Terapéutica

Aunque no es lo habitual, mucho después de realizar una cirugía cardiaca a un recién nacido aparecen algunas discapacidades

LUNES, 21 de septiembre de 2015 (HealthDay News) -- Algunos recién nacidos que se someten a una cirugía cardiaca compleja podrían ser más propensos a sufrir de discapacidades neurológicas o motoras (como la parálisis cerebral) al crecer, sugiere un estudio reciente.
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LUNES, 21 de septiembre de 2015 (HealthDay News) -- Algunos recién nacidos que se someten a una cirugía cardiaca compleja podrían ser más propensos a sufrir de discapacidades neurológicas o motoras (como la parálisis cerebral) al crecer, sugiere un estudio reciente.

Pero un cirujano pediátrico que no participó en el estudio dijo que esas complicaciones eran relativamente raras.

Los autores del estudio canadiense dijeron que lo que condujo a la aparición de las discapacidades no fueron necesariamente las cirugías. En lugar de ello, un motivo probable para los problemas posteriores es que los corazones de los niños bombearan demasiado poca sangre al cuerpo y al cerebro antes de la cirugía, sugirieron los autores.

"Este artículo resalta la frecuencia de los casos de discapacidad neuromotora crónica en los pacientes que se sometieron a cirugías cardiacas complejas y la importancia de unas evaluaciones tempranas y agresivas de los pacientes en riesgo, lo que incluye pruebas prenatales para identificar a un feto con defectos cardiacos congénitos completos", planteó el Dr. Irving Shen. Shen, profesor de cirugía cardiaca pediátrica y congénita del Hospital Pediátrico Doernbecher de la Universidad de Salud y Ciencias de Oregón, en Portland, no participó en el estudio.

Los bebés con el riesgo más alto de discapacidades eran los que necesitaron cirugías múltiples o los que presentaban unos niveles más altos de lactato en la sangre cuando se sometieron a la primera cirugía, dijo Shen. El lactato es una sustancia que se produce cuando el cuerpo intenta funcionar de forma normal sin suficiente oxígeno, explicó. Eso significa que unos niveles más altos de lactato indican unos niveles más bajos de oxígeno.

La mayoría de las discapacidades no parecen ser resultado de las operaciones, comentó el Dr. David Meyer, cirujano cardiotorácico pediátrico del Centro Médico Pediátrico Cohen en New Hyde Park, Nueva York.

Meyer también anotó que a la mayoría de los bebés que se sometieron a esas complejas cirugías les fue bien, y no presentaron esas discapacidades.

"Es importante darse cuenta de que la gran mayoría de pacientes supervivientes (casi el 95 por ciento) no tienen la parálisis cerebral ni la lesión cerebral adquirida investigadas en este estudio a los 4.5 años de edad", dijo Meyer, que tampoco formó parte del estudio.

Los hallazgos aparecen en la edición en línea del 21 de septiembre de la revista Pediatrics.

Los investigadores del estudio siguieron a más de 500 niños nacidos en Canadá que se sometieron a cirugías cardiacas complejas que conllevaban una derivación de corazón y de pulmones cuando tenían seis semanas o menos de edad. Los recién nacidos necesitan esas cirugías cuando nacen con ciertos tipos de defectos cardiacos.

Cuando los niños tenían 4.5 años de edad, los investigadores evaluaron varios tipos de discapacidades motoras, sensoriales o neurológicas en 420 de ellos. Poco más del 4 por ciento de los que se sometieron a una cirugía cardiaca presentaban algún tipo de discapacidad motora o neurológica. Casi el 10 por ciento de los niños que necesitaron más de una cirugía cardiaca tenían una discapacidad, apuntaron los investigadores.

Entre los niños con una discapacidad, el 72 por ciento tenían una debilidad o parálisis parcial en una mitad de su cuerpo, y el 80 por ciento sufrían de un tipo de parálisis cerebral en la que los músculos están rígidos y tensos, y les resulta difícil controlarlos, encontró el estudio.

Además, el 44 por ciento de esos niños tenían una discapacidad intelectual, el 16 por ciento tenían autismo, el 12 por ciento tenían epilepsia, el 12 por ciento eran parcial o totalmente ciegos, y el 8 por ciento eran parcial o totalmente sordos, según los investigadores.

Pero los autores del estudio determinaron que alrededor de una tercera parte de las discapacidades fueron provocadas por algo que sucedió antes de que los niños se sometieran a una cirugía.

"No está claro si esos pacientes ya tenían un cerebro anómalo al nacer, o eran más susceptibles a las lesiones, debido a una alteración del flujo de sangre al cerebro durante el desarrollo en el útero", dijo Shen.

"Si una cantidad significativa de lesiones cerebrales ocurrieron entre el momento del nacimiento y la primera cirugía cardiaca compleja, esto alterará nuestra práctica de realizar una cirugía cardiaca más temprana para manejar a los pacientes con defectos cardiacos complejos", aseguró.

Por otro lado, si la causa de la discapacidad se debe a alguna afección subyacente que también tiene un rol en los defectos cardiacos, entonces "quizá el culpable no sea solo el lactato", dijo el Dr. Richard Friedman, un cardiólogo pediátrico que también ejerce en el Centro Médico Pediátrico Cohen. Friedman no formó parte del estudio.

De cualquier forma, los hallazgos del estudio sugieren que todavía se puede mejorar en cuanto a la conservación de las capacidades neurológicas de los niños que necesitan estos tipos de cirugías cardiacas, planteó Meyer.

Aunque no resulta sorprendente que los bebés que necesitan cirugías múltiples ya tengan un riesgo más alto de discapacidades a largo plazo, el estudio "sugiere que si se pudiera reducir la cantidad de operaciones, quizá los resultados serían mejores", dijo Meyer.

Pero los hallazgos del estudio no necesariamente significan que los médicos deban operar a los bebés antes, añadió. "Se sabe que operar a los pacientes que tienen una condición inferior a la óptima y cuyos niveles de lactato están elevados se asocia con unos resultados peores", advirtió Meyer.

Shen añadió que "lo que no está claro es si una intervención temprana en esos pacientes se traducirá en una calidad de vida y unos resultados a largo plazo mejores".

Los autores de la investigación afirman que se deben realizar estudios de mayor tamaño.

Artículo por HealthDay, traducido por Hola Doctor

FUENTES: Irving Shen, M.D., pediatric and congenital cardiac surgeon and John C. Hursh Endowed Chair in Pediatric Cardiac Surgery, Oregon Health & Science University Doernbecher Children's Hospital, Portland, Ore.; David B. Meyer, M.D., pediatric cardiothoracic surgeon, Cohen Children's Medical Center, New Hyde Park, N.Y.; Richard Friedman, M.D., pediatric cardiologist, Cohen Children's Medical Center; October 2015, Pediatrics

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