El Servicio de Farmacia del Hospital General Universitario Gregorio Marañón ha elaborado un nuevo modelo de atención integral pionero en el entorno perioperatorio.
En el último número de la revista de la SEFH, un equipo de investigación del Servicio de Farmacia del Hospital Gregorio Marañón presenta un nuevo esquema basado en la incorporación del farmacéutico en todas las etapas de la atención al paciente quirúrgico. Se conoce por el acrónimo PAFE (Programa de Atención Farmacéutica Especializada) y se caracteriza por el papel de los profesionales en la puesta en marcha de prácticas seguras en el uso del medicamento a partir del consenso de un grupo de expertos, la mejor evidencia clínica disponible y la innovación tecnológica.
Según recuerdan los autores, en los últimos tiempos han proliferado las publicaciones que demuestran el impacto de las intervenciones farmacéuticas en la reducción de errores de medicación y, por tanto, en la mejora de la seguridad de los pacientes. Este hallazgo alcanza a diferentes ámbitos y especialidades.
Un terreno ‘minado’ con errores de medicación
El campo de la cirugía es uno de los últimos donde el farmacéutico hospitalario ha comenzado a integrarse en los equipos asistenciales, pero existe poca evidencia sobre el impacto real del profesional integrado de forma global en la atención al paciente quirúrgico, escriben.
Su idea es que el nuevo modelo sirva para el desarrollo de experiencias similares en otros centros y para visibilizar la figura del farmacéutico en el entorno quirúrgico. “Permitirá además generar evidencia sobre distintas medidas que permitan sistematizar el manejo de estos pacientes”, añaden. Se trata de un asunto particularmente relevante puesto que “el proceso quirúrgico es una de las áreas del hospital con prevalencia más elevada de errores de medicación”.
La idea central es que el farmacéutico especialista se integre en el equipo multidisciplinar y esté presente en todas las etapas del proceso de atención: prehospitalización, precirugía, intracirugía, postcirugía y alta. Este profesional coordina y diseña la puesta en marcha de las estrategias que han demostrado reducir el riesgo de errores de medicación, actuando como garante de una atención farmacoterapéutica de máxima calidad y seguridad.
El PAFE se ha puesto en marcha en un hospital de Madrid que atiende a una población de 350.000 habitantes, dispone de más de 1.200 camas, 34 quirófanos para procedimientos programados y 5 para urgentes. Durante el año 2019 se llevaron a cabo allí 32.618 intervenciones.
El grupo de intervención
Ese mismo año se formó en el Servicio de Farmacia el Grupo Farmacéutico Quirúrgico (FAQUIR), integrado por seis facultativos especialistas en farmacia hospitalaria encargados de la atención del paciente quirúrgico. Posteriormente se constituyó un grupo de trabajo multidisciplinar con experiencia en mejorar la seguridad del entorno quirúrgico. Dicho grupo está liderado y coordinado por la dirección del centro e integrado por farmacéuticos, cirujanos, anestesistas y personal de enfermería.
Para evaluar sus resultados, se creó un cuadro de mandos con los siguientes indicadores: accesibilidad (número de pacientes atendidos respecto a las cirugías totales), actividad (pacientes quirúrgicos incluidos en programas de AF, consultas…), efectividad (estancia hospitalaria media, reingresos y suspensiones de cirugía por manejo inadecuado de medicación crónica), seguridad (número de eventos adversos evitados, entre otros), indicadores de calidad asistencial (PREM y PROM) e indicadores de docencia e investigación. La evaluación se mantiene.
En el análisis de la situación basal se documentaron 4,9 errores de medicación por paciente. Los más frecuentes fueron los relacionados con profilaxis antibiótica incorrecta (52,9%), seguidos de conciliación incorrecta al ingreso (41,2%). Se identificaron 25 modos de fallos y se diseñaron medidas específicas para prevenirlos.
