El consejero de Salud de Andalucía, Jesús Aguirre, se paró con los medios a su salida del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (SNS) para, entre otras cosas, confirmar la intención de su Gobierno y su Departamento de participar en futuros procedimientos de compra centralizada de medicamentos a nivel estatal, algo que realmente es novedoso si se tiene en cuenta que Andalucía era, junto a País Vasco, Cataluña y Canarias, una de las cuatro autonomías que no habían formado parte, hasta ahora, de los mismos.
"A partir de ahora", anunciaba Aguirre, "entraremos en la compra centralizada, aportando además el potencial de compra de nuestra autonomía, con lo que todos vamos a poder comprar mejor, gracias a la generación de economías de escala". Y es que la participación de Andalucía, la comunidad autónoma más poblada, con más de 8,3 millones de habitantes, según datos del INE de 2018, puede incrementar significativamente el volumen de adquisición, lo que puede ayudar a rebajar los precios de licitación.
El consejero quiso contraponer esta decisión a la de poner fin al procedimiento de subastas, empleado por el Gobierno anterior, e indicó que la medida les va a servir "para ser eficientes en la adquisición de medicamentos, pero en condiciones de equidad con el resto de CCAA". Se refirió aquí al hecho de que las subastas generaban una situación de desigualdad con respecto al resto de autonomías, ya que, recordó, "ni siquiera las aplicaban otras comunidades gobernadas por el PSOE".
En realidad, se puede hablar de un cambio de filosofía, pero no de sustitución de una medida por otra, ya que la compra centralizada está pensada para las adquisiciones medicamentos y productos sanitarios para su dispensación posterior en el hospital, mientras que las subastas se estaban (y de hecho lo estarán hasta que finalicen los contratos en vigor) aplicando para el aprovisionamiento de medicamentos que luego eran dispensados en farmacias de calle.
Cabe recordar, a este respecto, que la medida ya fue incorporada dentro del acuerdo firmado por PP y Vox en enero, y formó parte del conjunto de 37 objetivos que se pusieron de cara a investir a Juan Manuel Moreno como nuevo presidente y formar un nuevo Gobierno en Andalucía. Entre esos objetivos, había siete netamente sanitarios, y uno de ellos era, precisamente, el abandono de las subastas y la incorporación a los procedimientos de compra centralizada estatal.