La consellera de Salud de Islas Baleares, Patricia Gómez, ha participado esta mañana en un desayuno organizado por Executive Forum España, y ha desgranado los principales ejes de su política al frente de este Departamento. En lo que respecta al gasto en medicamentos, Gómez reiteró su "no, de momento, a las subastas " y, en declaraciones a Diariofarma, reconoció que la mejor medida de ahorro farmacéutico con la que cuentan actualmente es el correcto cumplimiento de los indicadores de prescripción por parte de los médicos.
Para la consellera, el tema de las subastas queda temporalmente aparcado, ya que, aunque admitió que es un método de ahorro "que hay que estudiar y evaluar", reconoció a su vez que en su Departamento no están "preparados" para realizar esa labor. Y ante la ausencia de otras medidas de calado, alabó "el trabajo que están haciendo los médicos baleares de Atención Primaria, en materia de prescripción, cumpliendo adecuadamente con los indicadores establecidos en colaboración con los farmacéuticos (de Atención Primaria)".
No obstante, reconoció que en el hospital tienen "los mismos problemas que el resto de comunidades" para controlar el gasto, el cual sólo se ha visto tímidamente aliviado por la participación de esta comunidad en algunos procedimientos de compra centralizada estatal. Sobre la posible puesta en marcha de una central de compras regional, Gómez admitió que es "una opción en la que se podría trabajar" en un futuro cercano.
Lo que no tiene claro la consejera es dónde posicionarse en lo que respecta a la dispensación de los DH sin cupón precinto. "Comprendo la reivindicación de los farmacéuticos comunitarios, y valoro también el valor de la cercanía que aportan a los pacientes, pero hay que tener en cuenta que ese modelo también tiene unos costes", resumió, aunque eludió la respuesta a si cabría la vuelta de algunos de estos medicamentos a las farmacias.
Relación con la industria
Durante su ponencia, en la que hizo un repaso de la apuesta estratégica de la Consellería por la salud pública (con proyectos en el ámbito de la obesidad infantil y el consumo de alcohol en menores), el empleo de más recursos para el abordaje de la cronicidad, la creación de un instituto de investigación acreditado y dinamización de la compra pública innovadora, así como la inversión en nuevas infraestructuras, Gómez también entró a valorar la actual relación con el sector privado, en general, y la industria, en particular, y abogó, en este sentido, "por relaciones basadas en unas reglas claras, en la transparencia, en la confianza y en los resultados".
En este sentido, reconoció que los modelos de licitación basados en el precio que se habían adoptado en años anteriores no sirven, y lo achacó a la distancia existente entre los responsables de compras y los clínicos. Sobre este particular, admitió que el hecho de "que la parte clínica no tenga peso en la compra es absurdo" y rechazó continuar "con las licitaciones a la baja, como hasta ahora, porque las consecuencias pueden ser graves".
Finalmente, cabe destacar algunas de las reflexiones vertidas por la consellera en relación con el ámbito de la política y, en este sentido, reconoció su escepticismo con respecto a la consecución de un Pacto por la Sanidad. Lo achacó a "la radicalización" de las posiciones políticas, y puso como ejemplo la emergencia en Francia de opciones de extrema derecha, como la que encabeza Marine Le Pen, y de izquierda radical, como la que lidera Jean Luc Mélenchon. Frente a esta polarización, contrapuso "la necesaria profesionalización de la política, la construcción de una política basada en la evidencia, que se apoye en la opinión de los profesionales (a los que animó a afiliarse a los partidos para influir en la toma de decisiones) y que responda a las demandas de los ciudadanos".