El Hospital Universitario de Valme ha desarrollado una estrategia innovadora para potenciar la seguridad de los pacientes en el uso individualizado de tratamientos contra el dolor crónico no oncológico. Se basa en la creación de una Escuela de Pacientes, en el seno de la Unidad de Dolor Crónico, para identificar y establecer prácticas seguras para el uso de opioides por parte de estos pacientes. Y es que, indican, el 70% de las personas tratadas en esta Unidad reciben tratamiento con opioides, además de otras medidas terapéuticas.
El objetivo principal de esta iniciativa, puesta en marcha en junio de 2019, es hacer posible el intercambio de conocimientos y experiencias en el manejo del tratamiento opioide entre los pacientes que los emplean y las personas que los cuidan. Con ello se pretende "que todas las personas puedan ejercer un papel más activo y responsable en sus procesos de dolor crónico y en el tratamiento con morfina y sus derivados".
Las prácticas seguras tratadas en esta escuela de pacientes abordan "cualquier aspecto relacionado con el tratamiento opioide, además de la prevención de errores de medicación, garantizando con ello la reducción de eventos adversos prevenibles por causa de estos medicamentos. De este modo".
La escuela de pacientes está formada por profesionales de este centro, pacientes y familiares. Inicialmente, fueron tres los pacientes con dolor crónico que reciben tratamiento opioide formados por el personal de la Unidad de Dolor Crónico (anestesiólogos y enfermería) y de Atención a la Ciudadanía, implicándose posteriormente en la formación de otros pacientes con procesos de dolor similares.
Esta estrategia permitiría, aseguran, "que las personas que acuden a los talleres formativos se encuentren un profesorado que habla su mismo lenguaje y sin tecnicismos, entre iguales, ya que son también pacientes. Esto les permite ponerse en el lugar del otro y entender sus dificultades en la forma de enfrentarse a su dolor".
Desde su puesta en marcha, en junio de 2019, se han celebrado varias sesiones con la formación de más de 20 pacientes.
En los cuestionarios distribuidos se habría percibido, dicen, "el alto grado de satisfacción mostrada, tanto por los pacientes alumnos como por los pacientes formadores". En ellos se habría puesto de manifiesto el interés de estos pacientes por convertirse en pacientes formadores de sucesivas ediciones, lo cual garantiza la continuidad de esta iniciativa a través de la participación ciudadana.
Nicolas Gonzalez Casares: