Formar a los profesionales sobre el contexto regulatorio, farmacológico y clínico del CBD, ha sido objetivo de la sesión que ha organizado el COFA de Alicante, junto a AZ Pharma Care. El en encuentro se plantearon a los asistentes en distintos aspectos relacionados con el CBD y sus aplicaciones y propiedades terapéuticas, sobre cómo trabajar en la farmacia comunitaria con estos productos y saber qué tipo dispensar según cada situación.
Igualmente, durante la jornada se explicaron las diferencia con el THC, la regulación actual en esta materia además de señala el sistema endocannabinoide y su relación con el CBD. La ponencia corrió a cargo de Ana Polvorosa, Licenciada en Farmacia y Bioquímica, y fue moderada por Rogelio Berbel, Vocal de la Sección de Alimentación del COFA.
Los usos médicos del cannabis, incluida la curación de algunas enfermedades de la piel, se conocen desde hace más de 5.000 años. Preparados procedentes de la planta Cannabis sativa fueron utilizados en China en el tratamiento de erupciones cutáneas, úlceras, heridas y pérdida de cabello, y en Egipto se aplicaron al cuidado de las “extremidades inflamadas”, de las llagas de los ojos y del glaucoma.
Entre los componentes de la planta que han sido relacionados con sus efectos terapéuticos se encuentran los cannabinoides, debido a su participación en la modulación neuro-inmuno-endocrinológica del funcionamiento de la piel.
Este efecto podría estar relacionado con la actividad inhibitoria de estos compuestos sobre la inflamación de la piel, la proliferación celular, la fibrosis, el dolor y el prurito. El sistema endocannabinoide (SE) es un complejo sistema endógeno de señalización que interviene en múltiples vías metabólicas, regulando funciones biológicas esenciales como la presión sanguínea, la temperatura corporal o la glucosa. El SE juega un papel relevante en la regulación cutánea y en la supresión de la inflamación de la piel. Cuando existe desequilibrio pueden aparecer trastornos dermatológicos tales como la psoriasis y la dermatitis atópica.
El CBD no posee propiedades psicoactivas, por lo que su utilización no se ha encontrado con las barreras levantadas para obstaculizar las investigaciones sobre las posibles aplicaciones terapéuticas del THC. Uso del cannabis con fines terapéuticos en la oficina de farmacia
A finales de 2020, la Comisión de Estupefacientes de la ONU eliminó el cannabis de la lista IV de la convención única de 1961, donde figuraba junto a opioides adictivos y potencialmente letales (como la heroína), quedando incluido desde ese momento en su lista I, donde se encuentran los estupefacientes con potencial adictivo pero accesibles para fines médicos (como la morfina).
Tras una evaluación preliminar, la Comisión Europea reconoció que el cannabidiol natural aislado, así como el sintético no es estupefaciente. En resumen, el CBD, ya sea de origen vegetal o de síntesis, se utiliza para la elaboración de medicamentos y, por tanto, dispone de la correspondiente autorización de comercialización concedida por la Agencia Oficial del Medicamento. No es adictivo.
El 28 marzo de 2022 se solicitó, en la comparecencia del presidente del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos, ante la subcomisión dedicada al análisis de las experiencias de regulación del cannabis para uso medicinal, que se incluyera el CBD en el Anexo III ‘Lista de las sustancias que no podrán contener los productos cosméticos, salvo con las restricciones establecidas’, del Reglamento Europeo 1223/2009 de productos cosméticos.
Esto serviría para que se incluyeran advertencias de uso, e incluso limitar las concentraciones de CDB, lo que permitiría mejorar el manejo de estos productos cosméticos y evitar problemas de salud pública. Las farmacias comunitarias son establecimientos sanitarios idóneos para colaborar en las medidas que los gobiernos adopten con el fin de proteger, promover y mejorar la salud pública a través de políticas destinadas a facilitar el acceso al cannabis para uso terapéutico.
Nicolas Gonzalez Casares: