El PSOE es el freno a la denominada ‘corriente reaccionaria’. Así lo ha asegurado este miércoles el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en un inusitado acto de despedida de los diputados del Grupo Socialista en el Congreso, que ha servido también para describir las líneas maestras por las que va a discurrir el discurso socialista de cara a las próximas elecciones del 23J.
Sánchez ha exhibido un discurso escorado hacia la izquierda, en el que concentra en su partido, el último remedio para hacer frente a la denominada ‘corriente reaccionaria’, un término recién instaurado en los argumentarios del PSOE y Moncloa para resumir en dos palabras lo acontecido tras el varapalo electoral del pasado día 29.
En esa confrontación de proyectos; “la ampliación de derechos”, que según Sánchez ha defendido su partido y “esa coalición de derecha y extrema derecha”, que pretende derogarlos, la sanidad ha sido una referencia constante, junto con otras cuestiones de calado social.
La primera de ellas ha sido la referencia a la ‘privatización’ de la sanidad. Aunque el actual Gobierno ha mantenido dormido toda la legislatura, el debate sobre una Ley de Equidad que tenía precisamente en la prestación de servicios por empresas privadas, un grave escollo entre los socios de Gobierno, este miércoles Sánchez ha mostrado su rechazo a la ‘privatización’ de los servicios sanitarios y ha dejado entrever que este será uno de los temas clave en su programa sanitario.
Igualmente, el presidente del Gobierno, ha recodado los proyectos lanzados en esta legislatura, como lo que ha denominado “el reconocimiento a la muerte digna”, el aborto, así como el trabajo desarrollado durante la pandemia de Covid-19 y las medidas puesta en marcha como cuestiones de avance, frente a una corriente que a lo que aspiran “es a recortar y a no reforzar el sistema sanitario”.
Entre aplausos de la nutrida afluencia socialista, Sánchez ha agradecido el trabajo realizado a todos los diputados y les ha exhortado a trasladar el mensaje que ha hecho suyo desde el anuncio de elecciones el pasado lunes y que resume su acción política durante la próxima campaña: “Hay que clarificar si los españoles quieren seguir políticas de ampliación de derechos o quieren derogarlos como clama la coalición de la derecha extrema y extrema derecha”.
“Donde ayer había un socialista mañana habrá alguien del PP o de Vox con un programa del que lo único que conocemos es que pretenden derogar el sanchismo. Derogar significa destruir todo lo construido, desmantelar todo lo conquistado, acabar con los avances sociales de los últimos años”, ha asegura Sánchez.
Aunque ha reconocido que han existido errores de gestión, que no ha explicitado, Sánchez asegura que “humildemente, los aciertos han sido mayores que los tropiezos”
Sánchez ha asegurado también “el cierto hartazgo” que para la población española puede suponer la convocatoria de elecciones el 23 de julio, si bien ha indicado que en su opinión es necesario, porque lo que se decida ese día “va a tener efecto en la vida de nuestro país en la próxima década”.
Nicolas Gonzalez Casares: