Terapéutica

Los antivirales de nueva generación, clave para curar la hepatitis C sin efectos secundarios

Un trabajo de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) subraya la eficacia y seguridad de estos nuevos fármacos para el tratamiento de la Hepatitis C, también en casos de coinfección con VIH
Vicente Soriano, de la Unir

La administración diaria de antivirales de acción directa de segunda generación (DDA) puede curar la Hepatitis C en tres meses. Asimismo, los nuevos antirretrovirales tienen una gran eficacia supresora para tratar el VIH, aunque no erradican la infección. Así lo recoge el estudio de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que destaca que el tratamiento con estos fármacos es particularmente efectivo en los casos de coinfección con VIH, el virus del Sida.

Tanto los antivirales para tratar la Hepatitis C como los utilizados para tratar el VIH consisten en una o pocas pastillas administradas una sola vez al día, sin apenas efectos secundarios.

El artículo, publicado en la revista médica Expert Opinion on Drug Safety, una de las más prestigiosas en farmacología, comprueba que la administración de estos nuevos antivirales, en especial cuando se inicia el tratamiento en el momento del diagnóstico, ahorra tiempo a los pacientes, evita que desarrollen cirrosis por el virus de la Hepatitis C o Sida por VIH, y ayuda a prevenir contagios. 

En España se han tratado cerca de 150.000 pacientes con Hepatitis crónica C con los nuevos antivirales, pero se estima que todavía hay cerca de 50.000 infectados sin tratar. Aunque la mayoría cursa la enfermedad de forma asintomática, pueden evolucionar a cirrosis y cáncer de hígado.

“Los antivirales han mejorado mucho, tanto en eficacia como en seguridad. Así, los recomendados para tratar la Hepatitis C o el VIH -Sofosbuvir y Tenofovir, respectivamente, de la farmacéutica Gilead; o Glecaprevir/Pibrentasvir (Maviret) para la Hepatitis C, de la farmacéutica AbbVie- no solo tienen una gran eficacia, sino que son bien tolerados y se administran por vía oral una sola vez al día. Por lo tanto, ya no hay argumentos para no tratar y evitar que los pacientes desarrollen cirrosis por el virus de la hepatitis C o Sida por VIH”, sostiene el doctor Vicente Soriano, profesor e investigador de la Facultad de Ciencias de la Salud de UNIR y primer firmante del artículo.

La OMS estima que en el mundo hay 57 millones de personas con Hepatitis crónica C y 38 millones con infección por VIH. “Mientras que más del 75% de los seropositivos para VIH conocen su diagnóstico y casi todos toman medicación, la mayor parte de los pacientes con Hepatitis crónica C desconocen su enfermedad. Los que fueron diagnosticados de Hepatitis C en algún momento previo, casi todos ya han sido tratados y curados en los últimos años”, explica el Dr. Soriano.

“En el momento actual, el pronóstico de la Hepatitis C depende de su diagnóstico. En este sentido, programas nacionales como el que iniciará EE.UU. próximamente (haciendo el test a toda la población), permitirán erradicar la hepatitis C en muchas partes del mundo, como ya se ha observado en Egipto o Georgia, que realizaron programas de ‘Test & treat’ masivos en la población general hace pocos años”, señala este experto.

El estudio arroja luz sobre el tratamiento con estos nuevos antivirales para pacientes coinfectados por Hepatitis C y VIH. Los resultados indican que es preferible empezar primero un tratamiento y, más adelante el otro, puesto que introducirlos a la vez puede ocasionar problemas. 

Pueden surgir cuatro desafíos principales: efectos secundarios que se solapan con antivirales frente al VIH y la hepatitis C, de modo que no se sabe qué medicamento lo produce y hay que suspender ambos tratamientos; casos raros de reactivación de la Hepatitis B, por desaparición brusca del virus C; síndromes de reconstitución inmune en pacientes con la inmunidad deteriorada por el VIH; e interacciones entre los antirretrovirales y los antivirales anti-Hepatitis C, que pueden causar toxicidad debido a sobreexposición a un fármaco o fracaso del tratamiento debido a concentraciones subóptimas del otro.

La terapia dual en pacientes coinfectados, según concluyen los autores, requiere la vigilancia de estos cuatro problemas principales, pero debe indicarse de forma consecutiva, generalmente empezando por tratar el VIH y, pocos meses después, la Hepatitis C.

En esta revisión han participado también Víctor Moreno-Torres, Ana Treviño, Pablo Barreiro, Fernando de Jesús y Octavio Corral, investigadores de la Universidad  Internacional de La Rioja (UNIR), y Carmen de Mendoza, del Hospital Universitario Puerta de Hierro en Madrid.

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