David García Marco es jefe de sección del Servicio de Farmacia del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo y, además de eso, es ‘ideólogo’ de Altomedicamentos, un programa informático que, mediante el análisis de datos, revisa los tratamientos del hospital evaluando, “paciente por paciente, las dosis más adecuadas, posibles interacciones, vía de administración, eventuales duplicidades e incluso la relevancia clínica de cada acción a realizar”, explica García Marco.
El primer paso para el funcionamiento de un sistema como éste, que ya ha sido patentado por el Servicio de Farmacia de Hospital Nacional de Parapléjicos, generándose así derechos de propiedad industrial, es la carga de datos anonimizados sobre los tratamientos. “El sistema tiene un millón de celdas de información relevante sobre medicamentos, con la relevancia clínica de cada uno de ellos. Con base a esos datos introducidos, y los del paciente, por ejemplo de edad, toma decisiones con base en algoritmos”, prosigue.
Como resultado de ese análisis, el programa emite una orden para que sea el farmacéutico, en última instancia, el que ejecuta. Esto se debe, puntualiza García Marco, a que “existen pacientes en situaciones extremas para los que las condiciones de tratamiento son extraordinarias. Un ejemplo sería un paciente con 150 kg de peso, aunque son casos poco frecuentes”.
Más efectivo y más rápido
En cuanto a las repercusiones para el Servicio de Farmacia, destaca el aumento del número intervenciones que pueda realizar el farmacéutico, “que detecta muchos más errores y posibilidades de mejora”, afirma el responsable del proyecto. Concretamente, estima que la efectividad de las intervenciones es “dos veces superior al sistema tradicional, y el tiempo cinco veces inferior”.
El impacto de Altomedicamentos se multiplica cuando se habla de la gestión de las unidosis, ya que es habitual “que las solicitudes de tratamiento se concentren entre las 13 y las 14, lo que nos obliga a emplear muchos recursos, muchos farmacéuticos, para revisar y validar esos tratamientos”. El sistema, en este caso, ayudaría a hacer más revisiones, “a que éstas sean más precisas” y de paso, añade, “que aumente de paso el tiempo disponible para dedicárselo, por ejemplo, a pacientes externos”.
Balance y exportación
Tras 18 meses desde su puesta en marcha en el Hospital Nacional de Parapléjicos, la implantación de este programa ya ha llegado a un total de 48 hospitales españoles repartidos por 13 comunidades autónomas. Como consecuencia, se han revisado más de cinco millones de tratamientos en más de 300.000 pacientes. Su extensión ha sido más fácil gracias a que “es compatible con los distintos software que tienen los centros hospitalarios del país”
Hasta el momento, se les está ofreciendo a todos ellos de forma gratuita, aunque, de cara a la consolidación del proyecto, García Marco no descarta salir a otros países para comercializarlo. De momento, dice, “seguimos centrados en mejorar tratamientos en pocos minutos y disminuir los errores de medicación”.
Como otras posibles aplicaciones para esta tecnología, no descarta una traslación a la farmacia de calle, ya que, apunta, “en receta no hay ningún sistema de este tipo que analice los tratamientos de los pacientes en su casa”. Para dar ese paso, reconoce, habría que sensibilizar a las CCAA de que es necesario establecer sistemas inteligentes automatizados del control del tratamiento para los pacientes. Como argumento, indica que “este sistema es capaz de detectar alertas, muchas veces asociada a mortalidad y morbilidad, y disminuir los efectos adversos que ahora se producen”.
Asimismo, sobrevuela sobre este proyecto la sombra del big data, y aunque la obtención de información para clasificarla y analizarla en su conjunto no es fin principal, “eso no implica que en un futuro no nos planteemos la posibilidad de utilizarlo como fuente de información”, para ver qué errores se repiten, por ejemplo.