La Comunidad de Madrid ha realizado un llamamiento a la Administración Central para reponer las existencias de los equipos de protección individual que deben utilizar los sanitarios para atender a los pacientes con coronavirus. El consejero de Sanidad de Madrid, Enrique Ruiz Escudero, ha solicitado la ayuda del Ministerio de Sanidad en su comparecencia en la que ha desgranado algunas de las 200 medidas contenidas en el Plan de Acción frente al coronavirus.
“Lanzo un SOS al Ministerio de Sanidad. Necesitamos más material. Pido máxima inmediatez para surtir a los hospitales de los recursos materiales imprescindibles. Los profesionales así lo necesitan, tenemos que protegerles de la infección, ellos son los primeros que deben estar protegidos”, ha señalado Ruiz Escudero durante su comparecencia. Este material ha sido declarado como de compra centralizada por el Ministerio de Sanidad.
El consejero ha explicado que desde que el Gobierno decidió centralizar la compra de los equipos de protección individual, han hecho “un llamamiento permanente al ministerio” a este respecto ya que hay “una necesidad muy grande de estos recursos”, por ese motivo, ha considerado “fundamental” que el Ministerio empiece a distribuir estos equipos. Por otro lado, Ruiz Escudero ha asegurado que incluso están “buscando la manera de fabricar estos equipos de protección”. Tal y como ha recalcado, el objetivo es “proteger a toda la población, pero especialmente a los profesionales sanitarios y los mayores con patología de base”
Mando único
El Plan desarrollado por la Consejería de Sanidad centraliza la gestión de todas las estructuras sanitarias de la región, públicas y privadas, en un mando único que busca “objetivo es agilizar las decisiones y que la información fluya”. Por ese motivo, ha definido la situación como “un momento histórico” al trabajar toda la sanidad bajo la misma batuta, tal como el momento “lo requiere”. Según explicó “es de vital importancia abordar la situación de manera global y coordinada”.
A este respecto, ha querido dejar claro que la sanidad privada, que ya está atendiendo a estos pacientes, incluso en sus Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), se ha prestado a colaborar sin llegar a definir si habrá y cual será la compensación. “No ha habido petición expresa por cómo se va a hacer. Ahora no es lo que preocupa, sino contener la enfermedad. Luego se establecerá la vía de colaboración”, ha explicado el consejero.
Ruiz Escudero también ha explicado que el objetivo es alcanzar las 1.000 camas de UCI en la región. Para ello, además de las camas de los hospitales privados, se están convirtiendo camas de las unidades de reanimación en UCI y, para ellos ya se están adquiriendo equipos de respiración y monitores. El objetivo es asegurar que todo el que pueda necesitar la UCI tenga una cama disponible. A día de hoy todavía hay camas disponibles pero la región se está preparando “para lo que pueda venir”.
A este respecto, ha señalado que según los datos que tienen en la región más del 10% de los pacientes acaban necesitando la UCI. En estos momentos, 164 pacientes sobre 1.338. Esta cifra es superior a la registrada en otros países, pero Ruiz Escudero lo ha achacado a la accesibilidad y calidad del sistema sanitario y, especialmente, a la elevada esperanza de vida existente en la región.
Estancia medicalizada intermedia
Por otro lado, el consejero ha explicado que se van a movilizar más camas en lo que ha denominado “estancia medicalizada intermedia”. Este sistema consistirá en la medicalización de hoteles y residencias de mayores que tengan casos. Es decir, que aquellos pacientes que tengan necesidad de atención sanitaria, sin llegar a estar graves, serán atendidos en estas nuevas instalaciones. Esto se aplicaría, aproximadamente, al 30% de los pacientes que requieren hospitalización, pero no pasan a ser críticos.
Otro cambio relevante se refiere al proceso de diagnóstico. Según ha detallado Enrique Ruiz Escudero, la prueba de reacción en cadena de polimerasa (PCR) dejará de hacerse para el diagnóstico ya que este pasará a ser realizado por los síntomas del paciente. Solo se aplicará al cabo de un tiempo para verificar que ya no hay virus. De este modo, los pacientes con síntomas deberían quedarse obligatoriamente en sus viviendas y, por tanto, se contribuiría a reducir la circulación del virus.
Con todas estas estrategias “se intenta que el paciente esté quieto y se evite el desplazamiento de pacientes siempre que no sea necesario el traslado”, mientras que es el sistema el que acude a donde lo necesita el paciente, una sanidad líquida, ha explicado Ruiz Escudero.