Podemos Euskadi ve un problema de "sobreprescripción" de fármacos

"La industria farmacéutica tiene excesiva influencia sobre nuestros gestores y profesionales, lo que lleva a una sobreprescripción de fármacos y tecnologías. Esto supone un alto gasto farmacéutico que se puede optimizar de forma importante". Con este análisis encabeza Podemos su programa de salud en Euskadi, donde las encuestas le dan por encima de los 15 escaños, un resultado muy próximo al que se espera para Bildu.

Asi, en opinión de la candidatura que encabeza Pili Zabala, existen en la actualidad "problemas no médicos, como emociones, comportamientos o conductas, o situaciones de la vida cotidiana, como la timidez, calvicie, menopausia, que se están convirtiendo en categorías diagnósticas y se tratan como un problema médico o psicológico, sin serlo". En opinión de la formación morada, "esta situación es favorecida por el apoyo de la industria farmacéutica que lleva a un consumo innecesario de fármacos".

Más allá de esto, acusan a la industria de "manipular la investigación y las publicaciones científicas y ocultar datos sobre eficacia o seguridad de medicamentos que podrían comprometer el negocio, aún con riesgo para la salud de las personas". También critican que se "compre a sanitarios con diversos incentivos para que colaboren para sus fines".

Pedagogía y fin de la visita médica comercial 

Como ya hiciera en su programa En Marea, organización que va de la mano de Podemos en Galicia, la formación morada plantea "evitar las visitas de representantes de la industria farmacéutica, alimentaria y/o de tecnología médica en el horario de trabajo de los profesionales en los centros públicos, y eliminar las sesiones, charlas o talleres patrocinados por la industria", obligando a una declaración obligada de conflicto de intereses a los profesionales que realicen formación en la de centros del Servicio Vasco de Salud.

Además de esto, apuestan por fomentar, desde la atención primaria, la educación de la población en salud, de modo que "que se permita a las personas ser autónomas en la resolución de sus problemas de salud y ser críticas con las campañas medicalizadoras, así como encontrar respuesta a los malestares de la vida diaria fuera del sistema sanitario". También creen que es preciso "dotar a los profesionales de los medios necesarios para establecer una relación terapéutica con sus pacientes que favorezca la participación de estos en la toma de decisiones sobre su salud, priorizando los recursos no farmacológicos".