Un incremento del presupuesto sanitario público en 5.000 millones de euros al año permitiría a Cataluña equipararse a de países con un sistema de salud comparable, teniendo en cuenta su Producto Interior Bruto (PIB) en términos reales y el grado de envejecimiento de la población. Esto es al menos lo que que concluye el estudio 'La enfermedad de la sanidad catalana: financiación y gobernanza', editado por el Cercle de Salut (en el que están integrados los colegios de farmacéuticos, médicos y economistas) y elaborado por el catedrático de economía de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y director del Grupo de Investigación en Economía de la Salud (CRES-UPF), Guillem López-Casasnovas, y el investigador del CRES Marc Casanova.
Los economistas hablan de un "déficit crónico", que puede llevar al sistema sanitario catalán, dicen desde el Cercle de Salut, "a una situación crítica". Y es que, según los cálculos, la infrafinanciación rondaría el 40%, si se compara con los países del entorno. El estudio solo abarca, eso sí, el periodo 2003-2016.
El análisis de la secuencia histórica mostraría que ningún país tenía un gasto sanitario público tan reducido como Cataluña en el momento de alcanzar niveles de desarrollo económico similares (30.000 euros de renta per cápita en 2016). Esta comunidad autónoma se situó entonces por encima de Grecia (5,19% del PIB destinado a sanidad), pero muy lejos de Dinamarca (10,35%) o Finlandia (9,48%). En cuanto a España, el estudio indica una dedicación del 6,39%.
En cuanto a los factores que influyen en la situación económica, se hace referencia a un sistema de financiación autonómica que, dicen, "castiga a las comunidades autónomas con un PIB más alto y un nivel competencial más desarrollado". Éste sería, según el Cercle, "el elemento más sustantivo para explicar el déficit crónico de la sanidad catalana, así como las diferencias que se dan entre comunidades autónomas, ya que el gasto está mucho más descentralizado que la capacidad de obtener recursos propios vía impuestos (fuera del principio de responsabilidad fiscal)".
Comparación con el País Vasco
"Si Cataluña tuviese el mismo sistema de financiación que el País Vasco, el presupuesto anual para la sanidad sería de unos 2.500 millones más, es decir, un 23% más que el presupuesto de 2019", aseguran. Añaden que aplicando al PIB de Cataluña el peso medio del gasto sanitario público en relación con la media del PIB del Estado (6,39%), el gasto debería ser de unos 13.800 millones de euros (unos 4.000 millones de euros adicionales). Así, según el estudio, "una mejora de la financiación pública de la sanidad catalana no será posible mientras el Estado no transfiera recursos basados en parámetros ajenos a la capacidad fiscal de la economía catalana".
El estudio también analiza el gasto en sanidad privada que, según los datos, representa un total del 30% del gasto sanitario en Cataluña, 8 puntos por encima de la media española (22%).
Finalmente, el estudio realiza una predicción sobre el escenario futuro y la posibilidad de homogeneizar el gasto sanitario público en Cataluña con el de otros países del entorno. Así, indican que, en un escenario de crecimiento del PIB de un 2% anual sostenido en el tiempo, que repercutiera en un incremento anual de la financiación sanitaria del 2,4 %, el nivel de gasto sería como el de Austria en 2026; el de Gran Bretaña en 2030; los de Dinamarca y Suecia en 2033, y el de Francia en 2034.