“La Farmacología Clínica se enfrenta a su escasa visibilidad para los estudiantes de Medicina y los residentes, pese a los grandes atractivos que ofrece nuestra especialidad médica”. Así se ha manifestado Antònia Agustí Escasany, presidenta de la Sociedad Española de Farmacología Clínica (SEFC), quien también ha reclamado un aumento en el número de plazas de médicos internos residentes (MIR) de la especialidad “en paralelo al incremento del número de servicios/unidades de Farmacología Clínica en la red de hospitales españoles públicos y en los centros de Salud de Atención Primaria”.
Para la Dra. Agustí, los grandes atractivos de la formación MIR en Farmacología Clínica están relacionados con la posibilidad de rotar por distintos servicios clínicos de otras especialidades médicas durante un periodo largo de tiempo. Además, permite adquirir los variados conocimientos y habilidades propios de la Farmacología Clínica, como la selección y la información de medicamentos, la respuesta a consultas terapéuticas de distintas temáticas o la elaboración de informes sobre concentraciones plasmáticas de fármacos.
Igualmente, durante la formación especializada, los residentes tienen la posibilidad de adquirir conocimientos sobre la farmacogenética, la detección y la evaluación de sospechas de reacciones adversas a medicamentos (farmacovigilancia), la realización de estudios de utilización y seguridad de los medicamentos en la práctica clínica, así como otros estudios de farmacoepidemiología y farmacoeconomía.
En el ámbito de la investigación, los residentes pueden formarse en el apoyo y la realización de ensayos clínicos, entre otros proyectos relacionados con los medicamentos.
La presidenta de la SEFC ha lamentado que esta especialidad médica sea “poco conocida todavía en la actualidad”, a pesar de que “las perspectivas de empleo y desarrollo profesional para los especialistas en Farmacología Clínica sean buenas”. De hecho, “no hay especialistas en paro”, ha asegurado.
“Las salidas profesionales son variadas, y pueden colmar las distintas afinidades y perspectivas de los médicos. En todo caso, la oferta pública de trabajo podría ser aún mejor si hubiera servicios y/o unidades de Farmacología Clínica en todos los hospitales de tercer nivel y en todos los hospitales universitarios, tal y como recoge el Real Decreto 1558/1986, de 28 de junio (1), sobre los requisitos para la acreditación de centros sanitarios universitarios.
Actualmente, las plazas MIR que se convocan son las acreditadas y ofertadas en los distintos centros que forman especialistas de Farmacología Clínica. El ‘Informe Oferta-Necesidad de Especialistas Médicos 2021-2035’ (2) no reconoce que esta especialidad necesitará en los próximos años incrementar el número de especialistas.
Según la presidenta, los cálculos del Ministerio “sólo tienen en cuenta las previsiones de jubilaciones en los próximos años, pero no las necesidades de farmacólogos clínicos en otros tipos de centros ni otras demandas. Especialmente, el problema radica en que el cálculo de necesidades se basa en los centros que hay actualmente acreditados, pero no en los que debería haber”. En este sentido, ha lamentado que en la actualidad todavía existan en España varios hospitales terciarios y/o universitarios sin servicio o unidades de Farmacología Clínica.
Seguridad y eficiencia
Desde la Presidencia de la SEFC, Agustí anima a los estudiantes de Medicina a decantarse por la especialidad de Farmacología Clínica. “La investigación con medicamentos, así como su posterior utilización y los resultados de salud obtenidos en la práctica clínica tienen por objetivo mejorar la salud del paciente de forma segura y eficiente”.
“Los médicos que se decanten por nuestra especialidad deben querer realmente ser farmacólogos clínicos. Nuestra especialidad abarca distintas áreas del conocimiento que permiten adquirir una sólida formación en el proceso de la investigación con medicamentos.
Seguimos la investigación de un fármaco desde las primeras fases en humanos hasta su comercialización”, ha apuntado.
Asimismo, el médico farmacólogo clínico adquiere una sólida formación en los estudios de postautorización, evalúa cómo se utilizan los medicamentos en la práctica clínica y analiza los resultados de efectividad y seguridad. Por ello, la presidenta de la SEFC aconseja al médico que ha elegido esta especialidad “que persevere y aproveche la formación para adquirir los conocimientos requeridos para realizar una práctica clínica razonable, segura y eficiente”.