Francisco José Farfán, farmacéutico especialista en Farmacia Hospitalaria y titular, desde hace dos años, de una botica en Boadilla del Monte, Madrid, muestra su visión a Diariofarma sobre uno de los temas que se abordarán durante el Congreso de Atención Farmacéutica que organizan Fundación Pharmaceutical Care y el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Burgos del 26 al 28 de octubre, la posibilidad de avanzar en una asistencia coordinada entre niveles asistenciales.
Pregunta. Participa usted en un debate sobre atención farmacéutica desde el hospital a la farmacia comunitaria. ¿Cuál será su posición en el mismo?
R. La idea es intentar que el debate nos sirva, nos enriquezca, para poder avanzar en un modelo colaborativo entre niveles asistenciales y ofrecer una atención farmacéutica que aporte mayor seguridad y eficiencia en el uso de los medicamentos. Todo esto tiene que ser en el marco de un debate conciliador, no de confrontación de competencias. Cada uno desde nuestro ámbito, y en colaboración con los demás niveles asistenciales, tenemos que aportar para evitar lo que conocemos como paciente ping-pong, paciente desinformado, etc..
P. ¿Qué obstáculos existen para avanzar en ese modelo participativo?
R. Principalmente nos encontramos barreras para acceder a la información del paciente. En este sentido, hay que reconocer que existen discrepancias sobre la capacidad de acceso que tenemos que tener a determinados datos, ya que somos un establecimiento privado, aunque damos un servicio público. Pero hay que entender que, de cara a realizar determinadas actuaciones es imprescindible que los farmacéuticos podamos tener acceso, con el consentimiento del paciente, a la información clínica. El siguiente paso sería fomentar la comunicación entre los profesionales, para lo cual éstos también tienen que poner de su parte.
P. ¿Ve obstáculos a la colaboración por parte de la propia profesión?
R. A todos nos preocupa la salud de los pacientes. Yo creo que la barrera es principalmente física. Se ha avanzado mucho en la receta electrónica, que nos permite acceder al perfil terapéutico, pero no al perfil de salud. Las actuaciones de seguimiento o de adecuación del tratamiento requieren que tengamos acceso a una parte de la información clínica, por eso creo que la solución ideal sería la creación de una plataforma de información, a la que podríamos acceder con el consentimiento del paciente, que nos permita además establecer canales con otros niveles asistenciales más allá del teléfono y el correo electrónico.
P. Entonces a lo mejor hablamos de una cuestión más de gestión, más política.
R. Yo creo que más allá de que haya impedimentos de tipo político, es una cuestión de que el paciente desee ceder sus datos o no, ya que es el propietario de la información que concierne a su propia salud.
P. La directora de Farmacia, Encarnación Cruz, se mostró recientemente abierta a valorar la inclusión de la conciliación y la revisión de la medicación, en colaboración entre los diferentes niveles asistenciales, dentro de la Cartera Básica. ¿Cómo le suena?
R. A mí esa afirmación me suena muy bien. Creo que es muy positiva la predisposición de las autoridades a contemplar que eso es una realidad. Además, conociendo la experiencia técnica de la directora de Farmacia, entiendo que comparte la idea de que para el desarrollo de estos programas por parte del farmacéutico es necesario, casi imprescindible, que disponga de información clínica, más allá del perfil terapéutico.
P. Entre el hospital y la farmacia comunitaria discurre también el debate sobre la dispensación de la innovación. Ahorros y accesibilidad marcan esa discusión. ¿Cuál es su posición?
R. Yo creo que esta situación que se da con los DH tenemos que utilizarla como una oportunidad para colaborar entre niveles asistenciales y conseguir una mejor atención a los pacientes. No hay duda de que es la Administración la encargada de establecer los criterios para dispensarse en un ámbito u otro, y que los farmacéuticos, sea donde sea, tienen que contribuir para que se haga un uso seguro y eficiente de los medicamentos. Eso incluye los costes para el sistema y también incluye la accesibilidad por cercanía geográfica. No obstante, pienso que las decisiones se pueden reevaluar y recolocar productos en un entorno u otro, bien con los que ya se han desplazado, o bien con los que están por llegar. Tenemos que valorar las fortalezas de ambos y decidir sobre esa base.