La digitalización y la llegada de los algoritmos a todos los ámbitos de la Sanidad van a suponer la auténtica revolución dentro de sector salud, un cambio radical del sistema que aún está pendiente de producirse, según aseguraron los expertos presentes durante el encuentro la Aceleración de la Transformación Digital en Salud, celebrado en el marco de la semana de la Innovación y la Ciencia, impulsada por la Comisión de Innovación del Vall d’Hebron Barcelona Hospital Campus.
A lo largo de los cinco días de reunión se han llevado a cabo actividades relacionadas con la realidad virtual y aumentada, la robótica, la simulación, el 3D, el emprendimiento o la investigación. En esta línea, recordaron que la transformación digital no es un fin, sino un medio dirigido a humanizar y mejorar la atención del paciente, los resultados en salud y las condiciones en las que los profesionales hacen su trabajo.
Teresa Ramos, Head of Personalised Healthcare de Roche Farma España, considera que la digitalización convertirá al paciente en un driver del sistema de salud involucrado en la toma de decisiones, lo que supondrá una mayor corresponsabilidad en el abordaje de enfermedad, más adherencia y un mejor pronóstico y calidad de vida. “Para que esto llegue a producirse a siete años vista, es imprescindible la suma de talentos y la colaboración entre todos los agentes de sector; que seamos disruptivos y valientes a la hora de poner en marcha proyectos que lo hagan posible y lo impulsen”, afirmó.
La Head of Personalised Healthcare de Roche expuso algunas de las iniciativas que la compañía lidera en materia de digitalización, una de sus áreas prioritarias. “La digitalización es clave para nosotros porque tenemos una misión muy ambiciosa que es multiplicar entre tres y cinco veces el beneficio para los pacientes de la innovación a la mitad de coste para la sociedad. Esto significa poner a su disposición más moléculas en nichos huérfanos, donde hay una gran necesidad médica, y hacerlo de forma sostenible para el sistema. Para ello, empleamos la digitalización en ser muy eficientes en las primeras fases de investigación, la aplicamos en todo el proceso, hasta llegar a esa parte final, ese viaje personalizado del paciente que comienza con su identificación temprana, continúa con el diagnóstico exhaustivo para obtener marcadores, después con su tratamiento personalizado y con la monitorización remota. De esta manera, se convierte en un actor del proceso de su enfermedad que forma parte de las decisiones clínicas y que, con la conexión digital con su equipo clínico, va a mejorar su experiencia y los resultados en salud”, aseguró.
Ramos expuso cómo desde Roche se utilizan endpoints para impulsar el desarrollo científico, lo que permite, entre otros beneficios, una menor carga en el seguimiento del paciente y una mayor relevancia de datos de vida real. Además, explicó otros proyectos de la compañía como una base de datos en oncología, con más de tres millones de informes de pacientes, que puede suponer una transformación en la investigación del cáncer. “Uno de sus primeros beneficios es que nos permite ser más ágiles a través del Real World Data a la hora de acercar la evidencia al paciente a través de la aprobación de medicamentos y nuevos sistemas diagnósticos”, señaló.
Por su parte, Yolima Cossio, directora de Sistemas de Información y presidenta de la Comisión de Transformación Digital del Hospital Universitario Vall d’Hebron, insistió en que el cambio en transformación digital, que se ha visto acelerado por la pandemia, debe ser sistémico y no tiene que basarse únicamente en la tecnología, sino también en las personas y los procesos. Respecto a esto, señaló que en el Hospital Universitario Vall d’Hebron la digitalización se asienta en tres pilares básicos: la redefinición de los procesos, la tecnología y la gestión del cambio, todos ellos alineados con la estrategia. “Este cambio debe ser multidisciplinar e implicar a múltiples agentes”, añadió.
Manel Escobar, director clínico del Instituto de Diagnóstico por Imagen (IDI) del Hospital Universitario Vall d’Hebron, analizó los grandes avances que se han producido en materia de digitalización del diagnóstico por imagen en los últimos años. “En la actualidad –explicó– el flujo de trabajo que hay alrededor de la imagen médica de los distintos niveles asistenciales es 100% digital. Todos los elementos de esa cadena de valor, con el paciente en el centro, se producen en formato digital: desde la citación hasta el desarrollo de los informes. Hemos tardado 100 años, pero hemos ido más allá del concepto de transformación digital del sector salud en su conjunto”.
Escobar señaló también que la digitalización en el ámbito del diagnóstico por imagen está ahora inmersa en el desarrollo de la inteligencia artificial. “Vamos a tardar muy poco en dar un salto cualitativo, aplicando algoritmos de inteligencia artificial a la interpretación de datos procedentes de la imagen médica --auguró--. Nos dirigimos a la conjunción de algoritmos que recojan datos de distintas fuentes para desarrollar medicina personalizada. Todos los datos que se van a procesar no los puede interpretar el humano, por eso van a cambiar los roles de los profesionales sanitarios y se incorporarán otros perfiles a las organizaciones sanitarias. La transformación que viene es la auténtica revolución industrial”.
En opinión de Judit Riera, adjunta del Servicio de Farmacología Clínica del Hospital Universitario Vall d’Hebron, mientras que hace años la transformación digital se focalizaba únicamente a empoderar al paciente, en la actualidad, esta se dirige a involucrar de forma integral a todos los agentes del sistema sanitario en su beneficio. “Se trata de un proceso transversal donde participamos todos, que a la larga agilizará y abaratará procesos y permitirá llegar a muchas más personas para incrementar su bienestar, lo que significa una menor necesidad de procedimientos sanitarios, menos gastos y más actividad laboral y económica”, añadió.
No obstante, Riera identificó algunas barreras que deberán ser solventadas para lograr estos beneficios ligados a la digitalización. Una de ellas es que no todos los pacientes tienen el mismo nivel de instrucción tecnológica, lo que obligará a los profesionales a destinar parte de su tiempo a introducirles en el uso de estas nuevas herramientas. Por otra parte, según la doctora Riera, en todo lo referente al análisis de datos, se debe mirar atrás y saber aprovechar aquellos que están ya registrados pero que en el pasado no pudieron ser analizados porque no existía la tecnología precisa. “Algunas de las herramientas que están surgiendo nos posibilitan estructurar datos ya recabados en el pasado y así sacar conclusiones clínicas. El Natural Language Processing permite análisis masivos del Real World Data recogido en texto libre que tiene un importante valor para establecer modelos predictivos en beneficio del paciente y del desarrollo de la medicina personalizada”, concluyó.