Ciudadanos ha presentado en la Cámara Baja una Proposición No de Ley para su debate en la Comisión de Sanidad y Servicios Sociales, en la que instan al Gobierno a tomar medidas para “la elaboración de un Plan Nacional de prevención de reacciones anafilácticas en centros educativos”.
La PNL firmada entre otros por Francisco Igea, portavoz de Sanidad de la formación naranja, solicita que el Plan Nacional contemple que se garantice la existencia de auto-inyectores de adrenalina en los botiquines de los centros educativos, así como desarrollar y poner en marcha un protocolo de actuación que permita la identificación, evaluación y tratamiento urgente en caso de reacciones anafilácticas por los docentes y personal laboral del centro.
El fundamento de esta proposición es debido a que, a lo largo de la última década, el número de personas que sufre algún tipo de alergia alimentaria se ha multiplicado. Aunque aparecen en todas las edades y ámbitos de la población, existe una mayor incidencia en los niños ya que, según la Academia Europea de Alergia e Inmunología Clínica (EAACI), más del 30% de los menores en España sufren algún tipo de alergia, siendo las alimentarias, una parte importante de esta patología.
Además, la Comisión Europea ha reconocido que 7 de cada 10 reacciones alérgicas graves ocurren al comer fuera de casa y, en el caso de los niños, un 20% de ellas suceden en centros escolares y otros centros donde se realizan actividades extraescolares que cuentan con comedores colectivos. En muchas ocasiones, son estos establecimientos donde se produce por primera vez una manifestación de la alergia alimentaria en los niños.
Igualmente, se incide en que dada su gravedad, es crucial reconocer los síntomas de la anafilaxia y no demorar el tratamiento con los dispositivos de adrenalina autoinyectable, ya que puede marcar la diferencia entre una reacción controlada y una reacción grave con riesgo de muerte.
Desde este grupo parlamentario añaden que, como recuerda la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic), las personas con alergia graves deben tener acceso inmediato a la adrenalina en todo momento, ya que este tratamiento es la manera más eficiente para que el afectado se recupere de la reacción anafiláctica de la manera más rápida posible. Hay que ser consciente de que, una inyección de adrenalina puede salvar la vida de un niño y su administración no produce ningún efecto secundario adverso de relevancia.
Otro aspecto crucial, señalan desde Ciudadanos, es el conflicto que existe entre las responsabilidades legales de profesores y monitores para administrar medicación en la escuela y otros centros y la necesidad de prestar una serie de cuidados específicos. Con las regulaciones actuales, los profesores y monitores no tienen deberes específicos en términos de protección de la salud del niño, por tanto, no tienen ninguna responsabilidad particular, más allá de la de cualquier persona que por casualidad esté presente cuando un niño necesita ayuda. En este sentido, el artículo 195 del Código Penal, establece como delito el incumplimiento de la obligación de todos los ciudadanos, de socorrer a una persona que se halle desamparada y en peligro manifiesto y grave, cuando pudiere hacerlo sin riesgo propio ni terceros. Igualmente, el artículo 20 indica que están exentos de responsabilidad criminal los que obren en cumplimiento de un deber.
Por todo ello, han propuesto a la Comisión de Sanidad instar al Gobierno a trasladar al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud y trabajar junto a los ejecutivos autonómicos, profesionales sanitarios y sociedades científicas la creación de un plan nacional de prevención de reacciones anafilácticas en centros educativos, facilitando la existencia de los inyectables y aumentando los conocimientos para su uso en los centros educativos.