La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido del incipiente crecimiento de los movimientos antivacunas y el peligro que representan para la población infantil. Para combatirlos, ha anunciado la puesta en marcha de una campaña a gran escala para el mes de septiembre que sirva para concienciar a los ciudadanos sobre la necesidad de cumplir con los calendarios de vacunación.
La reacción de la OMS se produce después de la publicación de un artículo en la revista “Vaccine” que afirmaba que cada año 1,5 millones de niños mueren en el mundo por enfermedades que podrían haberse evitado a través del suministro de vacunas ya existentes. En parte, apuntan, porque uno de cada cinco niños no tiene acceso a estos medicamentos.
El problema que preocupa especialmente a la OMS es que, en los últimos tiempos, esta desprotección está provocada por la actuación de los movimientos antivacunas sobre la población, con cada vez más personas que rechaza la vacunación suya y la de sus hijos, suponiendo un riesgo para la salud pública general por la aparición de enfermedades hasta ahora controladas. “Las vacunas sólo pueden mejorar la salud y prevenir muertes cuando se utilizan, y los programas de vacunación debe ser capaces de alcanzar y mantener tasas elevadas para ser eficaces", señala Philippe Duclos, asesor de la OMS en materia de vacunas.
Otra de las preocupaciones es que los movimientos antivacunas ya no solo afectan a países desarrollados con programas de vacunación, sino que también se están extendiendo a países con menos recursos, como consecuencia de la globalización. Entre los factores que pueden llegar a suponer el rechazo de las vacunas, la Organización dependiente de la ONU cree que son “la desinformación, la comodidad, la conveniencia y la falta de confianza”.
Reacciones en España
En España, el debate de los movimientos antivacunas se puso de actualidad el pasado mes de junio, con el caso del niño de 6 años de la familia de Olot que falleció por difteria, enfermedad que contrajo por no estar vacunado. Desde entonces, los debates sobre cómo actuar frente a los antivacunas y educar a la población sobre la importancia de cumplir los programas de vacunación se han desarrollado desde diferentes frentes.
El primero en proponer medidas ha sido el Colegio de Médicos de Barcelona (COMB), que apostó por la suspensión profesional de todos los médicos antivacunas con una aplicación estricta del Código Deontológico. Sin embargo, desde la Organización Médica Colegial (OMC), el pasado 17 de agosto rechazaron esta medida, alegando que vacunar frente a enfermedades inocuas o leves que no van a producir ningún tipo de patología grave puede parecer exagerado”, como explico Juan Manuel garrote, Secretario general de la OMC. Además, explicó que si se abriera la puerta a todas las vacunas "no habría ocho ó nueve, sino 50 o 60". Por ello, desde la OMC apuestan por pedir al médico “que cumpla con su responsabilidad como médico, y si convence a un paciente de que use un medicamento contrario a su salud, o que no lo use, es castigable deontológicamente, pero generalizar es malo".
El Comité Científico de VacToDate trasladó el debate a las redes sociales, donde multitud de profesionales sanitarios, médicos periodistas y personas anónimas moderadas por Federico Martinón, coordinador del Comité Científico de VacTodate y jefe de la sección de Pediatría Clínica, Infectológica y Traslacional del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, participaron a través de Twitter. En el debate, las conclusiones más importantes se encaminaron hacia la prevalencia de los derechos de la salud del menor sobre la decisión de los padres, la necesidad de incentivar fiscalmente a los que cumplan con el calendario de vacunación y realizar campañas de información.