Terapéutica

La vacuna para tos ferina en preadolescentes pierde fuerza con el tiempo

LUNES 4 de mayo de 2015 (HealthDay News) -- Un refuerzo de la vacuna que se da a los adolescentes pierde mucha de su efectividad en pocos años, según muestra un nuevo estudio. Una investigación llevada a cabo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (U.S. Centers for Disease Control and…
Imagen de noticias HealthDay

LUNES 4 de mayo de 2015 (HealthDay News) -- Un refuerzo de la vacuna que se da a los adolescentes pierde mucha de su efectividad en pocos años, según muestra un nuevo estudio.

Una investigación llevada a cabo por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (U.S. Centers for Disease Control and Prevention o CDC) podría explicar el aumento reciente en la cantidad de estadounidenses con tos ferina (pertussis).

“Entre los adolescentes, dentro del primer año después de la inmunización la efectividad de la vacuna es del 73 por ciento”, dijo la autora del estudio, la doctora Anna Acosta, epidemióloga en la división de enfermedades bacterianas del CDC. “Pero entre dos a cuatro años después de la vacuna la efectividad se había reducido al 34 por ciento”.

Sin embargo, indicó Acosta, “tenemos que recordar que aunque las vacunas no son perfectas, siguen siendo la mejor manera de proteger a los niños y adolescentes”.

En los Estados Unidos, los niños muy pequeños reciben series de cinco dosis de la vacuna para la tos ferina, y desde el 2005 se recomienda una sexta dosis de la vacuna durante la adolescencia.

La tos ferina se caracteriza por una tos muy intensa, y puede impedir la respiración, causar vómito e interferir con el sueño, según el CDC. Los bebés tienen un riesgo sumamente alto de contraer enfermedades graves o incluso morir a causa de la tos ferina, dijo Acosta. El riesgo de complicaciones en adolescentes y adultos es más bajo pero sigue siendo importante.

La inmunización ha reducido en un 80 por ciento el índice de casos de tos ferina, comparado con la época antes de que existiera la vacuna, dijo Acosta.

Pero la modificación de la vacuna puede haber contribuido al aumento reciente en casos, según los científicos. En 1997, la “vacuna acelular contra la pertussis” sustituyó a la vacuna de “células enteras” DTaP que se usaba para las primeras cinco dosis.

En el 2005, a causa de dudas sobre la duración de la vacuna, se añadió una sexta dosis conocida como Tdap al protocolo de vacunación, específicamente para niños entre 11 y 12 años, y para adultos que nunca recibieron Tdap (esta combinación de vacunas también protege contra el tétanos y la difteria).

A pesar de contar con una cobertura alta en niños y adolescentes, en 2012 hubo 48,000 casos de tos ferina en Estados Unidos (la cifra más alta desde 1955, según el CDC).

Los científicos se comenzaron a preguntar si esta reducción en la inmunidad (un problema que tenía la vacuna anterior) también afecta esta nueve serie de vacunas.

Para responder esta pregunta, el equipo se concentró en una epidemia de tos ferina en el estado de Washington en 2012, donde cinco mil personas contrajeron la enfermedad, muchos de ellos adolescentes, a pesar de la cobertura de 86 por ciento de Tdap que tiene el estado.

Se concentraron en 1,700 adolescentes nacidos entre 1993 y 2000 (que habrían recibido la nueva vacuna). Este grupo tuvo 450 casos de tos ferina.

En general, la efectividad de la Tdap que tuvo este grupo fue del 64 por ciento, pero bajó a 34 por ciento dos a cuatro años después de la inoculación, según los investigadores.

Aparecieron resultados similares en un estudio en Wisconsin, lo que llevó al CDC a atribuir este nuevo pico de tos ferina a una reducción de efectividad de la vacuna Tdap.

Los investigadores del CDC creen que se necesitan dos cosas para seguir adelante: una mejor comprensión de cómo funciona la bacteria de pertussis y una vacuna mejorada; pero por el momento no recomiendan ningún cambio en los protocolos de vacunación.

Acosta insistió que las mujeres embarazadas se sigan vacunando durante el tercer trimestre, ya que esto “protegerá a los bebés hasta que puedan recibir sus propias dosis de la vacuna a los 2, 4 y seis meses”, dijo.

Otra razón para vacunarse, según Acosta, es que si una persona con inmunización se llega a enfermar los síntomas serán menos severos.

El doctor Paul Offit, jefe de enfermedades infecciosas en el Hospital Infantil de Filadelfia, no se sorprendió con la idea de que la efectividad de la Tdap disminuye con el tiempo.

A pesar de ello, “es mejor vacunarse que no hacerlo”, dijo.

“Creo que necesitamos una mejor vacuna”, añadió Offit, “y hay gente que está trabajando para lograrlo”.

Los resultados del estudio se publicaron en línea el 4 de mayo en la revista Pediatrics.

Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor

FUENTES: Doctora Anna Acosta, epidemióloga, división de enfermedades bacterianas, Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (U.S. Centers for Disease Control and Prevention), Atlanta; doctor Paul Offit, jefe de enfermedades infecciosas, Hospital Infantil de Filadelfia; junio 2015, Pediatrics

Comentarios

Noticias relacionadas

Actividades destacadas

Síguenos en