La secretaria de Sanidad y Consumo del PSOE, Luisa Carcedo, ha manifestado la preocupación de este partido político “al constatar la progresiva rebaja de los recursos destinados a la sanidad pública”. De este modo, según ella, “la recuperación económica no llega a la sanidad”.
A su juicio, el Gobierno para justificar el objetivo de la estabilidad presupuestaria, ha iniciado una senda de recortes del gasto y lo que está consiguiendo es “consolidar los recortes en gasto social, desmantelar el Estado Bienestar y poner en riesgo la sanidad pública en nuestro país”. Tal y como ha afirmado, “el Gobierno se propone reducir del déficit por el lado del gasto público, lo que impulsará la construcción de un país cada día más desigual e injusto”, ha resumido.
Carcedo ha hecho estas consideraciones durante el encuentro que ha mantenido con los representantes de REDER, la Red de organizaciones sociales, asociaciones médicas y plataformas ciudadanas constituida con el fin de denunciar la exclusión sanitaria provocada por el RDL 16/2012, tal y como se autodenominan.
La secretaria de Sanidad socialista ha reiterado “el compromiso del PSOE por situar en el centro de la agenda política la recuperación de la universalidad del SNS, para todas las personas como derecho de ciudadanía”.
Asimismo, Carcedo ha insistido en el encuentro en que “la política del PP recorta derechos y prestaciones, penaliza a los colectivos más vulnerables y pone en riesgo la cohesión social”. Y ha pedido a esta red de organizaciones que acompañen al Partido Socialista en la defensa un sistema sanitario público, universal, de calidad, eficiente y equitativo.
Carcedo ha recordado que desde que gobierna el PP, la sanidad ha perdido 10.000 millones de euros, y ha asegurado que “en los Presupuestos Generales del Estado de 2018 la inversión en salud seguirá cayendo”.
Finalmente, ha instado a la ministra de Sanidad a explicar a la ciudadanía lo que significa “de verdad” que la inversión pública en salud siga perdiendo peso respecto al PIB. “Bajar el gasto público en sanidad en relación con el PIB en casi un punto, desde el 6,5% del último presupuesto de un Gobierno socialista en 2011, hasta el 5,57% previsto para 2020, se traduce en: pérdida de calidad asistencial; reducción de personal sanitario y precariedad laboral; consolidación de copagos y privatizaciones; recortes en prestaciones y servicios; aumento de listas de espera y cierres de centros”, ha concluido.
Nicolas Gonzalez Casares: