Los terremotos ocurridos el pasado 6 de febrero al suroeste de Turquía, afectando también al noroeste de Siria, y la réplica de esta misma semana suman ya más de 47.000 muertos, 115.000 heridos, al menos 2,4 millones de desplazados y 24 millones de personas afectadas, según cifra la agencia Reuters.
Miles de edificios e infraestructuras han quedado destruidos y han dejado sin hogar a millones de supervivientes, provocando daños estimados por valor de hasta 80.000 millones de euros.
Desde el primer momento, la industria farmacéutica empezó a movilizarse para contribuir a paliar los efectos de la catástrofe a través de donaciones de medicamentos esenciales y material sanitario, pero también con aportaciones económicas para apoyar a organizaciones de acción solidaria sobre el terreno.
Las donaciones económicas que las compañías han confirmado estas dos primeras semanas superan ya los 12 millones de euros. Una cifra que se verá superada en próximos días, ya que muchas empresas aún no han informado de sus aportaciones y otras han organizado colectas cuya recaudación igualarán con fondos propios. Estas primeras donaciones han ido destinadas especialmente a cubrir las necesidades de emergencia, como la creación de espacios de refugio seguros para los millones de personas que se han quedado sin hogar.
La Cruz Roja Internacional ha sido una de las organizaciones no gubernamentales por la que la industria farmacéutica ha canalizado las ayudas, que se han destinado a las necesidades más acuciantes. Refugio, atención sanitaria, saneamiento, alimentos y agua, además de apoyo psicosocial, como explicaban recientemente desde la ONG. La industria ha realizado también donaciones a través de otras entidades como la española Farmamundi, CARE, International Medical corps o Unicef, todas ellas con programas de ayuda internacional en la zona afectada.
Por otro lado, este sector se ha volcado con la donación de medicamentos. Se han enviado toneladas de medicamentos esenciales, como antiinflamatorios, vacunas o antibióticos comunes, fármacos muy necesarios en un escenario de catástrofe, con un gran volumen de población que no dispone de infraestructuras sanitarias y en una situación de gran vulnerabilidad.
La industria farmacéutica está colaborando y desarrollando también otros proyectos, como la creación de un hospital de campaña en una de las zonas más afectadas o el envío de enseres de abrigo y comida desde España. Asimismo, algunas compañías han puesto también en marcha programas para que los empleados puedan aunar donaciones, en paralelo a los fondos de las propias compañías.
“A medida que se van conociendo los detalles de la dimensión de esta crisis humanitaria, las compañías están trabajando para proteger las cadenas de suministro de medicamentos en estos países y obtener tratamientos vitales para los pacientes, así como garantizar la llegada de suministros médicos y donaciones económicas para los afectados por los terremotos”, declaraba el comunicado que emitían hace unos días desde la Federación Europea de la Industria Farmacéutica (Efpia) —a la que pertenece Farmaindustria—.
De hecho, estas ayudas son solo el principio. Las compañías continúan planificando y concretando nuevas acciones en apoyo a las víctimas y con la mirada puesta en la reconstrucción de la zona.