Antes de la crisis, España era uno de los países que tenían una introducción más rápida de las innovaciones terapéuticas de toda la Unión Europea. Eso cambió a partir de 2010 y llegamos a situarnos a la cola de la UE, los penúltimos. No obstante, en los últimos tiempos estamos empezando a recuperar posiciones y, actualmente, España se encuentra en una posición intermedia en este 'ranking’. Y aún así, la cuota de mercado de las mismas no alcanza ni el 3%, se queda en un 2,8%.
Así lo ha explicado el director general de Farmaindustria, Humberto Arnés a Diariofarma a lo largo de un Encuentro de Expertos en el que ha participado. Según Arnés, estos datos proceden de un estudio de seguimiento de la incorporación de las innovaciones terapéuticas. Este análisis incluye tres variables principales: El tiempo que pasa desde que la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) da la autorización de comercialización hasta que se asigna precio al producto; el grado de penetración del medicamentos en las comunidades autónomas y, por último, la disponibilidad o no de medicamentos autorizados en los diferentes países europeos. Se trata por tanto de un estudio a nivel nacional y europeo que se realiza en colaboración con IMS Health.
Tal y como explicó Arnés, no se trata de crear alarma social ya que la salud paciente del paciente no se resiente dado que tiene disponibles los tratamientos anteriores. Sin embargo, considera que “habría que medir en términos de resultados en salud en qué se traduce la demora” que se produce con respecto a los primeros países en los que una innovación está disponible. Por ello, los datos que obtienen los comparten con las administraciones para que tomen las medidas que consideren oportunas.
Según Arnés, aunque sea una tentación, “lo que sería erróneo es buscar ahorros retrasando la incorporación de las innovaciones” ya que el volumen de mercado de las innovaciones, aquéllos tratamientos con menos de tres años en el mercado, “no supera el 3%”. Por ese motivo, el director general de Farmaindustria estima que habría que “buscar ahorros en otros lugares, distintos a la entrada de las innovaciones”.
En este sentido, indicó que buscar ahorros en los medicamentos que aportan el progreso terapéutico “tiene repercusiones importantes en las compañías farmacéuticas que innovan ya que ven mermados los recursos que destinan a investigación”.