La debacle del PP en las CCAA cambiará el mapa sanitario

Las elecciones autonómicas de este domingo han confirmado la debacle del Partido Popular, que perderá la presidencia de muchas de las comunidades autónomas que hasta ahora gobernaba. Una consecuencia que tendrá lugar a pesar de que el partido de Mariano Rajoy ha resultado la fuerza más votada en casi todas las comunidades autónomas en las que gobernaba, con excepción de Extremadura. Por ese motivo, tendrá que ser apartado del gobierno mediante pactos, principalmente entre PSOE y Podemos.  No obstante, en otros muchos lugares tendrán que ser tres o cuatro partidos los que pacten para desalojar al PP. Es el caso de la Comunidad Valenciana, Aragón o las Islas Baleares.

A consecuencia de estos pactos, el PP perderá con toda seguridad Extremadura, Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Islas Baleares, Cantabria, Aragón y solo podría retener Castilla y León, La Rioja, Madrid y Murcia. Eso sí, al no haber logrado mayorías absoluta en ninguna de ellas, dependería de pactos con Ciudadanos para gobernar en minoría ya que el partido de Albert Rivera ha anunciado que no entraría en gobiernos si no es el primer partido.

De este modo, no cabe duda de que todos los cambios que han tenido lugar en este 24 de mayo tendrán una repercusión muy importante en la Sanidad. El Consejo Interterritorial del SNS (CISNS) pasará de estar casi en su totalidad teñido de azul a tener solo un máximo de cinco consejeros populares. La consecuencia de todo es que las políticas cambiarán y, aunque está por ver los rostros que ocupan las carteras de Sanidad, los programas electorales del PSOE en algunas de las comunidades en las que gobernará, como es el caso de Extremadura y Castilla-La Mancha, recogían de manera inequívoca la promesa de llevar a cabo subastas de medicamentos al estilo de Andalucía.

Aun así, queda mucho por negociar y falta por ver cómo se irán formando los diferentes gobiernos autonómicos, si se producen con apoyos externos o se producen gobiernos de coalición, cuestiones que podrían hacer matizar los programas electorales de los partidos mayoritarios.