La falta de recursos asistenciales y profesionales con formación específica, tanto en atención primaria como en atención hospitalaria, retrasa el tiempo de derivación de los pacientes oncológicos que necesitan cuidados paliativos. Esta es una de las principales conclusiones publicadas en el documento de consenso ‘Procesos y tiempo de derivación de pacientes oncológicos a cuidados paliativos. Búsqueda de elementos de mejora’, realizado por la Asociación Española Contra el Cáncer, la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y la Sociedad Española de Cuidados Paliativos (SECPAL).
El objetivo del documento, dado a conocer este lunes, es poner de manifiesto las barreras y áreas de mejora en los cuidados paliativos en España, así como proponer herramientas consensuadas para mejorar la calidad de los procesos de derivación de pacientes oncológicos en la fase final de vida desde los Servicios de Oncología a Unidades de Cuidados Paliativos.
César A. Rodríguez, presidente de SEOM, ha comentado que “es necesario mejorar los circuitos de derivación de los pacientes desde los Servicios de Oncología Médica, en el proceso de transición del tratamiento activo, a los Cuidados Paliativos, mediante la implementación de protocolos y gestión por procesos que permitan que los pacientes tengan un acceso precoz a las Unidades de Cuidados Paliativos, y no solo en las etapas de fase final de la vida”.
Rodríguez considera que “es importante la organización de grupos de trabajo o comités multidisciplinares que permitan la identificación de los casos susceptibles de atención paliativa de manera precoz, que es una necesidad no cubierta en este momento por el sistema sanitario”.
En cuanto a la formación de los profesionales, el presidente de SEIM ha anunciado SEOM ha acordado con Secpal impulsar acciones encaminadas a mejorar la colaboración y el intercambio de conocimientos y experiencias entre los profesionales de la oncología y de los cuidados paliativos para ampliar la comprensión mutua de la visión y los procesos de ambas disciplinas y mejorar el abordaje global del paciente con cáncer en esta era de la Oncología.
“La dotación de recursos humanos y económicos para implementar unidades de Cuidados Paliativos de calidad es un aspecto de especial relevancia”, asegura.
Por su parte, Elia Martínez, presidenta de Secpal, considera que es preciso “un extenso trabajo de concienciación ciudadana y entre profesionales que normalice la inclusión de los equipos de Cuidados Paliativos en la trayectoria de la enfermedad oncológica, favoreciendo la reducción del sufrimiento evitable mediante el control sintomático y la planificación compartida de decisiones”.
“El cambio del paradigma es evidente; la literatura científica y las recomendaciones de las principales sociedades científicas internacionales abogan por la implementación precoz de cuidados paliativos o basada en factores desencadenantes específicos que deben adaptarse a cada paciente y su entorno cuidador”, agrega.
Ramón Reyes, presidente de la Asociación Española Contra el Cáncer y la Fundación Científica, afirma: “Los cuidados paliativos son un derecho inalienable de las personas, y para garantizar su acceso equitativo son necesarios procedimientos unificados en todas las comunidades autónomas, haciendo posible que cualquier persona, en cualquier etapa de su enfermedad y sin importar dónde viva, pueda tener un final de vida digno”.
Según explica SEOM, “en la actualidad, existen desigualdades en el acceso y calidad de los cuidados paliativos en España, asociadas a factores geográficos, socioeconómicos y de diferente formación de los profesionales sanitarios”. En España, “se estima que, de los casi 130.000 pacientes que presentan necesidades paliativas complejas cada año, aproximadamente 80.000 fallecen sin recibir atención paliativa de calidad”.
Barreras
En relación con el cáncer, los expertos consideran que “no hay suficientes recursos de cuidados paliativos, detectando principalmente una escasez de recursos humanos, tanto en atención primaria como en atención hospitalaria”. “Existe una ratio muy baja e insuficiente entre el número de unidades de cuidados paliativos, tanto domiciliarias como hospitalarias, y el número de personas que las precisan”, aseguran.
Esta situación se traduce en que los pacientes, en ocasiones, no son derivados a cuidados paliativos hasta que están en fases avanzadas de la enfermedad, o incluso pueden llegar a existir listas de espera para ser valorados por vez primera.
En relación con este punto, el documento indica que el estigma y los prejuicios asociados a los cuidados paliativos también constituyen una importante barrera, ya que tanto pacientes como familiares pueden retrasar la solicitud de esta atención por miedo o desconocimiento, e incluso por negación de su situación médica.
También existen barreras burocráticas que dificultan la provisión de recursos esenciales para las personas afectadas, a veces tan básicos como camas o sillas adaptadas. Estos obstáculos complican la logística y la accesibilidad de los pacientes a los cuidados paliativos necesarios. Además, la falta de recursos económicos en muchas familias puede impedir que los pacientes reciban una atención adecuada en el hogar.
Otras de las barreras identificadas son el insuficiente tiempo de consulta, la ausencia de criterios claros para una correcta identificación y derivación de los pacientes oncológicos y una falta de coordinación entre los diversos niveles asistenciales.
Este déficit de coordinación se refiere tanto a los modelos de atención, que varían en función de las autonomías -o incluso entre hospitales de la misma comunidad-, “como a la insuficiente comunicación y colaboración entre los profesionales de Oncología y de Cuidados Paliativos, lo que impacta negativamente en la continuidad y calidad de la atención que reciben los pacientes”.
Desde estas entidades se plantean una serie de propuestas. Se imprescindible llevar a cabo algunas acciones al respecto, con el objetivo de mejorar los procesos y tiempos de derivación.
En cuanto al entorno sanitario, se propone formar grupos de trabajo que incluyan diferentes perfiles profesionales para trabajar específicamente en el desarrollo de criterios consensuados de derivación. Esta acción, destacan los expertos, no requiere de recursos económicos adicionales, aunque sí dotar a los profesionales del tiempo y de la formación adecuada para llevarla a cabo. Todo ello redundaría en una mejora de la atención integral al paciente.
También señalan la importancia de establecer y estandarizar protocolos de actuación, tiempos de atención y seguimiento, desarrollar circuitos de derivación entre los Servicios de Oncología, Cuidados Paliativos y Atención Primaria, así como la creación de unidades funcionales donde los pacientes puedan recibir asistencia por parte de diversos especialistas en una sola visita. Sobre este último punto, los expertos reconocen que “la organización de cada centro hospitalario y la necesidad de financiación hacen que esta propuesta sea difícil de implementar y generalizar a corto plazo.