El Instituto de Investigación Sanitaria (Incliva) participa en el proyecto europeo IMI-PAINCare para el impulso de nuevos analgésicos eficaces, coliderando un grupo de trabajo dirigido a encontrar un tratamiento específico y efectivo frente al intenso dolor que provoca la endometriosis.
El estudio, dentro del subproyecto TRiPP (Translational Research in Pelvic Pain) y dirigido por el doctor Raúl Gómez Gallego, coordinador del Grupo de Investigación en Terapias frente a la endometriosis y el cáncer endometrial de Incliva, tiene como objetivo desarrollar un modelo animal roedor que refleje la endometriosis humana como plataforma para el ensayo de compuestos capaces de aliviar el dolor asociado a esta patología.
La endometriosis se genera cuando el endometrio, tejido que recubre el interior del útero, en lugar de expulsarse durante el periodo menstrual, se filtra a la cavidad abdominal y se deposita allí, creciendo y formando lesiones sobre órganos y tejidos adyacentes, lo que genera una inflamación crónica que provoca intenso dolor e infertilidad.
Así, las mujeres afectadas experimentan periodos de dolor punzante y alta intensidad y/o dolor pélvico crónico, también pre y post menstruales, así como dolor en las relaciones sexuales, al ir al baño o de manera genérica, en el intestino o parte baja del abdomen. Esta patología afecta en nuestro país a un porcentaje que se sitúa entre el 5 % y el 10 % de las mujeres en edad fértil, es decir, entre 700.000 y 1.500.000 mujeres, y el día 14 de marzo se celebra el Día Mundial de la Endometriosis para concienciar sobre esta patología.
En la actualidad, existen fármacos, como los antiestrogénicos, que son específicos para rebajar la inflamación local en el tejido endometriósico, mitigando, de este modo, el dolor, pero no lo erradican. Por otra parte, existen analgésicos más potentes como los opioides, pero son inespecíficos, no actúan sobre el foco del dolor sino sobre el sistema nervioso central, causando efectos secundarios incompatibles con su uso continuado.
“El problema principal es que no tenemos ningún fármaco que dé una respuesta actuando de manera local y totalmente efectiva para erradicar completamente el dolor. No hay modelos animales que imiten la fisiología de la endometriosis humana y el dolor asociado a la misma. Para desarrollar nuevos fármacos para el tratamiento de la enfermedad es necesario ensayarlos previamente en un modelo animal. Pero, como los modelos animales no son fiables, los resultados tampoco lo son. Solventar ese problema es el objetivo de nuestra investigación”, ha afirmado Gómez.
Hasta la fecha, los fármacos que se han probado eficazmente en los modelos animales clásicos de endometriosis han fracasado cuando han dado el salto a la clínica, debido a que los modelos de los que se dispone no son adecuados y es difícil que lo sean por dos razones. Por un lado, porque los roedores que se usan comúnmente como modelos no tienen endometrio, por lo que no pueden generar de manera natural algo fisiológicamente similar a la endometriosis.
Por otro, también es difícil saber si estos modelos animales desarrollan dolor asociado a endometriosis y medir en qué grado, ya que es un dolor que se produce sin estimulación mecánica y se evalúa preguntándole a la paciente. En cambio, en los animales el dolor se estima en virtud de su respuesta postural a un estímulo mecánico que en absoluto emula lo que ocurre en las pacientes.
En este sentido, ha explicado, “la novedad de la aproximación a través del actual estudio es doble. El Incliva ha trabajado en la generación artificial de tejido endometrial en ratón para imitar el endometrio humano y ha desarrollado también nuevos sistemas de monitorización automatizada in situ para identificar y cuantificar el dolor crónico no evocado mecánicamente en animales en su propio medio y sin manipulación humana, evitando sesgos”.
“Hasta la fecha se han generado dos nuevos modelos animales (en roedores), que han sido identificados por la Unión Europea en su aplicación RADAR como ‘innovación’ y que esperamos que contribuyan a acelerar la investigación en cuanto a una mayor tasa de éxito en la transferibilidad de la fase preclínica a la clínica", según Gómez.
"La investigación, al ser más fiable –y, por tanto, transferible-, permitirá reducir la tasa de abandono en el desarrollo de fármacos y facilitará que lleguen en mayor medida al mercado. Llevamos ya más de 25 años sin que se comercialice ningún medicamento novedoso. Con los nuevos modelos, esperamos a corto-medio plazo (entre 4 y 6 años) la llegada al mercado de nuevos fármacos, más específicos y eficaces para tratar el dolor la endometriosis", ha concluido Gómez.
IMI-PAINCare ha obtenido una financiación superior a 23 millones de euros, a través de la Iniciativa de Medicamentos Innovadores (IMI 2), la Unión Europea y Efpia.