Terapéutica

Eritromicina, ¿cuándo y cómo debemos tomarla?

La eritromicina es un antibiótico del grupo de los macrólidos, similares a otras, como azitromicina o claritromicina, es un antibiótico activo sobre un número muy importante de bacterias. No obstante, y al igual que cualquier otro antibiótico no tiene ningún efecto frente a infecciones causadas por virus, como gripes, resfriados y la mayoría de las infecciones de garganta.

También, se han descrito casos importantes de bacterias que son resistentes a sus efectos. Los macrólidos actúan interfiriendo los procesos de síntesis de las proteínas de las bacterias, impidiendo de esta forma su crecimiento. En el caso de la eritromicina está indicada,entre otras, en infecciones respiratorias como faringitis, amigdalitis o neumonía.

También, se emplea en caso de infecciones de piel, incluyendo formas graves de acné que requieran tratamiento antibiótico, infecciones de orina o infecciones oculares. No obstante, el médico debe comprobar, previamente a su uso, que la bacteria causante de la infección es sensible a la eritromicina.

Nos la encontramos comercializada en formas orales, como cápsulas, comprimidos o sobres, formas inyectables y formas tópicas, como pomadas, oftálmicas, geles tópicos o toallitas monodosis.

La dosis a emplear y la duración del tratamiento van a depender, tanto de la localización de la infección como de su gravedad. Normalmente, por vía oral se emplean dosis diarias de 1 a 2 gramos divididos en tres a cuatro tomas. Su empleo oftálmico suele requerir de una o varias aplicaciones al día, y la administración sobre la piel se suele hacer en una o dos veces al día.

Una de las reacciones adversas más características de la eritromicina es la aparición de diarrea, si presentas diarrea intensa o de varios días de duración tras su empleo, consulta con tu médico y no emplees antidiarreicos sin que éste te lo recomiende.

El mayor riesgo de la eritromicina se debe al mal uso y al abuso que hacemos de este fármaco, y en general, de los antibióticos. Y es la aparición de resistencias que pueden hacer que este antibiótico deje de ser eficaz.

El Ministerio de Sanidad a través de la Agencia Española de Medicamentos ha creado un grupo de expertos, del que forma parte el Consejo General de Farmacéuticos, para tomar medidas que reduzcan el riesgo de resistencias. Entre ellas, te recuerdo que no debes utilizar la eritromicina sin receta médica, ni siquiera en aquellos casos destinados al acné.

Además, es importante que tomes el antibiótico a las horas y durante de tiempo que te haya indicado a tu médico y finalmente desecha el tratamiento que te haya sobrado en el Punto Sigre de tu farmacia.

Y, recuerda pregunta siempre a tu farmacéutico de confianza. Él, te informará sobre los efectos y la forma de tomar la eritromicina y cualquier otra duda que tengas.

Recuerda, ante cualquier duda, acude a tu farmacia y consulta a tu farmacéutico.

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