Farmaindustria ha publicado una información con motivo del Día Mundial del Ensayo Clínico, que se celebra el próximo 20 de mayo, para poner en valor el papel que juega la industria farmacéutica en este ámbito, y las múltiples dimensiones que se derivan de esa aportación. En este sentido, señalan que ocho de cada diez ensayos en España están impulsados por laboratorios privados, que asumen esa "compleja, prolongada y arriesgada carrera de fondo que supone la I+D de los nuevos medicamentos, que empieza cuando identifica un primer compuesto prometedor, en la etapa preclínica, y culmina 10-12 años después, cuando, si todo ha ido bien, el nuevo fármaco se pone a disposición de los pacientes", explican.
La patronal destaca que el camino de la I+D biomédica, y en especial el ensayo clínico, representa "un esfuerzo colectivo y multidisciplinar que apenas tiene parangón". "Constituye uno de los mejores ejemplos de cómo aunando fuerzas con el mismo objetivo, sectores y agentes muy diversos (nombran a profesionales sanitarios, gestores de centros, responsables de administraciones sanitarias, profesionales de las compañías y miembros de organizaciones de pacientes) son capaces de generar una dinámica virtuosa que beneficia al conjunto de la sociedad, aunque estos beneficios sean, en ocasiones, poco conocidos", subrayan.
Dicho esto, Farmaindustria ha querido poner de manifiesto los beneficios que producen los ensayos clínicos, más allá del impacto directo sobre la salud, y recogen para ello unas declaraciones de John Corea, vicepresidente de PhRMA, la asociación de la industria farmacéutica innovadora de Estados Unidos, que destaca su "papel a la hora de fomentar el desarrollo económico de las comunidades donde se desarrollan”. Un estudio publicado por la PhRMA destaca cómo los 15.000 millones de dólares invertidos por las compañías farmacéuticas en ensayos clínicos en Estados Unidos en 2017 tuvieron un impacto económico positivo global (sumando los efectos económicos indirectos) de unos 43.000 millones.
La cifra, que parte del análisis de los 4.500 ensayos clínicos promovidos por la industria en Estados Unidos, se refiere únicamente a inversiones directas en los centros donde se desarrollan los ensayos clínicos, sin contar las relativas al diseño de los ensayos, el análisis de datos, la coordinación entre diferentes agentes o los enormes esfuerzos realizados en investigación preclínica (experimentación in vitro y con modelos animales), por lo que no cabe duda de que, contabilizando todas las variables, el efecto de generación de riqueza sería mucho mayor.
Otro efecto económico clave, indican, son los ahorros de costes que los ensayos clínicos promovidos por la industria farmacéutica generarían en los centros sanitarios donde se desarrollan. Sobre esto, la patronal publicó recientemente los datos de algunos estudios, que fueron recogidos por Diariofarma (ver información).
Finalmente, Farmaindustria pone el énfasis en los beneficios más claros de los ensayos clínicos, los que van a los pacientes, que gracias a ellos, recuerdan, "pueden tener acceso temprano a los tratamientos más innovadores, aún no autorizados, lo que en determinadas patologías y cuando otros tratamientos han fracasado puede significar la propia supervivencia". Este acceso temprano a las nuevas terapias se da especialmente en las primeras fases de los ensayos, un tipo de investigación que, precisan, en los últimos años se está intensificando en España.
Carmen Martínez, portavoz del Grupo Socialista en la Comisión de Sanidad del Congreso de los Diputados: 
Margarita de la Pisa, eurodiputada de Vox.: 
Ion Arocena, director general de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio): 
Javier Padilla, secretario de Estado de Sanidad: 
Marciano Gómez, consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana.: