El Fondo de Cohesión Sanitaria ha desparecido del proyecto de Presupuestos Generales del Estado de 2016 y deja sin partida presupuestaria que financie el gasto de las comunidades autónomas que atiendan a pacientes fuera de su territorio. Con la eliminación de esta partida de los presupuestos de 2016, el Gobierno prevé que las Comunidades compensen entre ellas los gastos, lo que podría causar reticencias a la hora de recibir pacientes.
Este fondo fue creado en 2001 como herramienta para garantizar que cualquier paciente que no tuviera acceso a determinado tratamiento en su región pudiera recibirlo en otra, asegurando la igualdad de los ciudadanos. Con su liquidación, parte de la oposición y plataformas de enfermos se han mostrado preocupados y exigentes para que el Ministerio comparezca en el Congreso para dar explicaciones sobre por qué se ha dejado sin partida a un fondo que garantizaba la igualdad de acceso sanitario a los usuarios de 17 sistemas de salud diferentes.
José Martínez Olmos, portavoz de Sanidad del PSOE en el Congreso, ha apuntado que “al dejar de financiar el fondo de cohesión se genera más desigualdad, menos integración del sistema y más dificultades para el ciudadano” y ha señalado que es un error porque “la labor del Gobierno de corregir desigualdades queda muy mermada. Lo deja sólo en las manos de las comunidades para que estas actúen en la línea que puedan”. Por su parte, UPyD ha pedido ha registrado la petición de comparecencia del ministro Alfonso Alonso ante el Congreso. Al respecto, Rosa Díez ha reclamado que “quien proclama los derechos ha de tener instrumentos para garantizar su aplicación en condiciones de igualdad”.
La desigualdad también es el factor que inquieta a la Federación Española de Enfermedades Raras (Feder). Explican que el fondo ha servido durante años para financiar los tratamientos en las unidades de referencia, enfocado al tratamiento y seguimiento de enfermedades poco frecuentes y que sólo disponen de asistencia especializada en centros hospitalarios de otras regiones distintas a las de los pacientes.
El fondo se creó en 2001 y llegó a estar dotado de 150 millones de euros, pero desde 2011 la partida disminuyó de forma agresiva desde los 93,3 millones a apenas 2,3 en 2015. Esta tendencia ha culminado con su desaparición en los presupuestos y ha pasado a tener “naturaleza extrapresupuestaria”. De esta forma, el Gobierno quiere que las Comunidades comuniquen el gasto que les ha supuesto atender a pacientes de otras comunidades para nivelar los saldos positivos y negativos. En caso de que las Comunidades autónomas no dispusieran del importe, el Gobierno podría reducir parte de su financiación. Este aspecto es el que mayor preocupación levanta, ya que la voz mayoritaria de quienes han criticado la medida señala que las Comunidades serán más reticentes a la hora de prestar sus servicios a pacientes otras regiones, generando desigualdad y perdiendo la universalidad en el acceso sanitario.
Además, la eliminación del fondo de cohesión se produce en un momento en el que las tensiones entre las comunidades autónomas por permitir el acceso a pacientes de fuera del territorio aún permanecen candentes. A partir del 1 de enero, dispondrían de mayor responsabilidad en este aspecto, adelantando una atención que desconocen si compensarán con el resto de comunidades.