Terapéutica

La farmacología clínica se reivindica como elemento clave en la seguridad del paciente

La especialidad asegura que en el futuro será necesario realizar mejoras en los sistemas informáticos de notificación de incidentes con la medicación, y seguir avanzando en la colaboración a nivel europeo e internacional, para permitir un intercambio ágil de información.

Bajo el lema “Medicación sin daño”, el pasado sábado se ha celebrado el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, cuya finalidad es contribuir a la sensibilización frente a la necesidad de promover acciones para fomentar la seguridad en la atención sanitaria de la población, prioridad a la hora de buscar ofrecer una atención de calidad.

 “Se calcula que el 50% de los daños evitables en la atención sanitaria son daños causados por la medicación”, explica Glòria Cereza, especialista en farmacología clínica del Centro de Farmacovigilancia de Cataluña. En este contexto, “La farmacología clínica, como especialidad médica centrada en el diseño y la evaluación de los estudios que investigan los efectos del uso de los medicamentos en terapéutica, con unos sólidos conocimientos metodológicos, constituye un soporte fundamental no solo en la investigación segura de los medicamentos, sino también en la toma de decisiones clínicas orientadas a ofrecer la terapia más adecuada y segura para los pacientes. Los farmacólogos clínicos desarrollamos labores de información y formación sobre medicamentos que promueven su uso razonado, eficiente y seguro, lo cual tiene indiscutibles implicaciones en la seguridad del paciente, evitando prácticas inseguras con su uso. También es relevante nuestro papel en comisiones farmacoterapéuticas y nuestra participación en el desarrollo de políticas de medicamentos en las instituciones sanitarias”, añade.

La farmacovigilancia es fundamental para promover un uso seguro de los medicamentos y minimizar el impacto de los problemas relacionados con los mismos en la salud de la población. Integrada en el sistema de salud, forma parte del proceso que vela por la seguridad del paciente.

Según la doctora, “es esencial una visión global de la seguridad con el uso de los medicamentos, para lo que se debe aumentar la concienciación de que la elevada carga de daños relacionados con la medicación requiere del trabajo conjunto y colaborativo de los profesionales implicados en ambos sistemas”. E insiste en que, si bien ya existe esta colaboración, “hay todavía que mejorar la formación y las herramientas, para garantizar que los errores con daño sean notificados como sospechas de reacciones adversas, tal como establece la legislación vigente en farmacovigilancia”. Para ello, es necesario “implementar en el futuro mejoras en los sistemas informáticos de notificación de incidentes con la medicación, que permitan un intercambio ágil de información entre ambos sistemas”.

Noelia Vega, médico especialista en Farmacología Clínica del Servicio de Farmacología Clínica del HUMV, destaca el papel del farmacólogo clínico dentro del sistema de farmacovigilancia. “La implicación del médico especialista en farmacología clínica es fundamental, en primer lugar, por la propia esencia de nuestra especialidad, que conlleva evaluar en la optimización e individualización de los tratamientos médicos el beneficio-riesgo para el paciente. De hecho, la evaluación de efectos adversos y farmacovigilancia están recogidas por la Comisión Nacional de la especialidad entre los objetivos formativos específicos dentro del programa de la especialidad de farmacología clínica, y en el itinerario formativo de los residentes se contempla una rotación con este fin”, comenta la doctora.

También insiste en la importancia de la colaboración internacional: a nivel europeo la información del Sistema Español de Farmacovigilancia de medicamentos de uso humano (que integra los 17 centros autonómicos) se centraliza, junto a la del resto de países europeos, en el Pharmacovigilance Risk Assessment Committee, mientras que a nivel mundial el organismo competente es el Centro de Farmacovigilancia de la OMS, con una base de datos global llamada VigiBase1. “La integración de todos los centros de farmacovigilancia es lo que hace que el sistema sea más eficaz. Hay que tener en cuenta que hay fármacos con efectos adversos muy raros, cuya frecuencia es menor a un caso/10000 pacientes tratados, por lo que para poder detectarlos se precisa tener acceso a los datos de un número muy elevado de pacientes”, explica la Dra. Vega.

Por último, la farmacóloga del HUMV destaca la relevancia de actividades como el Día Mundial de la Seguridad del Paciente, y otras similares, enfocadas a fomentar y concienciar sobre el uso seguro de los medicamentos. “Todos tenemos un papel en la farmacovigilancia, y esto también incluye a los ciudadanos, quienes son los que experimentan en primera línea los acontecimientos adversos. Es importante su concienciación y su participación. Si sospechan que un medicamento les está causando efectos adversos, sobre todo si éstos no se encuentran descritos en el prospecto, o asocian estos efectos al uso de un nuevo medicamentos, además de comunicárselo a su médico, pueden rellenar el formulario electrónico de notificación de sospechas de reacciones adversas a medicamentos que encontrarán en la dirección web www.notificaram.es, que será redirigido a su Centro Autonómico de Farmacovigilancia”, concluye la doctora.

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