El 16º Congreso del Sector Salud de AECOC-GS1 Spain ha reunido a representantes de la oficina de farmacia, la distribución, farmacia hospitalaria, Administración y pacientes en una mesa redonda titulada “Canales de distribución directa al paciente”, donde se debatió a cerca de los sistemas de entrega de productos farmacéuticos a domicilio, como es el controvertido Programa Akasa, implantado en la Comunidad Valenciana. Una iniciativa, iniciada como prueba piloto en 2013, en la que los pacientes reciben en sus casas absorbentes de incontinencia urinaria y dietoterapéuticos.
El éxito de este Programa fue defendido por José Luis Trillo, responsable de Farmacia de Atención Primaria Clínico Malvarosa de Valencia, de la Consejería de Sanidad Universal valenciana, que explicó las ventajas y beneficios de Akasa. Según los resultados expuestos, la adquisición de los productos a través de una central de compras comporta una reducción de costes en absorbentes del 70%. También destacó la eficiencia del proceso, basado en un sistema electrónico de información, a través del que los médicos realizan las prescripciones, que son recibidas por el operador logístico, que hace llegar el producto al domicilio del paciente, donde se valida la entrega electrónicamente con la tarjeta sanitaria.
Los resultados de una encuesta realizada a 1.000 pacientes que recibieron durante tres años absorbentes, y 150 pacientes con dietoterapéuticos, revelan que el 97% de participantes en el proyecto no abandonaría el canal, hecho que, según Trillo, pone de manifiesto el buen funcionamiento de Akasa. Según sus cálculos, la extensión del programa a toda la Comunidad Valenciana comportaría un ahorro anual de 12 millones de euros.
Trillo destacó la elevada satisfacción de los usuarios y las ventajas económicas del Programa, aunque matizó que el hecho de que el proyecto haya resultado positivo en un tipo concreto de productos y pacientes, no significa que haya que implantarlo de manera generalizada o que no haya que contar con la colaboración del resto de agentes.
El valor del farmacéutico en la dispensación
Una posición alejada a esta la mantuvo el secretario general del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos (CGCOF), Luis Amaro, que considera que un sistema de dispensación a domicilio siempre debe contar con el valor añadido que aporta la farmacia. En su opinión, hay que tener en cuenta que “un medicamento no es un producto cualquiera”, sino que se necesita que se entregue de manera responsable, con la información adecuada, para que pueda ser usado por el paciente correctamente. Es decir, que debe ir acompañado de un servicio profesional. “Y existe una red de farmacias que hace que esta entrega se realice en condiciones óptimas”, apuntó.
Esto se hace aún más necesario en la atención a personas mayores polimedicadas, con más riesgos de sufrir problemas relacionados con los medicamentos y en los que “el seguimiento farmacoterapéutico consigue muchos más ahorros que un sistema de logística de medicamentos”. Además, argumentó en contra de los sistemas de home delivery que no tienen en cuenta que el farmacéutico comunitario se ocupa de la gestión de la medicación que toma el paciente en su conjunto. En este punto, considera que hay que avanzar para poder tener acceso al historial farmacoterapéutico, con el consentimiento del paciente. “Aprovechemos la potencialidad de la red de farmacias, no compliquemos las cosas ni creemos sistemas paralelos donde el valor añadido no es suficiente”, sentenció Amaro. No obstante, incidió en que sí es necesario que la farmacia dé respuesta a las necesidades actuales de los pacientes, que pasa por prestarles atención en su domicilio, y que en esto se trabaja desde el Consejo General.
Carlos González Bosch, presidente de Grupo Cofares, también defendió con firmeza el papel de la oficina de farmacia en este tipo de sistemas. En su opinión, farmacia comunitaria y distribución constituyen un potente tándem que debe poder ofrecer este tipo de servicio a los usuarios, con la colaboración de todos los agentes. En este punto, destacó la necesidad de trabajar para que la legislación permita este tipo de iniciativas.
A su parecer, la atención al paciente en su casa es un tema acuciante que hay que resolver cuanto antes. “Llevar la medicación al paciente a su domicilio no debe ser un elemento de confrontación sino de colaboración”.
González Bosch apuntó que hay que estudiar bien los resultados de las experiencias como el Programa Akasa, y considera que este tipo de sistemas deberían gestionarse desde la oficina de farmacia. Según expresó, los absorbentes de este Programa no tienen una calidad óptima, y en cuanto a los costes, opina que se incrementan con la empresa de transportes que se ocupa de llevar el producto al domicilio. Además, la satisfacción de los usuarios si se hiciera desde la oficina de farmacia sería como mínimo la misma.
Colaboración SEH-Farmacia comunitaria
Los farmacéuticos hospitalarios también coincidieron en la necesidad de que los servicios de envío a domicilio deben “ir acompañados de una dispensación”. Así lo indicó el tesorero de la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH), Javier García Pellicer, que consideró necesario establecer “un modelo colaborativo, con una Atención Farmacéutica y vehiculizado por la historia clínica”. Por ello, según Pellicer, “se tiene que alcanzar una coordinación entre farmacia hospitalaria y oficina de farmacia”.
Para los pacientes, un asunto importante es poder “disponer de lo que necesita sin un incremento de costes, en perfectas condiciones y de manera eficiente, usando las nuevas tecnologías y que se tengan en cuenta los nuevos hábitos del consumidor”, tal y como señaló el presidente de la Confederación Española de Consumidores y Usuarios (CECU), Fernando Moner. En este sentido, indicó que “cualquier acción que mejore el bienestar si aumentar costes hay que explorarla”.