós en su intervención.

“Soy una convencida de la necesidad de tener un Sistema de Autorregulación que genere confianza y credibilidad en la industria farmacéutica ante la sociedad y para ello necesitamos, sin duda, de la colaboración directa con las autoridades sanitarias competentes”, ha afirmado. “Les aseguro que no les defraudaremos en cooperar y compartir juntos aquello que ayude a mejorar el comportamiento de la industria farmacéutica y ser capaces de generar confianza ante nuestra sociedad”.

La base de este Sistema de Autorregulación es el Código de Buenas Prácticas de la Industria Farmacéutica, que entró en vigor en el año 2002 y desde entonces vive en constante evolución -la última actualización es de junio de 2023-. Se trata de un conjunto de normas que tienen el propósito de garantizar que la información que se pone a disposición de los profesionales de la sanidad en la promoción de los medicamentos sea completa, inmediata y veraz y, a la vez, asegurar que las relaciones que las compañías y los profesionales sanitarios establecen se desarrollan respetando los más altos estándares éticos. El Código forma parte desde entonces de las obligaciones que todas las compañías farmacéuticas, miembros de Farmaindustria o adheridas al Sistema de Autorregulación, tienen que cumplir y por tanto son parte de sus políticas y procedimientos. Además del Código, la industria también puso en marcha distintos mecanismos de control, independientes y autónomos de su gestión interna. 

Así, el control del cumplimiento de las normas establecidas en el Código corresponde a la Unidad de Supervisión Deontológica, a la Comisión Deontológica y al Jurado de la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol).

“El compromiso real del sector con la sociedad se basa precisamente en ser capaces de demostrar el cumplimiento del Código y para eso nos hemos dotado de unos órganos de control independientes. Esa es la clave, haber sido capaces de diseñar e implementar un sistema que gestiona una información muy relevante y sensible de las compañías farmacéuticas, con independencia, con capacidad de actuación directa a través de sistemas preventivos y si procede, punitivos y, muy importante, con transparencia. Siempre decimos que un Código de Buenas Prácticas sin órganos de control es un documento de buenas intenciones”, ha asegurado el director de la Unidad de Supervisión Deontológica de Farmaindustria (USD), José Zamarriego.

El director de la USD ha incidido en su intervención en que este sistema de autorregulación “ha conseguido generar confianza y credibilidad en cómo se relaciona la industria farmacéutica tanto con los profesionales, como con las organizaciones sanitarias y las organizaciones de pacientes”. 

El Código de Farmaindustria se ha convertido en referencia para otros sectores y ha sido reconocido y avalado por instituciones públicas y privadas, como el Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, Transparencia Internacional España o el Consejo de la Abogacía Española.

“Hemos dado pasos pioneros y de estímulo para otros sectores, especialmente en el campo de la transparencia, y nuestra intención es seguir evolucionando para hacer de nuestro sector una referencia de comportamiento ético”, ha finalizado Zamarriego.

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