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Humanizando la asistencia desde Farmacia Hospitalaria

El proyecto de “Escuela de Pacientes en cirugía de artroplastia de rodilla” del Gregorio Marañón en el que participa Farmacia Hospitalaria junto a Anestesia, Traumatología y Rehabilitación recibió dos premios en el último congreso de la SEFH, el premio SEFH-Rovi al Desarrollo en Farmacia Hospitalaria y el premio a mejor Comunicación Oral operativa.

Almudena Ribed, del servicio de farmacia del centro madrileño, explica que el proyecto “aporta una gran satisfacción tanto a los profesionales como a los pacientes”. Por parte de los pacientes, “nos han puntuado con un 9,8 sobre 10 tanto en la satisfacción general con la Escuela como en la utilidad de la información que reciben”, concluye la farmacéutica.

La escuela, puesta en marcha en marzo de 2021, se enmarca dentro de un programa más amplio, el programa de atención personalizada para la recuperación intensificada en las intervenciones de prótesis de rodilla o también llamado programa ERAS (Enhance Recovery After Surgery). El objetivo, según explica Ribed, era “consensuar una serie de cuidados desde el preoperatorio hasta el alta entre los diversos servicios que participan en el cuidado del paciente”. Sin embargo, “a ese proyecto le faltaba una pata y quisimos ir más allá de lo que había publicado y de lo que se hacía en otros sitios y realmente humanizar la asistencia. De ahí nace esta última intervención la escuela de paciente donde el paciente participa activamente en su proceso quirúrgico”.

En la escuela presencialmente “siempre estamos un traumatólogo, el Dr. Fernando Vega, una enfermera, Rosa María y yo misma como farmacéutica”. Se citan a los pacientes que se van a operar la semana siguiente. Médico y enfermera explican en qué va a consistir la cirugía y todos los pasos que ocurrirán desde su llegada al hospital hasta el alta. Se entrega a los pacientes un documento informativo (describe la cirugía, que debe traer al hospital, instrucciones para el hogar, ejercicios de recuperación, etc.). En definitiva, tratamos de responder a todas sus dudas”, explica la farmacéutica, “es como la antesala a la intervención. Con esta acción conseguimos reducir la ansiedad y el estrés que tienen los pacientes de cara a la intervención”.

El papel de Farmacia Hospitalaria es clave y se basa en tres actuaciones: La conciliación de los medicamentos en todas las transiciones asistenciales, “donde en alguna ocasión hemos detectado algún error de medicación grave que hubiera provocado la suspensión de la cirugía”; asegurar la correcta profilaxis antibiótica, fundamentalmente realizando el exudado nasal para detectar portadores nasales de estafilococo aureus y la correcta descolonización; y colaborar en la mejora del tratamiento del dolor a través de protocolos de analgesia multimodal integrados en la prescripción electrónica asi como la elaboración desde el Servicio de Farmacia de una mezcla analgésica estándar.

La media de edad de los pacientes que participan en la escuela es de 70 años.  El número medio de medicamentos crónicos de estos pacientes es de 6-7. Son personas con otras patologías y comorbilidades y por eso es preciso revisar qué medicamentos no deben de tomar antes de la cirugía, o al revés, que medicamentos deben tomar. La presencia in situ en la escuela es fundamental y así “recopilamos el historial farmacoterapéutico del paciente, aprovechamos para hacer una entrevista individualizada y repasamos con el paciente las recomendaciones que les hizo Anestesia”. Además, “dejamos este historial escrito en la historia clínica del paciente  para que todos los profesionales sanitarios, durante el ingreso, tengan acceso a él”, explica la farmacéutica, quien considera que con esta actuación y la conciliación postoperatoria, “logramos una de las recomendaciones de seguridad más importantes, la adecuada conciliación en todas las transiciones asistenciales”.

La escuela atiende en su primer año de funcionamiento prácticamente al 50% de los pacientes que se han de someter a una intervención de prótesis de rodilla. El objetivo es seguir desarrollando el proyecto e incorporar también a los pacientes pendientes de prótesis de cadera. “Es verdad que con la pandemia ha habido algo menos de actividad quirúrgica. Más o menos el año pasado en el hospital se hicieron unas 300 prótesis de rodilla.  Podríamos decir que pasan la mitad”, asegura Ribed.

Desde marzo de 2021 han pasado entre 130 y 140 personas por la escuela. “Los resultados que tenemos es que la estancia hospitalaria se ha reducido a cuatro días, cuando en 2019 era de siete días”, asegura Ribed quien además explica que “en 2019 registramos 14 cirugías suspendidas por un mal manejo de la medicación o mal ayuno por parte del paciente. Este año, en los pacientes de la escuela, no se ha suspendido ninguna cirugía”. Por último, se mejora la calidad de vida de los pacientes respecto a su movilidad, dolor y estado de salud global.

“La gerencia está muy contenta con los resultados y de hecho quieren ampliar el proyecto”, explica Ribed ya que el programa “está centrado en la optimización de los recursos y no requiere más que unas buenas alianzas entre los profesionales y reorganizar circuitos”.

“Al final de lo que se trata es de desinvertir para invertir en cosas que realmente aportan valor. Inviertes tiempo en la escuela y después ahorras tres días de cama hospitalaria con una altísima satisfacción de los pacientes y una atención sanitaria de calidad”, indica la Dra. Almudena Ribed.

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