Uno de cada seis europeos se siente al borde del agotamiento (burnout); niveles de estrés en aumento; disminución de la calidad del sueño; dificultades para obtener visitas médicas. En muchos sentidos, Europa “parece estar perdiendo su liderazgo en lo que refiere al cuidado de la salud de sus ciudadanos”. Estas son solo algunas de las ideas obtenidas en la presente edición del estudio Stada Health Report, una encuesta paneuropea promovida por Stada.
Entre las conclusiones del estudio destacan aquellas relacionadas con cómo los españoles acceden a la información de salud. En este punto el estudio arroja datos significativos: un tercio de los españoles (37 %) señala confiar en la información procedente ‘influencers’ en temas de salud, un índice tres veces superior que la media europea del 12 %, siendo en España la puntuación nacional más alta.
Más allá de las redes sociales, los españoles son también los europeos que más confían en la medicina convencional. En total, el 93 % de los adultos en España expresaron una confianza general en la medicina convencional, lo que sitúa a nuestro país en el puesto más alto junto con Portugal. Un 44 % de españoles señalaron que confiaban absolutamente en la medicina convencional, cifra muy superior a la siguiente proporción nacional más alta en Bélgica (39 %). El promedio europeo de confianza absoluta fue solo del 25%.
Un 14 % de los adultos en España dice que, aunque generalmente confía en la medicina convencional, le gusta estar al día sobre tratamientos alternativos, muy por debajo del 21 % de la media de la encuesta. Solo el 3 % dijo desconfiar de la medicina convencional porque cree que el sistema está condicionado por aspectos económicos en lugar de priorizar la salud, la puntuación más baja conjuntamente con Portugal.
Los adultos en España se encuentran entre los visitantes más frecuentes a las farmacias en Europa: más de siete de cada diez (72 %) adultos españoles visitan una farmacia al menos una vez al mes. Esta cifra está muy por encima del 56 % de la media europea, lo que sitúa a España en segundo lugar en este aspecto entre los 15 países participantes en el estudio, solo por detrás de los serbios (76%).
Por otro lado, solo un 48 % de los españoles evalúan su propia salud mental como buena, cifra muy por debajo del promedio de la encuesta del 57 %, y solo por encima de los kazajos (39 %). De hecho, el 16 % de los adultos españoles califica su salud mental como mala, la segunda peor cifra junto con la República Checa y solo por detrás del Reino Unido (17%). Otro 35% en España evalúa su salud mental como “regular”. Cuando se trata de hablar sobre su salud mental, los españoles están especialmente interesados en buscar el consejo de expertos: un 62 % consultarían a un psicólogo o psiquiatra,muy por encima del 40 % de la media europea y la cifra más alta a nivel nacional. Solo el 6 % de los españoles no hablaría sobre su salud mental con nadie.
Un 48 % de los españoles afirma que realiza ejercicio físico cardiovascular, como correr, para mejorar su salud mental, la proporción nacional más alta de Europa y muy por encima del 32 % de media de la encuesta. Por contra, menos de uno de cada cuatro (23%) usan o usarían suplementos para mejorar su salud mental; en este sentido, los españoles están solo por detrás de los franceses como los menos propensos a recurrir a suplementos para apoyar su bienestar mental.
Sin embargo, un poco más de la mitad de los españoles (58 %) describen su calidad de sueño como buena, muy por debajo del 65 % de la media europea. Además, el 42% de los españoles dicen tener una calidad de sueño “mala”, proporción muy por encima del 35 % de la media de la encuesta, que incluye al 4 % en España que afirma dormir muy mal.
La mitad de los adultos españoles (50 %) ha intentado adoptar una dieta más saludable en los últimos 12 meses, la puntuación más alta de entre los países europeos y muy por encima del 40 % de la media de la encuesta. Además, los españoles se encuentran entre los más propensos en Europa a buscar asesoramiento de su médico de cabecera u otro profesional de la salud en los últimos 12 meses: el 30 % lo hizo, un total superado solo en Portugal. En cambio, solo el 14 % de los españoles afirma haber incrementado el consumo de vitaminas, minerales y suplementos, la proporción nacional más baja en Europa.