Los efectos adversos son la quinta causa de mortalidad en España. De hecho, según datos de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), fallecen hasta siete veces más personas a causa de los efectos secundarios asociados a la medicación que por accidentes de tráfico. Así lo ha manifestado el presidente de la sociedad, José Luis Poveda, durante la inauguración del 60 Congreso Nacional de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), que estos días se celebra en el Palacio de Congresos de Valencia.
Poveda ha puesto de manifiesto que la población española está “muy concienciada con la prevención de los accidentes de tráfico, pero no tanto con la relevancia de controlar los efectos secundarios asociados a un tratamiento médico y los riesgos que esto conlleva para la salud de un paciente”. Por ese motivo, desde la SEFH llevan muchos años trabajando en mejorar la información y sensibilización no solo de la sociedad sino de los profesionales sanitarios y en difundir la importancia que tiene “la labor de los farmacéuticos de hospital para evitar este tipo de riesgos”, ha explicado. Por ello, los farmacéuticos de hospital tienen “un papel clave en el uso seguro y eficiente de los medicamentos, tanto en los pacientes ingresados como en los externos”, ha asegurado el presidente de la SEFH.
Al año un total de 600.000 pacientes pasan por la consulta del farmacéutico de hospital. Una cifra que en un hospital de más de 100 camas, equivale a más de 280 pacientes al día. Todos ellos son pacientes que son tratados con fármacos que no encuentran en una oficina de farmacia. “Pacientes con VIH, con esclerosis múltiple, con hepatitis o trasplantados son los que acuden a nuestra consulta y en los que es preciso evaluar muy bien el tratamiento que siguen y las condiciones particulares de cada uno de ellos para evitar posibles interacciones entre los diferentes medicamentos que toman o si es preciso ajustar una dosis o retirar o sustituir un fármaco por otro. Decisiones todas ellas que pasan por el farmacéutico de hospital. De hecho, el 97% de las farmacias de hospital cuentan con sistemas activos de detección y notificación de errores de medicación y el 87% de estos servicios hace fórmulas magistrales, es decir, personalizan los tratamientos, adaptando la medicación a las necesidades del paciente”, ha explicado Poveda.
En este contexto, desde SEFH se lleva años reivindicando la participación más activa del farmacéutico de hospital en áreas en las que aún no están o lo están pero de manera simbólica. Los pacientes atendidos en Urgencias, los ingresados en centros sociosanitarios, y los oncológicos, pediátricos y crónicos polimedicados son colectivos más vulnerables ante cualquier acontecimiento adverso que requieren de la atención y seguimiento de un farmacéutico de hospital. “La seguridad es un derecho del paciente y como tal los farmacéuticos de hospital tenemos la responsabilidad de reducir sustancialmente cualquier posible error con la medicación o efecto secundario asociado”, matiza el presidente de la SEFH.
Medidas para garantizar la seguridad del paciente
En cualquier caso, para garantizar la seguridad del paciente en el uso de medicamentos hay una serie de medidas de primer orden: promover la comunicación entre profesionales, la precisión en la identificación del paciente, y garantizar la seguridad de los medicamentos de alto riesgo. Asimismo, la implantación de la historia digital y de la prescripción electrónica contribuye también a garantizar la seguridad de los procesos en los que participa.
Unas estrategias a las que hay que sumar otras más específicas: la integración del farmacéutico en las unidades clínicas, la protocolización de la farmacoterapia, la conciliación de la medicación o la centralización de la preparación de mezclas.