Un estudio liderado por grupos de investigación del Institut d’Investigació Sanitària Pere Virgili (IISPV), de Tarragona, y de la Universitat Rovira i Virgili (URV), con la colaboración de diferentes centros hospitalarios (entre ellos el Hospital Joan XXIII) ha identificado un biomarcador que ayudará a predecir si un paciente tiene mayor riesgo de sufrir complicaciones en su estado de salud a consecuencia de la Covid-19.
Se trata del piruvato (uno de los metabolitos que juega un papel clave en el proceso de abastecimiento de energía de las células), que cuando se encuentra alterado y sus niveles en sangre son elevados, indica que una persona tiene mayor tendencia respecto a otros pacientes a evolucionar hacia un pronóstico más grave de la enfermedad.
Además de ayudar a detectar a tiempo cuando un paciente tiene mayor riesgo de presentar complicaciones a consecuencia de la Covid-19, este biomarcador contribuye a un mejor abordaje y seguimiento de la enfermedad, para favorecer su recuperación. Por otro lado, la identificación de este biomarcador también representa una nueva vía terapéutica para otras enfermedades inflamatorias y metabólicas ya que la función de este metabolito no solo es la de abastecer de energía a las células, sino que tiene una implicación directa para la salud y el buen funcionamiento de cualquier parte de nuestro cuerpo (su papel también es el de emitir señales emisoras hacia las mismas).
Este estudio nació fruto de una investigación anterior en esta línea, a partir del cual se pudo intuir que algunos metabolitos implicados en el proceso de obtención de energía de las células podrían desempeñar un papel clave en la evolución de la COVID-19 y el empeoramiento del estado de salud del paciente (llegando a desencadenar complicaciones severas).
Investigaciones en esta línea podrían representar un punto de inflexión en el abordaje de la Covid-19 puesto que cuando esta enfermedad se complica y el estado de salud del paciente pasa a ser crítico, el riesgo de morir también se dispara. Por eso, investigar este aspecto de la enfermedad es clave: los resultados obtenidos podrán ser implementados en la práctica clínica. “Gracias a esta investigación el personal sanitario que en los hospitales diagnostica y trata la COVID cuenta ahora con una referencia o biomarcador para identificar con análisis de sangre si un paciente tiene los niveles de este metabolito más elevados y, por tanto, si es más propenso a presentar complicaciones de la enfermedad”, explica Sonia Fernández-Veledo, quien, junto a Anna Rull, ha liderado este proyecto. Y añade: «Esta técnica es más sencilla y económica que la utilizada en el primer estudio, y, por tanto, podría tener un impacto clínico potente en la salud pública».
Estas investigadoras del IISPV pertenecen a los grupos de investigación de Diabetes y Enfermedades Metabólicas Asociadas (que forma parte del centro de investigación biomédica en red CIBERDEM) y de Infección e Inmunidad (pertenece a CIBERINFEC), respectivamente. La investigación ha sido posible gracias a la colaboración de los hospitales Joan XXIII, de Tarragona; Virgen del Rocío, de Sevilla; y el Hospital Vall d’Hebron, de Barcelona, que han contribuido facilitando muestras de pacientes.