"Ahora nos disponemos a cerrar actividades comerciales, de venta minorista, a excepción de negocios de alimentación, de primera necesidad, farmacias y parafarmacias". Éste fue el anuncio que realizó el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, durante la noche del pasado 11 de marzo. Además de estos establecimientos, informa Anna Buj, corresponsal de La Vanguardia en Roma, se mantienen abiertos bancos, aseguradoras, servicio postal, transportes públicos y de mercancías, gasolineras, estancos y quioscos. El resto, incluidos bares y restaurantes, deberán echar el cierre.
Conte hizo este anuncio destacar la "unidad y responsabilidad" que está demostrando su país, Italia, en la respuesta a la crisis sanitaria abierta por el coronavirus, y tras reconocer que son conscientes de que están en el punto de mira de otros países, por el número de contagios acumulados, por lo que defendió la necesidad de actuar con "rigor", para que "mañana no solo nos miren, sino que nos admiren por nuestra respuesta responsable a la pandemia".
En su declaración pública, que fue recogida por las televisiones y, en general, los medios de aquel país, Conte aseguró que "no es necesario salir corriendo al supermercado" para realizar aprovisionamientos masivos, como los que han comenzado a verse ya en España. El suministro de bienes básicos estaría garantizado.
En el caso de los medicamentos, ocurriría lo mismo. En este caso, fue la propia Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que está trabajando en estrecha colaboración con la Comisión Europea y las agencias regulatorias nacionales, la que se encargó de enviar un mensaje de tranquilidad, ya que, por el momento, no hay notificaciones de desabastecimientos de medicamentos en el continente como consecuencia del coronavirus.
Iniciativa de las farmacias italianas
Junto a este anuncio, cabe destacar el que ha hecho la Asociación Italiana de Titulares de Farmacia (Federfarma), sobre un acuerdo de colaboración con Cruz Roja Italiana para entregar medicamentos a domicilio a pacientes mayores de 65 años o dependientes, con síntomas de infección respiratoria y fiebre, o sujetos a cuarentena por positivo en el virus COVID-19.
El servicio estará disponible las 24 horas, los siete días de la semana, y consiste en la recogida, por parte del personal de la Cruz Roja, de la receta en el centro de salud, la recogida de la medicación en la farmacia más cercana al domicilio del usuario, o en la que éste le indique, para entregarla finalmente en dicho domicilio. Todo ello, con el consentimiento del paciente, que, en caso de receta electrónica, tendrá que ceder datos como el número de receta y su número de la seguridad social.
El personal de Cruz Roja adelantará el coste de los medicamentos, que le será reembolsado posteriormente por los pacientes al recibir la medicación. El servicio, en cambio, será totalmente gratuito.
El presidente de Federfarma, Marco Cossolo, ha opinado que, con la expansión de este servicio de entrega a domicilio "las farmacias demuestran, una vez más, su iniciativa y compromiso incansable para proporcionar a la población toda la asistencia que necesita". Por su parte, el presidente de la Cruz Roja Italiana, Francesco Rocca, ha declarado que el servicio estará disponible a partir de hoy mismo, 12 de marzo, "para todas las personas mayores y vulnerables y en todo el territorio nacional". "En este periodo de sacrificios y responsabilidades, es esencial establecer redes para estar al lado de los que están en mayor riesgo. Nadie debería sentirse solo", ha concluido.